entrevista
Valter consiguió su primer trabajo recién salido de la escuela, a los 16. A la fecha, ha sido desde vendedor de zapatos hasta crupier de póker. Actualmente, tiene dos hijas maravillosas, un MBA en Seguridad de la Información y un trabajo en Kaspersky donde apoya a clientes B2B en América Latina.
– Tengo que comentarte algo antes de empezar por mera curiosidad. En nuestro correo electrónico corporativo apareces como Valter Generoso, pero en la base de datos de la empresa apareces como Valter Silva. ¡¿Qué es lo que está pasando?!
– Bueno, mi nombre completo es Valter Generoso Silva. Silva es mi apellido, bastante común aquí en Brasil, por ello, cuando puedo, me presento como Valter Generoso, que es menos común. Además, me gusta el significado de Generoso. Me parece que es una buena manera de empezar una conversación.
– ¿Dónde vives en Brasil?
– A mi familia no le encantaba mucho viajar, por lo que salí de mi ciudad natal, Ribeirão Preto, por primera vez hasta los 15 años. El año pasado, para trabajar en Kaspersky, me mudé a una ciudad del mismo estado, Jundiaí, a unos 50 km de la oficina en São Paulo. El tránsito en São Paulo parece durar una eternidad, por lo que llego más rápido a la oficina que alguien que vive en la misma ciudad.
– Pensaba que los equipos de soporte trabajaban desde casa. ¿También deben hacer soporte offline?
– Aquí trabajamos con un sistema híbrido. Casi todos los días trabajo desde casa. Soy parte del equipo MSA LatAm, que significa Acuerdo de Servicio de Mantenimiento de Kaspersky. Nos ocupamos de aquellos clientes con contratos de Soporte Premium, o sea, de alta prioridad. Además de las actividades comunes como las juntas a distancia o el seguimiento de los casos de soporte, me gusta mucho ocuparme con problemas más complejos, como cuando un cliente no está satisfecho con algo y necesito entenderlo para tratar de cambiar su perspectiva.
– ¿Es necesaria algún tipo de formación específica para este trabajo?
– ¡Por supuesto! Soy licenciado en Informática y tengo un MBA en Seguridad de la Información.
– ¿Lo obtuviste en la universidad? Lo pregunto porque la mayoría de colegas de mi edad no tienen títulos en infoseguridad. ¡En los 90 no había clases de infoseguridad en las universidades!
– Interesante. Sí, estudié en la universidad UNISEB, en mi ciudad. Fui un estudiante tardío, cuando me gradué en Informática tenía 27 años. Y el MBA en Seguridad de la Información lo obtuve varios años después, en 2022.
– ¿Qué hacías antes de la universidad?
-Comencé a trabajar desde los 16 años. Varios empleos en pequeños comercios. Aquí en Brasil todo el mundo tiene una especie de libreta de trabajo donde apunta todos sus empleos; la mía está llena. Trabajé en un bar, vendí zapatos, hice telemarketing… Quizás mi trabajo más raro fue crupier de póker.
– ¡Vaya, grandes experiencias! Y después de todo eso, ¿te interesó la informática?
– Mis amigos comenzaron a programar y les iba bastante bien. Entonces un dejé todo, hice un examen para una beca y me fui a trabajar en atención al cliente de telemarketing, para una empresa de telecomunicaciones aquí en Brasil. Era el único lugar donde podía hacer un cambio de carrera sin necesitar experiencia previa.
Traté de ser desarrollador, pero no era lo mío. No obstante, mi primera experiencia laboral en una empresa de informática me ayudó a aprender sobre infraestructura informática. Entonces dije: “Llevo casi 10 años de retraso en comparación con gente de mi edad, así que debo aprender rápido”. Y no he parado de estudiar todo lo que he podido.
Conoce a Valter Generoso, Director Técnico de Cuentas de Kaspersky Latinoamérica
– ¿Y la infoseguridad? ¿Por qué esta especialización? ¿Es un problema importante en Brasil?
– Es un problema sumamente grave, y lo que lo hace aún más grande es que la conciencia de seguridad es casi nula, incluso entre la gente de IT.
Por ejemplo, yo. Trabajé tres años para una empresa de IT y luego entré con un concesionario de coches que utilizaba Kaspersky en su infraestructura de IT. Fue hasta ese momento que aprendí un poco sobre antivirus por primera vez. Otros conceptos básicos sobre seguridad de la información, como los cortafuegos y la protección de la red, los fui aprendiendo cuando empecé a trabajar para una empresa que vendía estas soluciones. De igual manera, me enteré de las tendencias avanzadas de seguridad (como el red teaming), cuando comencé a trabajar para una empresa que ofrecía esos servicios.
