Para que un sistema operativo específico atraiga la atención de hackers y cibercriminales, de manera que se inspiren para desarrollar virus de computadora, gusanos y troyanos para atacar dispositivos que ejecuten ese SO, el SO debe ser de uso popular y amplio.
Si un SO es usado por pocas personas, es mucho menos probable que sea atacado. Sin embargo, si el uso del SO crece (de manera que alcance distribución masiva), el SO atraerá la atención de creadores de malware que verán una oportunidad para sacar provecho del ataque al SO.
En efecto, mientras más popular sea un sistema operativo o una aplicación, mayores son las probabilidades de que corra riesgo de ataques de virus informáticos.
La cantidad de programas maliciosos creados para el sistema operativo de Windows, Linux y Mac se relaciona estrechamente con la porción del mercado de cada uno de estos sistemas operativos.
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