Un virus metamórfico es aquel que puede transformarse en función de su capacidad para traducir, editar y reescribir su propio código. Se considera que es el virus de computadora más infeccioso, y puede causar graves daños en un sistema si no se detecta rápidamente. Los motores de análisis antivirus tienen dificultades para detectar este tipo de virus, ya que puede cambiar su estructura interna, reescribiéndose y reprogramándose cada vez que infecta un sistema informático. Es diferente de un virus polimórfico, que cifra su código original para impedir que lo detecten. Debido a su complejidad, la creación de virus metamórficos requiere un amplio conocimiento de programación.
Cómo implementar una defensa sólida
Un virus metamórfico causa graves pérdidas de datos y reduce las defensas del sistema informático. También puede infectar varios hosts. Una investigación de la Universidad Estatal de San José descubrió que numerosos programas antivirus actualmente en el mercado dependen de la detección de firmas y, por regla general, no tienen capacidad para detectar virus metamórficos. Si no se cuenta con las herramientas de seguridad correctas, un virus metamórfico puede convertirse en uno más sofisticado y causar aún más daño. Cuanto más tiempo permanece en una computadora, más variantes se producen, lo que hace extremadamente difícil que los programas antivirus finalmente lo detecten y desinfecten el sistema.
Los virus metamórficos se pueden distribuir a través de adjuntos de correo electrónico o cuando los usuarios navegan por sitios web afectados. Una vez liberado el virus, el objetivo es robar información privada o datos corporativos para cometer extorsión, lavado de dinero y otros tipos de fraude. Cuando se encuentra un virus, se puede informar y enviar a Kaspersky Lab para su análisis, lo que ayudará a impedir que otros usuarios y organizaciones resulten afectados. Comprender el virus por dentro puede ayudar a mejorar los productos de software de seguridad de Internet y las soluciones antivirus.