En la actualidad, los álbumes de fotos físicos han sido reemplazados por Facebook e Instagram como plataformas para compartir imágenes familiares.Generalmente se priorizan momentos específicos como nacimientos, cumpleaños y vacaciones, que pueden incluir fotos de niños en ropa interior, o de bebés en pañales o en la bañera. De hecho el41% de los latinoamericanos admite publicar una vez al mes fotografías en redes sociales de menores de edad (hijos, hermanos, sobrinos, u otros) donde aparecen con escasa ropa,según una investigación regional1, desarrollada por la compañía global de ciberseguridad, Kaspersky Lab, en conjunto con la consultora chilena de estudios de mercado CORPA.
“Lo padres son los responsables de lo que ocurre en la vida digital de sus hijos y deben tomar las medidas necesarias para proteger a los menores de los peligros que asechan en el ciberespacio. Además, los adultos deben dar el ejemplo adoptando una conducta responsable a la hora de navegar en línea”, dice DmitryBestuzhev,director del Equipo de Investigación y Análisis para América latina en Kaspersky Lab.
Sin embargo, las cifras revelan que quienes son más propensas a subir con frecuencia este tipo de contenido son las mujeres latinoamericanas, con un 46%, versus los hombres con un 35%. De quienes las suben, un 46% se encuentra entre los 25 y 34 años, seguidos por jóvenes de entre 18 y 24 años con el 38%. Muy a la par con este grupo están las personas de 35 a 50 años, con el 37%.
Para sorpresa de muchos, el estudio revela que por país los porcentajes de publicación de este tipo de contenidos son altos. Los peruanos encabezan la lista con 50% de los internautas que al menos una vez al mes publica fotos de niños con poca ropa en redes sociales. Le siguen los chilenos con 41%, luego los argentinos y brasileños con 39%, y cierran los colombianos y mexicanos con 37%.
El sondeo es parte de la campaña “Resaca Digital”, que está impulsando la compañía global de ciberseguridad para concientizar sobre los riesgos a los que están expuestos los internautas cuando comparten contenido en Internet sin precaución y, así, evitar que se arrepientan a futuro.
Pero, ¿cuáles serían los riesgos de difundir este tipo de imágenes? Principalmente existen tres tipos de amenaza hacia los menores de edad en la actualidad. La primera de ellas tiene que ver con los usuarios desconocidos, quienes al encontrar perfiles de Facebook o Instagram que son públicos, pueden descargar y compartir imágenes de los niños para fines maliciosos, relacionados al ámbito sexual y la pederastia. En segundo lugar, se encuentra el cyberbullying que podrían sufrir los niños en su adolescencia si las imágenes publicadas son utilizadas como material de bromas, sextorsion o ciberacoso. Finalmente, los propios padres se vuelven una amenaza para sus hijos cuando comparten estas imágenes en forma excesiva e indiscriminada.
“Antiguamente se tomaban con torpeza fotos espontáneas de niños haciendo tonterías y con caras raras. Los padres las preservaban y compartían en álbumes de fotos en la privacidad de sus casas. Como profesional del mundo cibernético, que emplea mucho tiempo en las redes sociales, me asombra todo lo que los usuarios son capaces de compartir actualmente en línea y cómo estamos exponiendo a nuestros hijos a vivir un tormento en el futuro”, comenta Bestuzhev.“En esencia, las redes sociales han hecho que sea fácil compartir nuestras vidas, momentos y recuerdos, pero la desventaja es que resulta tan sencillo hacerlo, que no nos tomamos un momento para pensar quién tiene acceso a esta información y las posibles consecuencias que esto puede causarle a nuestros hijos en el futuro ya que lo que se publica en Internet, vivirá para siempre en el ciberespacio”, añade.
Según el mismo estudio de Kaspersky Lab, el arrepentimiento tras una publicación viralizada en redes sociales que contenía imágenes vergonzosas propias o de otras personas en fiestas o situaciones sociales, alcanza el 23% a nivel latinoamericano. La moraleja de esto, afirma Bestuzhev, “es que no debes hacer algo que vaya a avergonzar a tu hijo o sobrino, o a ponerlo en riesgo en un futuro, a no ser que puedas controlar al público al que va dirigido, como hacían tus padres con los álbumes de fotos. Lamentablemente, en la actualidad, esto es algo imposible de hacer en Internet”.
Es más, ahora que nuestra sociedad se ha trasladado en su mayor parte a Internet, además de comprometer la privacidad de los menores, también los exponemos a trolls, personas que examinan la página detenidamente y dejan comentarios de mal gusto sin importar lo dulce e inocente que sean las imágenes. De hecho, hoy en día es popular convertir una foto chistosa o vergonzosa en meme y viralizarla, sin importar que el protagonista sea un menor de edad, lo que abre la puerta para el ciberacoso y problemas de autoestima para el menor.
Para evitar dolores de cabeza y futuros mal ratos para nuestros hijos por no ser precavidos a la hora de publicar este tipo de fotografías, Kaspersky Lab ofrece cuatro consejos a los internautas: