Las transferencias de fondos electrónicas (EFT) son una forma rápida y segura de enviar y recibir dinero. Generalmente, pueden usarse sin problemas, pero como todo lo que involucra dinero, pueden convertirse en un objetivo para los criminales cibernéticos. Lo que lleva a preguntarnos: ¿son seguras las transferencias electrónicas? Después de todo, existen casos de gente que perdió miles de dólares por estafas de transferencias electrónicas.
En este artículo, exploraremos cómo funcionan las transferencias electrónicas, cómo proteger las cuentas bancarias del robo de identidad, cómo investigan los bancos las transacciones fraudulentas y qué puede hacerse para asegurar que las transacciones electrónicas sean seguras.
La Ley de Transferencias Electrónicas de Fondos de 1978 de Estados Unidos, define así las transferencias electrónicas:
"Una transferencia de fondos iniciada a través de una terminal electrónica, teléfono, computadora (incluye banca en línea) o por cinta magnética con el objetivo de ordenar, indicar o autorizar a una institución financiera a que se haga un adeudo o abono de dinero en la cuenta de un consumidor".
Las transferencias de fondos electrónicas (a veces nombradas "e-transfers") tienen diferentes nombres en diferentes partes del mundo. Por ejemplo:
Las transferencias en línea son el equivalente moderno de los giros bancarios. Puede enviar dinero de forma instantánea al transferir dinero (o los datos que representan ese dinero) desde su cuenta a otra persona.
Una transacción típica requiere que tanto el remitente como el destinatario tengan información de contacto (como un número de teléfono o una dirección de correo electrónico) vinculada a una cuenta bancaria. Generalmente, por un bajo precio, puede realizar transferencias de dinero desde servicios seguros en la web.
El proceso es sencillo y suele funcionar de la siguiente manera:
En algunos casos, no es necesario tener una cuenta bancaria para enviar dinero en línea ni para recibir una transferencia en línea. Pueden usarse una tarjeta de crédito o dinero en efectivo, lo que puede llevar a tarifas más altas.
Entre las razones más comunes para usar transferencias electrónicas están:
El fraude en las transferencias electrónicas sucede cuando un tercero intercepta la transferencia, después de hackear la cuenta de correo electrónico de una persona y adivinar o descubrir la respuesta a la pregunta de seguridad. Luego, se apoderan del dinero esa persona, que nunca llega al destinatario original.
Las estafas por transferencia electrónica normalmente se tratan de personas que piden dinero (para ellos mismos o por un producto que ofrecen) o de personas que piden donaciones para alguna causa. Las estafas por la pandemia de coronavirus son un buen ejemplo de esto. Muchos piden que se transfiera dinero de forma electrónica para poder pagar vacunas, equipos de protección personal y kits de pruebas que nunca se entregan (solo por mencionar algunas de las estafas).
Aunque ningún sistema de recolección de dinero es 100% seguro, hay medidas extensivas de seguridad que se aplican para garantizar que las transferencias electrónicas estén protegidas, entre ellas:
Diferentes servicios ofrecen distintos niveles de protección, como llamadas telefónicas de confirmación para ambas partes (que deben verificar información privada), correos electrónicos de confirmación e incluso pólizas de seguros que garantizan que su dinero se enviará y que su cuenta bancaria no estará en riesgo. Algunos proveedores limitan los montos mínimos y máximos de dinero que pueden enviarse y cuánto puede transferirse en un período específico.
La industria está regulada por varias autoridades que otorgan licencias a las empresas que se especializan en transferencias de dinero. Es importante que use empresas de transferencia de dinero que sean confiables, de buena reputación y certificadas.
Al enviar una transferencia electrónica, las principales responsabilidades del emisor son:
Si los criminales obtienen sus datos de tarjetas de débito o crédito o información privada financiera como números de cuenta, contraseñas o el número de su identificación personal, pueden robarle dinero de su cuenta bancaria o hacer cambios a sus tarjetas de crédito.
También pueden cometer un crimen llamado robo de identidad al pedir préstamos y tarjetas de crédito a su nombre. El robo de identidad puede causar un daño considerable al estado de su crédito y a su reputación financiera, y puede llevarle años reparar los daños y recuperar su buena reputación. De acuerdo con la Comisión Federal de Comercio (FTC) de Estados Unidos, los ladrones de identidades usan una variedad de métodos para robar sus datos, entre ellos:
Revisar la basura
Se refiere a cuando los criminales revisan la basura para buscar facturas u otros documentos que contengan su información personal. Los ladrones de identidades pueden obtener detalles como los números de cuentas bancarias, de tarjetas de seguro médico o de crédito si roban su correo postal. Pueden crear una nueva identidad si acceden a información importante como su número de identificación personal.
Phishing
Los criminales se hacen pasar por instituciones o empresas financiera y le envían spam por correo electrónico o mensajes emergentes para engañarlo y que revele su información personal.
Malware
Los criminales usan diferentes técnicas para instalar malware en los dispositivos de otras personas. Los tipos de malware incluyen virus, spyware, troyanos y keyloggers. Todos permiten que el criminal pueda acceder a su dispositivo y a la información que se almacena.
Redireccionar correos electrónicos
Se refiere a cuando los criminales llenan un formulario para cambio de dirección para redirigir sus facturas a otra ubicación de correo controlada por ellos.
Skimming
Los criminales roban los números de su tarjeta de crédito o débito con un dispositivo de almacenamiento especial llamado skimmer al procesar la tarjeta. Los skimmers pueden instalarse en puntos de carga de gasolina o en cajeros automáticos para que recolecten los datos de la tarjeta. Algunas máquinas actúan como tecnología de punto de venta.
