Cuando el amor se acaba

Hemos investigado cómo ciertas parejas renuncian a la privacidad y las posibles consecuencias.

En Kaspersky Lab solemos hablar hablamos muy a menudo de la importancia de proteger tus datos personales de los demás. Las nuevas tecnologías vienen muy bien para compartir todo tipo de cosas, pero, por otro lado, cada vez es más difícil guardar un secreto.

Recientemente llevamos a cabo un estudio global junto con la empresa Toluna mediante el cual descubrimos que 8 de cada 10 personas admiten que cada individuo debería tener su propio espacio personal, no obstante, la gente tiende a compartir su información privada sin ningún tipo de vigilancia.

Los límites del espacio personal son muy confusos en las relaciones amorosas. Nuestra investigación demuestra que la mitad de las parejas comparten contraseñas y códigos PIN de sus cuentas y un cuarto puede desbloquear el dispositivo de su pareja con su propia huella digital. Además, una gran mayoría (un 70%) cree que una relación es más importante que la privacidad. ¿Es esto verdad? En esta publicación os revelamos hasta donde puede llegar el exceso confianza.

Privacidad para dos

Las parejas más románticas comparten el acceso a sus dispositivos como una muestra de que no hay nada que esconder. Un buen gesto para generar confianza, ¿no crees? Pero ¿qué pensarías de lo que cuenta tu pareja sobre ti a sus amigas cuando están en confianza? Y qué desagradable puede llegar a ser que uno de los dos descubra de antemano una sorpresa para el día de San Valentín. ¿Cómo puede explicarle un fotógrafo a su amada que un álbum repleto de fotos de jóvenes modelos es para fines laborales y no por placer? ¿Y cómo podría convencerlo ella de que no siente nada por un excompañero de clase con el que se verá al día siguiente?

Seguramente, ambas partes se pedirán explicaciones. El estudio muestra que alrededor de un tercio de los encuestados afirma echar un vistazo a la vida virtual de su pareja de vez en cuando. Y aquellos que empiezan a sospechar del futuro de la relación, incluso se inician en el espionaje.

Las parejas terminan descubriendo a estos detectives caseros con las manos en la masa, ya sea como resultado de una discusión o justo cuando van en busca de materiales comprometidos. Un tercio de los entrevistados admite haber discutido por el hecho de que su pareja haya visto información que no tendría que haber visto.

¿Y si las cosas empiezan a ir mal?

Como puedes ver, eliminar los límites de privacidad no da lugar a una relación más sana, de hecho, estas peleas que surgen cuando uno de los dos ha encontrado información comprometida pueden llegar a causar una ruptura. Además, nuestro estudio muestra que uno de cada cuatro tiene materiales más íntimos (mensajes, fotos, videos) en el dispositivo de su pareja y otros confían sus datos financieros y empresariales. Tras la ruptura, todo esto quedará en manos de un posible enemigo.

Un corazón roto solo piensa en venganza; es más, el 12% de los encuestados ha hecho (o ha pensado hacer) pública información privada de su pareja y otros tantos intentan destrozar los dispositivos de su pareja. Después de la ruptura, uno de cada cinco sigue espiando a su ex por las redes sociales, ya sea por pereza o por olvido rara vez se cambian las contraseñas. Y el 10% de los abandonados confiesa haber pagado online con el dinero de su ex, probablemente debido a un ataque de histeria.

Suelen ser los hombres los que buscan castigar a sus exparejas. Alrededor de un 17% publica algo privado sobre su ex después de la ruptura y otro 17% intenta sacar provecho de sus datos personales. En las mujeres estos datos se corresponden con un 7% y un 8%, respectivamente. Pero espiar a una expareja parece ser un asunto mucho más femenino: un tercio admite haberlo hecho, mientras que en los hombres se trata de un 28 %. Al mismo tiempo, las mujeres tienden a eliminar todo rastro de sus relaciones pasadas en sus dispositivos.

¿Qué hacer?

Tanto mujeres como hombres deberían ser un poco más precavidos a la hora de compartir su información personal. Compaginar tu reputación y tu economía con una relación cordial con tu expareja no es algo imposible. Pero recuerda que en el amor no hace falta compartirlo todo, especialmente cuando se trata de información sensible. Te recomendamos que sigas estas simples reglas cuando empieces una relación:

  • Establece ciertos límites en tu espacio personal desde el principio. Todos tenemos información que queremos guardar solo para nosotros. Es importante que ambos entendáis que las parejas con más confianza también tienen secretos.
  • Piensa qué contraseñas quieres compartir con tu media naranja y cuáles no. Si se produce la ruptura, no te olvides de cambiar las contraseñas que conoce tu pareja. Gestionar claves ahora es mucho más fácil con la ayuda de un gestor de contraseñas como, por ejemplo, Kaspersky Password Manager.

  • No dejes información comprometida en los dispositivos de tu pareja, podría convertirse en tu ex, así que asegúrate de borrar las fotos y usa la opción Destrucción de documento en Kaspersky Total Security para asegurar que esos archivos se puedan recuperar y usar en tu contra.
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