Nunca va a existir un momento ideal para una pandemia, pero la historia de la humanidad es rica en ejemplos de infecciones virales fuera de control que hubieran cobrado miles de vidas más si hubieran ocurrido algunos años antes. Un ejemplo es la contribución del transporte aéreo en la lucha contra la epidemia de la Gripe Española de 1918, o el llamado “Pulmón de Acero”, recién mejorado y asequible a la época que permitió a muchos niños sobrevivir a la polio en la década de 1950. O en la actualidad, el auge de la utilización de robots en el sector de la atención médica desde que comenzó la pandemia de Coronavirus.
Los robots están siendo utilizados para reducir las posibilidades de infección por contacto entre personas, permitir que se hagan intervenciones médicas más precisas y crear espacio para que doctores, enfermeros y otros profesionales de la salud puedan direccionar sus energías para donde más se necesite. Los robots sirven para múltiples funciones: desinfectar las superficies dentro de los hospitales, entregar alimentos y medicamentos a los pacientes y hasta asistir cirujanos para que tengan movimientos precisos a la hora de colocarse sus equipos de protección personal (EPP).
Con una demanda de camas en los hospitales sólo vista durante periodos de guerra, los robots pueden aliviar la carga de trabajo humano en tareas como limpieza y desinfección de materiales y ambientes. Pero además de completar sus tareas de manera eficiente, los robots, al contrario de los humanos, no necesitan variaciones en su trabajo para mantenerse concentrados. Y dado que los trabajadores sanitarios de primera línea corren un alto riesgo de infectarse con COVID-19, los robots reducen el riesgo al actuar como escudo entre el personal y los pacientes.
Pero mientras el Coronavirus domina los titulares de salud, las cirugías electivas y de emergencia siguen ocurriendo. Los cirujanos están adaptándose para evitar posibles contagios y los robots también tienen un rol en esas operaciones.
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Entregando comida y medicinas con robots hospitalarios
Descripción: Mira cómo un hospital utiliza un robot autónomo para suministrar medicamentos, ahorrando tiempo a los técnicos de farmacia.
Desde 2011, los hospitales han hecho pruebas con robots autónomos TUG, un robot capaz de cumplir una serie de tareas de logística, como entregar comida, transportar objetos pesados y ropa de cama. Hoy en día ya es posible decir que el TUG ha sido un gran éxito, con cifras estimadas de que 25 TUGs puedan cumplir más de 1300 tareas al día, de acuerdo con el estudio de algunos centros sanitaros.
Los creadores del TUG, la compañía Aethon, reportan un aumento de 30% en el uso de sus robots desde el inicio de la pandemia. La contribución de ese modelo de robots para combatir el Coronavirus incluye tareas como entregar equipos de protección personal a los trabajadores o muestras al laboratorio, pero tal vez la más importante de todas sea ahorrarle al equipo médico la tarea de caminar grandes distancias, evitando así sumarle aún más cansancio a aquellos que están todo el día moviéndose o trabajando de pie.
Desinfección con drones
Ivan Stamatovski es el director técnico de Easy Aerial Smart Security, una compañía con sede en Brooklyn, Nueva York, EE. UU. Esta compañía internacional de seguridad y servicios aeroespaciales se especializa en desarrollar sistemas robóticos de monitoreo y vigilancia automática, utilizando vehículos aéreos autónomos (UVAs), los famosos drones.
Stamatovski afirma que su negocio ha tenido un gran aumento en la demanda de drones, principalmente porque estos están siendo utilizados para rociar desinfectante y entregar medicamentos y alimentos en áreas de difícil acceso. Easy Aerial también está construyendo drones personalizados para entregar suministros médicos que serán utilizados para llegar a diferentes islas en la costa de Japón.
Superando los temblores para tener cirugías más rápidas y menos invasivas.
Con sede en Baltimore, EE. UU., la compañía Galen Robotics está desarrollando una solución de plataforma única para ayudar a cirujanos de múltiples especificidades y disciplinas quirúrgicas. El objetivo es eliminar temblores en las manos, lo que permite a los cirujanos tener movimientos más precisos y que las acciones quirúrgicas sean lo menos invasivas posibles. En 2016, la Universidad John Hopkins hizo contacto con la empresa para producir y comercializar sus creaciones por medio del Robotic ENT Microsurgical System (REMS). Desde entonces, la compañía ha expandido su tecnología para diferentes usos. “Tenemos el plan de obtener la aprobación de la Federal Drug Administration (FDA) en el próximo año para luego empezar a comercializar nuestra tecnología. Actualmente incluso, algunos estudiantes de medicina están entrenando con realidad virtual para aprender cómo utilizarla”, afirma el presidente y CEO de Galen, Bruce Lichorowic.
