El shareware es un software comercial que se distribuye gratuitamente a los usuarios, ya sea en un formato limitado o en una versión de prueba que caduca tras un número establecido de días. Este formato se introdujo por primera vez a comienzos de los ochenta, pero su popularidad aumentó en la década de los noventa, cuando la informática personal se masificó tanto en las oficinas como en los hogares.
Dicho formato les permite a los desarrolladores de software distribuir sus productos entre posibles usuarios para que puedan probarlos, con la esperanza de que decidan adquirir la versión totalmente funcional del programa.
El shareware también es popular entre gamers, ya que les da la oportunidad de probar nuevos juegos de manera limitada antes de adquirir la versión completa.
El shareware a menudo se confunde con el freeware, pero estos tienen dos fines claramente diferentes.
El freeware es un software con derechos de autor al que se puede acceder sin costo alguno y se puede usar de manera ilimitada. El desarrollador mantiene todos los derechos del programa y controla la distribución. En ocasiones, los usuarios pueden adquirir servicios u opciones adicionales.
Un buen ejemplo es el software antivirus introductorio que protege equipos sin costo alguno, pero que también ofrece paquetes premium con protección más avanzada.
Con el shareware, se anima a los usuarios a compartir la versión limitada del software, de manera de propiciar una mayor distribución y ventas. No es igual que el software de código abierto, cuyo código fuente está disponible para quienes posean una licencia del software con objeto de permitir la colaboración entre desarrolladores a través del estudio del código.
Hay disponibles varios tipos de shareware, pero no todos son recomendables. Tipos de shareware:
Los cibercriminales pueden utilizar el shareware para distribuir malware mediante tácticas similares a las utilizadas en otros ataques de ingeniería social. A los usuarios se los engaña con vínculos de URL supuestamente legítimos, que a menudo aparecen en los anuncios, pero que los llevan a páginas en las que descargan malware en lugar de aplicaciones shareware seguras.
Aunque todos los tipos de software suponen riesgos de vulnerabilidades y potenciales ataques maliciosos, el shareware supone muchos más riesgos. Debido a que estos programas no funcionan completamente bajo licencia, no se dispone de parches y upgrades, lo que puede poner en riesgo el sistema. Esto es especialmente cierto cuando en el equipo se deja software que ya no se utiliza.
Algunas aplicaciones shareware (y freeware) ofrecen a los usuarios la oportunidad de descargar otra aplicación como opción adicional. De hecho, la casilla de aceptación de dichas aplicaciones adicionales suele estar activada de forma predeterminada, lo que permite que el software adicional se descargue automáticamente. Aunque el software pueda ser perfectamente legítimo, esta es también la manera en que los estafadores logran que los usuarios descarguen algo malintencionado sin saberlo.
El shareware es una excelente opción para aquellos que desean probar el software antes de comprarlo o para quienes solo necesitan usarlo una vez para una aplicación específica. Sin embargo, los usuarios deben recordar que la descarga de estos programas supone algunos riesgos. Es importante asegurarse de que el sitio de descarga sea legítimo y de que cuente con elementos de seguridad actualizados antes de descargar el programa.