Después de un receso de más de dos años, la feria comercial Congreso Mundial de Móviles regresó a finales de junio con reseñas variadas. Antes de la pandemia, los ocho pabellones de exhibiciones estaban a reventar; sin embargo, este año solo tres estaban casi llenos. Muchas empresas importantes decidieron no asistir al MWC21. Los anuncios de productos nuevos no eran tan interesantes, y mientras España sigue en la lucha por hacer frente a sus casos nuevos de COVID-19, algunos eventos de gran magnitud tuvieron que ponerse en pausa.
La lista de críticas al evento es tanto larga como justificada. El MWC21 en realidad distó mucho de las conferencias del Congreso Mundial de Móviles anteriores. A pesar de esto, el evento de este año fue interesante e importante. Lo primero, y, tal vez, más importante, es que simbolizó el regreso a algo parecido a una normalidad después de la pandemia, aunque no fuera lo que hubiéramos considerado normal hace un par de años.
En segundo lugar, el MWC21 también fue un avance de cómo otras conferencias importantes y eventos abarrotados similares podrían realizarse en el futuro cercano. Puede ser que las amplias medidas de seguridad hayan sido el aspecto más interesante del evento. Nos guste o no, estas tecnologías serán parte de nuestras vidas diarias para cualquier cosa que queramos hacer sin conectarnos.
La publicación sobre MWC21 de Eugene Kaspersky incluye muchas más fotos del evento
No se admite la entrada sin smartphone
Desde hace tiempo se han utilizado aplicaciones en eventos importantes. Si bien alguna vez fue una ventaja para los visitantes (por ejemplo para ver el programa o registrarse para una sesión), usar aplicaciones de conferencia como requisito de ingreso es nuevo.
Ya que no se entregarían los conocidos gafetes físicos del evento, se requirió un smartphone moderno con una versión reciente de Android (o la plataforma de Huawei que no es completamente Android) o iOS para ejecutar la aplicación de la conferencia. La discriminación contra los usuarios de teléfonos mucho más antiguos está probablemente justificada, si consideramos el tema del Congreso Mundial de Móviles. Sin embargo, el mismo sistema está destinado a volverse popular incluso para eventos no tan tecnológicos.
Los visitantes necesitaban un resultado de prueba de COVID-19 negativo para ingresar al recinto, y, una vez dentro, con vacuna o no, tenían que volver a hacerse la prueba cada 72 horas y utilizar la misma aplicación para actualizar sus resultados. También tuvieron que llenar una declaración de salud diaria.
Las pruebas realizadas en el sitio se llevaron a cabo en una sala gigante que se parecía al control fronterizo de un aeropuerto grande. El requisito de distanciamiento de 1.5 metros entre personas formadas fue imposible de implementar, pero todos entraban y salían en menos de una hora.
Otra visión del futuro fue el reconocimiento facial a la entrada para confirmar las identidades digitales de los portadores de gafete. (Los visitantes podían optar por verificación de identificación manual, lo que sacrificaba la velocidad).
El sistema biométrico reconoció a la mayoría de los visitantes, incluso si usaban un cubrebocas, y estamos hablando de los cubrebocas FFP2 que se pedían en el recinto, los cuales cubren más de la mitad de la cara. Aunque cuando no los reconocía, los empleados en la entrada tenían que pedirles a las personas que se descubrieran la cara. Es difícil saber qué tan efectiva era la protección de esta operación compleja contra la propagación del virus, pero se veía impresionante.
Por supuesto, el programa del MWC también era parte híbrido; muchos asistentes y exhibidores elegían no arriesgarse asistiendo al evento en persona. Algunas sesiones, como nuestra conferencia de prensa sobre problemas de ciberseguridad en las aplicaciones de citas, se transmitieron desde el recinto para los espectadores en línea. En otras conferencias, era el orador quién se proyectaba en una pantalla para la audiencia presente en el auditorio, mientras que otras presentaciones estaba pregrabadas.
Lecciones para el futuro
Es poco probable que las conferencias y las ferias comerciales continúen o vuelvan tener la magnitud de antes. Esto no debería sorprendernos, pero después del evento de la MWC21, no se puede negar. Hace seis meses, algunos esperaban que con la vacunación masiva la vida regresara a la normalidad en el verano u otoño, pero ahora esa esperanza no parece realista.
Por lo menos por ahora, que los tecnófobos mejor se queden en casa. Las aplicaciones móviles, la biométrica y otras formas de uso de microchips 5G serán inevitables en eventos grandes en el futuro inmediato. Habiendo dicho esto, la vida continúa. Al final, el MWC21 se realizó, y esto ya de por sí es impresionante.