Jeffrey Esposito: “Pensaba que sería una industria aburrida”

Te presentamos a Jeffrey Esposito, el director regional de Redes Sociales de Kaspersky.

Jeffrey vive con su esposa y sus dos hijos en las afueras de Boston. Si bien, una de sus pasiones más grandes sigue siendo la elaboración de cerveza, su pasatiempo principal en este momento es la jardinería: cultivar pimientos para hacer salsas superpicantes. Pero en esta entrevista, Jeff nos cuenta cómo ha influenciado su trabajo como director regional de Redes Sociales en Kaspersky en su vida.

– Comencemos por el principio. Cuando eras niño, ni siquiera soñabas con trabajar para una empresa de ciberseguridad, ya que por aquel entonces no existían. Entonces, ¿cuál era tu sueño?

– ¡Quería ser un Transformer! Como la mayoría de los niños, mi mente estaba llena de fantasía y todo aquello que estuviera fuera de lo normal. Muchas de las cosas que me gustaban estaban ligadas al mundo de la ciencia ficción. conforme fui creciendo, quise trabajar en algo en lo que pudiera escribir o enseñar.

– Vaya, yo también intenté ser escritor. ¿Publicaste algo?

– Publiqué algunos cuentos y poemas, pero no era bien pagado, entonces busqué algo en un campo diferente. Seguí la temática de la escritura y terminé en relaciones públicas deportivas; ahí me fue muy bien y rechacé una oferta de educación superior gratuita para convertirme en profesor universitario.

– ¿Cómo cambiaste el deporte por la ciberseguridad?

– Tuve el problema que aparece en muchas historias: chico conoce a chica, se enamoran y bla, bla, bla. Conocí a mi entonces esposa en un crucero y tuvimos una relación a larga distancia durante un año. Fue cuando decidimos que podría funcionar, así que dimití, me mudé a Boston y acepté un trabajo en la industria del comercio electrónico.

Tras ocho años en la empresa, comencé a buscar algo nuevo cuando di con Kaspersky a través de un amigo que trabajaba para la compañía. Si soy sincero, pensé que se trataba de una industria aburrida y que sería algo a corto plazo. ¡Estaba muy equivocado! En mi tercer día anunciamos el descubrimiento de Duqu 2.0.

Entrevista con Jeffrey Esposito

– Claro, Duqu es un buen ejemplo para explicar de qué trata tu trabajo. ¿Qué hacías exactamente cuando se reveló esta investigación?

– La noche anterior nos llamaron para una reunión obligatoria a las 6 de la mañana del día siguiente. Recuerdo mi reacción: “Maldita sea. ¡¿Pero qué demonios es esto?!”. Jamás voy a olvidar la calma en las voces de mis compañeros mientras discutían sobre lo sucedido y cómo reaccionaríamos con respecto a la conferencia de prensa, el comunicado, y demás. Luego recibí el mensaje de Serge (director de Redes Sociales) para reunirnos con él en la oficina a las 8 de la mañana para discutir las cosas y asegurarme de que toda la información para el blog estaba lista.

Como apenas era mi tercer día no sabía qué esperar. Gestionaba nuestras cuentas de redes sociales por primera vez: todos los tuits, mensajes de Facebook o comentarios en blogs/sitios de noticias/Reddit que llegaban. Hice todo lo posible con las respuestas y tenía a Serge conmigo en los Estados Unidos ayudándome con la aprobación de los mensajes. ¡Entonces me di cuenta que este trabajo no iba a ser aburrido!

Actualmente, tras más de una docena de crisis y anuncios importantes de APT, tengo una visión completamente diferente sobre cómo gestionar las cosas. Me involucro en la elaboración de mensajes, respuestas y también lo que debemos y no debemos decir públicamente y en las redes sociales. Y es gracioso, pero usamos a Duqu como ejemplo de cómo nos forjamos como un equipo fuerte.

– ¿Qué nuevas experiencias te ha aportado trabajar para una empresa extranjera?

