Pese a que Internet tiene numerosos fines útiles, no todo es lo que parece ser. Entre los millones de sitios web legítimos que compiten por atención se esconden sitios web creados con todo tipo de fines maliciosos, como el robo de identidad o el fraude de tarjetas de crédito.
Estos sitios web de estafas tienen distintos modos de operar, desde la publicación de información engañosa hasta la promesa de recompensas increíbles a través de un intercambio financiero. Algunos están diseñados para tener el aspecto de sitios confiables y legítimos, como páginas administradas por organizaciones gubernamentales. Sin embargo, su objetivo es siempre el mismo: lograr extraer información personal y financiera.
Afortunadamente, existen muchas formas sencillas de protegerte de los sitios web de estafas y mantener a tu familia (y a tu billetera) a salvo cuando navegas en la Web. Aunque parezca un consejo algo obvio, debes prestar especial atención al diseño y la redacción del sitio web. ¿Tiene el tipo de diseño y la calidad de redacción que esperas de un sitio web legítimo?
Busca señales, como faltas de ortografía, lenguaje poco natural o incorrecto, o errores gramaticales muy obvios (por ejemplo, el uso incorrecto de palabras en singular y plural). Por otra parte, los sitios web de empresas legítimas suelen tener ciertas páginas básicas, como una sección de contacto y una página con información de la empresa. Si no estás seguro, realiza una llamada telefónica al número de la empresa. Si el número es de un teléfono móvil o no recibes respuesta, debes estar alerta. Puede existir una razón por la cual la empresa no desea comunicarse de forma oral con el cliente.
Los sitios diseñados para suplantar sitios legítimos suelen usar nombres de dominio que tienen direcciones parecidas a las originales en apariencia o pronunciación. Por ejemplo, la dirección puede ser FBI.com o FBI.org, en lugar de la original: FBI.gov. Presta especial atención a las direcciones que terminan en .net o .org, ya que estos nombres de dominio no suelen utilizarse en sitios de compras en línea.
Si deseas investigar en profundidad, puedes revisar quién registró el nombre de dominio o la URL en distintos sitios, como LookWhoIs.net y Whois.net. Estas búsquedas no tienen un costo asociado.
Una buena práctica es nunca pagar algo mediante transferencia bancaria directa. Si transfieres fondos a una cuenta bancaria y la transacción es parte de una estafa, es posible que no vuelvas a ver tu dinero. Cuando pagas con tarjeta de crédito obtienes cierto grado de protección en caso de que las cosas salgan mal.
La promesa de recibir lujos que superen tus expectativas más grandes a cambio de unos minutos de tu tiempo o un mínimo esfuerzo es una práctica fraudulenta bastante eficaz, la cual existe desde aquellos tiempos en que los charlatanes ambulantes vendían productos medicinales de dudosa efectividad a los desinformados pobladores del Lejano Oeste. Por eso, siempre debes preguntarte si la oferta es demasiado buena para ser verdad.
¿Ofrecen tablets, PC o calzado de diseñador a un precio, que sin dudas, es demasiado bajo y difícil de creer? ¿Es un sitio web en el que venden un producto medicinal que promete fortalecer los músculos o ayudarte a perder una cantidad increíble de peso en solo dos semanas? O bien ¿ofrecen un método infalible para volverse millonario? Si piensas que algo es demasiado bueno para ser verdad, es probable que así sea.
Si aún no estás seguro de la credibilidad de un sitio web, busca comentarios de otras personas en Internet sobre esa página. Una reputación, sea buena o mala, se esparce por Internet en cuestión de segundos. Si alguien ha tenido una mala experiencia con un sitio web, es probable que haya dejado un comentario en línea. Busca comentarios en sitios, como Trustpilot, Feefo o Sitejabber, y revisa si otros usuarios fueron víctimas de una estafa a través del sitio web en cuestión.
Si no encuentras comentarios negativos, no pienses de inmediato que es seguro, ya que un sitio web de estafa podría ser nuevo. Ten en cuenta todos los factores expuestos anteriormente y asegúrate de no ser la primera víctima.
Cuando visitas un sitio legítimo que solicita información financiera o protegida, el nombre de la empresa y un ícono de candado deben aparecer junto a la URL en la barra de navegación. Esto indica que estás conectado a través de una conexión segura. Si no encuentras este símbolo o el navegador te advierte que el sitio no tiene un certificado de seguridad actualizado, estas ante la presencia de una importante señal de alarma. Para mejorar tu nivel de protección personal y contar con una capa adicional de seguridad, usa siempre software de primer nivel.
Por otra parte, no des nada por sentado y no hagas clic en vínculos para abrir sitios web. En lugar de hacer clic en ellos, escribe la dirección web manualmente o agrega el sitio a tus favoritos. A menudo, los operadores inescrupulosos compran nombres de dominio que suenan o se ven similares a primera vista. Si los escribes de forma manual o guardas las versiones correctas en tus favoritos, contarás con un método adicional de protección.
Otra opción conveniente es utilizar una función como Safe Money para disfrutar de un poco más de tranquilidad cuando realizas pagos en línea.