Galen quiere ofrecer sus robots como un modelo de servicio, una forma de evitar que las instituciones de salud tengan que hacer inversiones demasiado altas para poder contar con su tecnología. Con eso, ellos creen que la gran versatilidad de los robots cirujanos puede estimular aún más la demanda en el futuro.
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“La nueva versión de los robots quirúrgicos puede reducir el tiempo necesario para hacer un procedimiento, posiblemente llevando a que tengamos menos complicaciones quirúrgicas, menos días de internación y menos reingresos para los pacientes. Es una propuesta muy atractiva, no solo para los hospitales, sino también para doctores y compañías de seguros de salud”.
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Estos nuevos robots llegan en un momento donde los hospitales están en busca de tecnologías que realmente revolucionen su funcionamiento y cambien las reglas del juego. Por eso la expectativa de los líderes de Galen es que, al ofrecer los robots con un modelo de servicio, los hospitales y clínicas que actualmente no tienen la capacidad financiera para hacer grandes inversiones también puedan aprovecharlas.
El Coronavirus ha cambiado la manera en que se hacen algunas cirugías. Los robots son el próximo paso
A causa del Covid-19, los cirujanos han empezado a practicar cirugías incorporando nuevas técnicas, como operar laringes con instrumentos más largos, protectores faciales y batas completas. Pero toda esa protección también limita la destreza de los cirujanos. “Vemos que existe una demanda por soluciones robóticas que aumenten el alcance, la destreza y la precisión, como el asistente robótico Da Vinci, que permite que una sola persona pueda operar cuatro o cinco varillas laparoscópicas en una cirugía”, dice Dave Saunders, director técnico y cofundador de Galen Robotics.
Galen cree que mientras más pacientes puedan dejar de ser operados en cirugías abiertas para ser dirigidos a procedimientos asistidos por computadoras y robots menos invasivos, mejor será el saldo general, tanto para esos pacientes como para el equipo médico. Los robots memorizan los caminos de una operación, como el que hace una aguja de biopsia al entrar por el cerebro de un paciente, y también los movimientos que los cirujanos hacen, y los repiten para evitar daños a cualquier estructura del cuerpo del paciente.
Robots que enseñan con métodos experimentales
La compañía californiana ZeroUI, ha desarrollado una plataforma integrada de educación experimental llamada “Ziro”. La herramienta ofrece programas de aprendizaje inmersivo usando tecnologías de robótica y de Internet de las Cosas (IoT) , que le permiten ser configurada y controlada por medio de una app o de gestos manuales.
“La disminución de los costos de hardware y los avances en Inteligencia Artificial (AI), han impulsado un gran aumento en la adopción de robots en muchas industrias en los últimos años, pero la pandemia en específico ha acelerado la demanda de esas tecnologías en el sector de salud, debido a la gran necesidad de mano de obra e interacciones con menos contacto directo. Los robots están cumpliendo tareas como desinfectar superficies y entregar medicamentos y suministros en los hospitales”, afirma Raja Jasti, CEO y fundador de ZeroUI.
Operaciones remotas hechas por robots podrían salvar vidas
Cada año 1,4 millón de pacientes son transferidos entre hospitales en los Estados Unidos, la gran mayoría para recibir tratamientos que no estaban disponibles en las clínicas donde fueron ingresados por primera vez. Estos pacientes enfrentan un riesgo significativamente más alto, llegando a permanecer hasta tres veces más en los hospitales y con casi dos veces más chances de morir que los pacientes que no han sido transferidos. Además, un estudio hecho en los EE. UU. descubrió que esas transferencias suelen costar, en promedio, cerca de 6 mil dólares cuando son hechas por tierra y casi el doble cuando son hechas por aire, eso sin considerar el costo extra cobrado por cada milla recorrida.
Pero el control remoto de robots y la conexión en alta velocidad por medio del 5G prometen cambiar ese escenario en un futuro cercano.
Es posible que los cirujanos puedan operar con robots no solo desde otra habitación, sino desde otra ciudad o país. Esto podría mejorar drásticamente el acceso a la cirugía para los pacientes en lugares remotos y reducir los riesgos de traslado.”
La robótica está viviendo un muy buen momento, tanto en desarrollo como en adopción. La pandemia del Coronavirus ha cambiado nuestra relación con el riesgo en contextos sociales y médicos, abriendo también nuestras mentes para tecnologías que pueden facilitar y proteger nuestras vidas. Mientras vemos aparatos simples, como aspiradoras robots y drones desinfectantes ayudando a los humanos a dedicarse a las áreas donde más son necesarios, otras tecnologías más complejas, como los robots cirujanos, están dando a esos profesionales un nuevo nivel de control y de precisión. Con los robots en la sanidad, podemos esperar un futuro con más opciones y menos riesgos.