Es ampliamente sabido que cualquier cosa apetitosa o excesivamente llamativa para los niños puede ser contraproducente para la salud. Esto me recuerda a frases de personajes famosos como Winston Churchill, Oscar Wilde o Alexander Woollcott, como la siguiente: “Todas las cosas que me gustan son inmorales, ilegales o engordan”.
Sin dudas es una frase contundente si pensamos en términos de la segunda ley de termodinámica. Sin embargo, la vida está repleta de curiosidades y cada regla tiene sus excepciones, la mayoría de ellas provistas por la ciencia.
Veamos algunos ejemplos. El amor adictivo al café puede arruinar tu vida (cualquier doctor lo diría); no obstante, existen casos en los que puede ayudar a prevenir el riesgo de melanoma. Así lo determinó un estudio reciente hecho en EE.UU, publicado en el prestigioso Journal of the National Cancer Institute.
La verdad es muy simple: 4 tazas o más de café consumidas diariamente reducen el riesgo de contraer un tumor maligno en un 20 %. Menos consumo significa, entonces, menor porcentaje (dicha relación no incluye el descafeinado).
Por supuesto: 20% no es mucho, pero cuenta si tomamos en consideración el número de muertos por melanoma, que alcanza hasta 50 mil personas cada año, cifra que aumenta considerablemente. No hay factores claramente definidos que causen la muerte por esta enfermedad, siendo el más evidente la exposición prolongada a la luz solar y la predisposición genética.
De hecho, la correlación entre el café y el bajo riesgo de cáncer de piel ha sido citada en publicaciones científicas recientes en Noruega e Italia. Sin embargo, no existen estadísticas comprobables para evaluar su grado de relevancia.
La nueva investigación se basa en una muestra de población de casi medio millón de ancianos estadounidenses blancos, a quienes se estudiaron durante una década. Los autores del estudio consideraron otros factores importantes, incluyendo el sexo, la edad, la actividad física, obesidad, hábitos perjudiciales, el clima, etc.
Good news for coffee drinkers: 4 cups of #coffee a day linked to 20% reduced melanoma risk http://t.co/jpl9eHcc3j… pic.twitter.com/8A4Xlp4Nlf
— Medical News Today (@mnt) January 22, 2015
Los investigadores se percataron de otros patrones de comportamiento asociados con el riesgo de melanoma, como por ejemplo el alcohol, el tabaco y el grado (alto) educativo. Los cigarrillos reducen ligeramente el riesgo, pero tanto el alcohol y el nivel de instrucción no (hacen lo opuesto). Esto último, por más raro que parezca, podría explicarse dado que las personas de mayor clase social suelen exponerse más al sol por disfrute y diversión, factores que, no obstante, son insignificantes.
Es que los científicos son muy cautos en sus implicaciones y reconocen las posibilidades de que esta correlación sea imaginaria (y por mera coincidencia). Sin embargo, hay una gran probabilidad de que los componentes bioactivos del café, incluyendo la cafeína, no influyan, de hecho, en los procesos de carcinogénesis debido a la emisión de rayos UV agresivos.
Las investigaciones indican que los protectores solares y la exposición limitada al sol funcionarían mucho mejor que consumir litros de café diariamente. La American M.D.s publicó otra investigación en el European Heart Journal con buenas noticias a quienes les cuesta luchar contra los malos hábitos.
Es ampliamente conocido que el consumo regular de alcohol es perjudicial para el sistema cardiovascular y aumenta el riesgo de insuficiencia cardiaca. Datos nuevos obtenidos en el marco del mencionado estudio demuestran que todo depende de la dosis que se tome. Cuando se hace en pequeñas cantidades, el alcohol funciona de manera opuesta a lo que popularmente se conoce.
Lo que sucede es lo siguiente: para los hombres quienes consumen siete unidades de referencia de alcohol por semana, el riesgo de sufrir enfermedad cardíaca disminuye en un 20 %, si se compara con uno que no lo hace. Para las mujeres, este efecto es más leve (16%). Para determinar unidad de referencia, los investigadores tomaron 17 g de etanol (que es igual a 100 a 150 g de vino, una pequeña lata de cerveza o entre 30 y 40 g de alcohol fuerte).
En caso de que la dosis semanal de alcohol aumente, la afectación aumenta. Una persona que bebe el doble de lo recomendado por los investigadores (14 unidades por semana) corre el mismo riesgo de quien no bebe ni una gota. Si se consumen más de 21 unidades por semana, el riesgo de muerte prematura (cualquiera que sea la razón) aumenta.
Los datos se obtuvieron a partir de una muestra estadística compuesta por estadounidenses jóvenes y de mediana edad sin importar su raza.
Al igual que con la investigación anterior, los resultados no fueron muy novedosos: se habían obtenido resultados similares antes, pero en dicho caso, las estadísticas resultaron bastantes sólidas: cerca de 15 mil personas fueron encuestadas y examinadas durante el período de 25 años.
Los autores están se oponen a trazar una línea recta entre el consumo de alcohol y el riesgo menor de sufrir insuficiencia cardíaca. Esto es sólo una correlación, pero la relación de causa- efecto aún no se ha podido demostrar. Hay otra pregunta importante: ¿qué tipo de alcohol es el más ideal para garantizar la longevidad? La respuesta está aún por descubrirse.
No todas las verdades aceptadas universalmente son absolutas
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Así que, ¿qué resulta de todo lo anterior? Los excesos no son, definitivamente, la mejor vía para una salud óptima y un estilo de vida sano. Y no hay ciencia alguna que pueda justificar el tabaquismo o el abuso del alcohol. Es más: se podría decir que no hay verdades aceptadas universalmente que sean absolutas. Algo que describa el contenido de una caja no significa que haya algo adentro, a menos que se abra.
Traducido por: Maximiliano De Benedetto