En pocas palabras, varias empresas en Brasil se toman en serio la seguridad de la información y compran soluciones de seguridad. Pero alrededor del 80% de las PYMES ni siquiera conocen los riesgos, y mucho menos cuentan con el presupuesto para soluciones que los afronten.
– Describe en una palabra la cualidad principal que necesitas para trabajar exitosamente en el servicio de asistencia de una empresa de ciberseguridad?
– Empatía. Ponerse en los zapatos de quienes enfrentan el problema.
– ¿Y siempre es así? Seguro tienes anécdotas divertidas relacionadas con malentendidos.
– En una ocasión estaba en una llamada online hablando de un tema serio. Como doy soporte en diferentes países de América Latina, hablo tanto portugués como español. Esta discusión particularmente era en español, pero traté de usar un proverbio popular portugués. Desgraciadamente, la traducción al español no tenía sentido alguno. Traté de explicarme, pero cada vez se ponía peor. Entonces comencé a reírme y, por fortuna, todos los demás también lo hicieron. Después de esto, me juré a mí mismo no recurrir de nuevo a las traducciones de proverbios.
– ¿En Brasil hay alguien que pueda llamar al servicio de asistencia y hablar alguna lengua indígena?
– Desgraciadamente no. Las lenguas indígenas ya están muertas. Históricamente, no cuidamos la cultura y las lenguas indígenas lo suficiente. Además, Brasil es el único país de Sudamérica que fue colonizado por Portugal, por lo que hablamos mayoritariamente portugués.
– Al tratar con personas de otros países latinoamericanos, ¿percibes alguna diferencia en sus actitudes hacia la ciberseguridad?
– Bueno, Costa Rica se encuentra ahora en un momento complicado desde el punto de vista de ciberseguridad. Hay un estado de emergencia oficial debido a los ataques contra varios sectores del gobierno. Su sensación de urgencia es mucho mayor que en otros países.
– ¡Entonces en verdad puedes ayudar en algún análisis global! Me pregunto si nuestros analistas han utilizado alguna vez los datos de los servicios de apoyo, para ver una imagen global de las amenazas…
– Quizás podrían utilizar algunos datos sobre los casos de apoyo, pero solo en lo general general. Al menos por mi parte nunca he ayudado de manera directa en este tipo de análisis.
– ¿A la gente de Brasil le importa el hecho de que Kaspersky tenga raíces rusas?
– No. Aquí en Brasil, por lo que veo, a la gente no le importa mucho el origen de la empresa para la que trabajo. Sé que la gente a nivel de empresa puede tener grandes problemas por ello. Pero desde mi familia, amigos o incluso en redes sociales nunca me han preguntado por nada relacionado con las raíces rusas de Kaspersky.
– Bueno, en Europa algunos se pusieron muy nerviosos por el conflicto ucraniano.
– Sí, lo sé. Pero pasó como con cualquier suceso extranjero: las dos primeras semanas la gente hablaba muchísimo del tema; ahora sólo sale 20 segundos en algunas noticias. Aquí es año de elecciones, por lo que la gente está más preocupada por lo que cuesta la boda de uno de los candidatos que por otra cosa.
– Para terminar, cuéntanos un poco sobre tu vida personal. ¿Qué te gusta hacer cuando no estás trabajando? A los brasileños les gusta el fútbol, ¿cierto?
– No le digas a nadie, pero no me encanta el fútbol. Suelo llevar a mi familia al parque, paseo a mis dos perros, o voy al cine con mi hija mayor. A los dos nos encantan las películas de superhéroes. De vez en cuando también voy al gimnasio.
Otra cosa sobre mí es que me gusta darle a la vida un poco de… sentido del humor. Entonces, cada que me es posible, me gusta hacer que quienes me rodean se sientas más positivos en situaciones complicadas.
– ¿Qué piensas sobre visitar Rusia?
– Me encantaría. Cuando tenía 14 años, estaba en una sala de chat de MSN practicando mi inglés y empecé a hablar con una chica rusa. Después de unos días intercambiamos números de ICQ, y ella compartió algunas fotos de Rusia y me contó cómo era vivir allí. Fue la primera vez que vi la Plaza Roja.
Me gustaría mucho jugar al ajedrez con un anciano ruso en una plaza de Moscú… ¡y ser aplastado en ocho movimientos!
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