Misiones espaciales, como el reciente viaje del multimillonario Richard Branson y el vuelo de tripulación civil realizado por Jeff Bezos, posibilitarán rápidamente los viajes turísticos más allá de la órbita de la Tierra. La iniciativa es emocionante y representa un paso importante en el avance de la humanidad, pero trae consigo la necesidad de proteger la infraestructura espacial de ciberamenazas para impedir que los ciberdelincuentes actúen y puedan aprovecharse de cualquier vulnerabilidad.
Al igual que cualquier entorno de infraestructura crítica, la infraestructura espacial a menudo incorpora un segmento de usuario tradicional, con una red corporativa que aloja servicios de correo electrónico, transacciones electrónicas y servidores de archivos. También está el segmento de campo donde sondas espaciales, sensores, actuadores, satélites y sistemas similares recopilan datos del entorno físico. Además, una capa de supervisión interconecta los dispositivos de campo con la red corporativa para monitorear y procesar los datos recopilados.
Nuestro más reciente análisis reveló que los puntos de acceso a la infraestructura espacial son muchos: redes corporativas, estaciones de comunicación por satélite, satélites en órbita y todos los sistemas que se conectan a la red espacial para utilizar sus servicios. Además, la inclusión de torres 4G, prevista para finales de 2022, ampliará los puntos de acceso aún más.
“La infraestructura crítica tradicional se ha visto comprometida repetidamente en los últimos años, con consecuencias que suelen ser graves. Es importante que aprendamos de los errores del pasado y hacer de la ciberseguridad en viajes espaciales tripulados una prioridad desde la creación de estos sistemas de control”, señala Dmitry Bestuzhev, Director del Equipo Global de Investigación y Análisis para Latinoamérica
Desafortunadamente, la amenaza a la infraestructura espacial no es ficción. En los últimos años, se han reportado varios actores de amenazas abusando de la infraestructura espacial. Su objetivo es interrumpir las comunicaciones por satélite, explotar la infraestructura para interceptar las transmisiones espacio-tierra o robar información confidencial.
Con el auge del turismo espacial, nuestros expertos anticipan un aumento en el número de personas y máquinas que tendrán que operar con la enorme complejidad de los instrumentos involucrados en tales operaciones. Por ende, la empresa señala que el área para un potencial ataque es grande, el alcance del impacto es considerable y las posibles ganancias para los actores especializados pueden ser muy atractivas.
A medida que la humanidad se aventura cada vez más en el espacio, resaltamos que la única opción sensata será un enfoque que se centre en la protección completa de la infraestructura espacial.