Robos
Los criminales roban monederos o bolsas, correo, resúmenes de tarjetas de crédito o de bancos, ofertas de crédito preaprobadas y cosas similares para obtener su información personal.
Tenga en cuenta: si se realizan transferencias fraudulentas en su cuenta, no quiere decir automáticamente que haya ocurrido un robo de identidad. Puede que sea un incidente aislado de robo que puede resolverse de forma rápida. De todas formas, contacte a su banco de inmediato si sospecha que fue víctima de un robo.
Los robos en línea a cuentas bancarias son serios, pero antes de que un banco pueda investigar una transacción sospechosa, primero debe identificarla. Usualmente, los estafadores comienzan con algo menor, como una transacción pequeña que es probable que no se note. A veces, un estafador puede hackear el mismo número de tarjeta de crédito por años y usarlo para pagar suscripciones periódicas o tarjetas de regalo de bajo precio que luego puede revender. Si esto no se detecta (posiblemente porque el consumidor no revisa sus resúmenes de tarjeta de forma regular), los estafadores pueden ganar confianza para continuar.
Esto resalta la importancia de revisar sus resúmenes del banco de forma regular. Debe notificar a su banco tan pronto note que algo no está bien. Una vez notificado, el banco puede investigar.
Una vez que el banco esté al tanto de la transacción sospechosa o no autorizada, puede comenzar la investigación. Se le pedirá que proporcione detalles del cargo no autorizado, además de evidencia que pruebe que el cargo fue fraudulento.
Las reglas sobre cómo lidian los bancos con las transferencias no autorizadas varían según la jurisdicción y el país, así que es importante que conozca sus derechos como consumidor en su país.
En Estados Unidos, la Ley de Transferencias Electrónicas de Fondos de 1978 declara que si se reporta un fraude dentro de los dos días siguientes al extracto, la responsabilidad está limitada a 50 dólares. Si se reporta después de los dos días pero antes de los sesenta, la responsabilidad está limitada a 500 dólares. Sin embargo, si se reporta pasados los 60 días, el consumidor es responsable por toda actividad fraudulenta, lo que demuestra la importancia de revisar los movimientos con regularidad.
Una vez que el banco esté al tanto de los cargos fraudulentos y haya recibido la documentación pertinente que le envió, debería dar una respuesta a la disputa dentro de los siguientes 30 días. En la mayoría de los casos, el banco tendrá hasta 90 días para investigar y corregir el error.
Generalmente, los investigadores internos de fraude de crédito del banco se encargarán de resolverlo, ya que están capacitados para determinar si se cometió un fraude y cómo. Según cuál sea la naturaleza y el alcance del fraude, el banco puede decidir involucrar a las autoridades.
Generalmente, el banco aconseja al consumidor que contacte a las agencias de informes de crédito más importantes (en Estados Unidos, son Equifax, Experian y TransUnion) y que pida que se coloque una alerta de fraude en el archivo.
Esto garantiza que se rechacen los intentos de abrir nuevas cuentas de crédito a menos que el acreedor hable directamente con el consumidor y tome pasos adicionales para verificar su identidad.
Siempre debe ser cuidadoso al enviar o recibir dinero. Para evitar los robos en transferencias electrónicas, siga los siguientes consejos:
Lo primero es contactar de inmediato a su banco o institución financiera. Alértelos sobre la situación y averigüe si es posible que le devuelvan su dinero luego de ser estafado en línea. Asegúrese de cancelar los pagos periódicos que tenga y considere congelar las cuentas que hayan sido afectadas.
También es buena idea que cambie todas sus contraseñas, incluso en redes sociales. Si cree que también sufrió un robo de identidad, póngase en contacto con la policía. También puede denunciar las estafas a la agencia correspondiente en su país. Por ejemplo:
Puede contactar a una de las tres agencias crediticias más grandes para debatir si debe colocar una alerta de fraude en su archivo. Esto ayudará a prevenir que los ladrones de identidades abran una cuenta nueva a su nombre. Las tres agencias más grandes son Equifax, Experian y TransUnion.
Puede denunciar los contactos sospechosos a la Comisión Federal de Comercio. Su sitio web, IdentityTheft.gov, le ofrece un plan de recuperación, orientación, seguimiento de avances y formularios y cartas completados personalizados para usted.
Puede rellenar un formulario en el sitio web del Servicio del Defensor Financiero si su banco no le ha dado respuesta en 8 semanas. Puede ayudarlo más rápido si el banco le ha enviado una carta de rechazo y recomendando que use ese servicio. Scams Action de Citizens Advice y Action Fraud también son recursos útiles en el Reino Unido.
IDCARE es un servicio gratuito que trabajará con usted para desarrollar un plan que reduzca el daño del robo de identidad. Scamwatch de la Australian Competition and Consumer Commission recolecta información sobre estafas en Australia. Su denuncia ayuda a que Scamwatch cree alertas de estafas para poner sobre aviso a la comunidad.
Puede reportar el robo al Canadian Anti-Fraud Centre, institución que ofrece apoyo y asistencia para las víctimas.
Por último, una de las cosas más simples que puede hacer para protegerse es instalar una solución fuerte de seguridad cibernética en todos sus dispositivos. Recomendamos Kaspersky Internet Security, que lo defiende de infecciones por malware, de spyware y del robo de información, y protege sus pagos en línea con cifrado de nivel bancario.
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