– Al comienzo, tenía demasiadas preguntas relacionadas con algunos estereotipos que había adquirido al crecer durante la Guerra Fría en los EE. UU. Veía las cosas a través de mi perspectiva estadounidense. Sin embargo, después de trabajar aquí durante bastante tiempo dirigiendo un equipo internacional, he aprendido mucho y muchas de las concepciones que tenía ya cambiaron.

– ¿Entiendes siempre a tus compañeros internacionales? ¿Con qué frecuencia te cuesta entender lo que dicen?

– Sí, tengo que hablar de forma más lenta y asegurarme de pronunciar todo perfectamente, sobre todo para aquellos que no tienen el inglés como idioma nativo. Todavía hay momentos en los que debo repetir varias veces las cosas. Pasa todavía al menos una vez por semana.

Cuando se trata de entender, creo que tenemos mucha gente buena que lo hace funcionar, sin importar el idioma. Y no solo en redes sociales, en el resto del equipo también.

Traté aprender ruso y llegué al nivel de un niño de preescolar, pero tuve que detenerme por falta de tiempo. Pero incluso eso me enseñó que la barrera del idioma es real: puedes entender lo difícil que es para otros comunicarse todo el día en una lengua que no es la materna y eso cambia tu perspectiva.

Entrevista con Jeffrey Esposito

– ¿Qué fue lo que más te sorprendió de Rusia cuando la visitaste por primera vez? Por ejemplo, para mí, una de las grandes sorpresas que me llevé en los EE. UU. fue la sonrisa constante en los rostros de la gente.

– Lo primero que me sorprendió fue que los rusos no son tan fríos y duros como se suele pensar. La verdad es que son muy amables y esto no es algo que se muestre en las películas. Pero una cosa que no esperaba era el frío, y también el calor, que puede hacer aquí.

Y lo que realmente he disfrutado con nuestros colegas es aprender más sobre cómo se crio a la gente y las risas que nos echamos con respecto a la basura política que se ha publicado sobre la Guerra Fría. Mira a tipos como tú y como yo: tomándonos una cerveza podemos darnos cuenta de que tenemos muchas cosas en común y que solo queremos llevar una buena vida.

Por supuesto que hay diferencias, pero todos somos personas. Y esta es una de mis cosas favoritas; que me permite aprender la cultura y probar alimentos que son un poco diferentes a los que hay en EE. UU.

– ¿Es difícil explicar este punto de vista cuando vuelves a los EE. UU.? ¿Cómo te tratan los estadounidenses cuando se enteran de que trabajas para Kaspersky?

– En un comienzo me hacían muchas bromas sobre la película Rocky IV con Ivan Drago y eses cosas. Y no, aunque suene muy habitual, todavía no me he encontrado con ningún oso conduciendo.

En cuanto a mi familia, uno de mis sobrinos está seguro de que soy un espía y se lo cuenta a la gente. Imagínate lo interesante que se puso la reunión de padres de familia cuando uno de mis hijos le dijo a su maestro que yo era un espía y que por eso viajo mucho y hago tantas visitas a Rusia.

Una de las preguntas más comunes que recibo sobre ir a Rusia es si es seguro o no, si la gente asusta y cosas por el estilo. Muchas de estas percepciones están influenciadas por toda la basura que se publicó sobre la Guerra Fría.

Y, cuando se trata de las redes sociales, lo mejor es hacer oídos sordos, ya que mucha gente realiza ataques personales. Hoy en día tenemos que tratar con muchos usuarios que afirman que Kaspersky forma parte del gobierno, lo cual no es cierto.

Por tanto, así es cómo veo las cosas: si puedes tener una conversación educada, genial, pero si te encuentras a alguien que simplemente actúa como un idiota ignorante, bueno, es claro que no es tu amigo.

Entrevista con Jeffrey Esposito

– ¿Ha sido complicado enfrentarte a la tormenta en redes sociales contra Kaspersky en los últimos dos meses? ¿Qué ha sido lo más difícil de este trabajo?

– Creo que el pueblo de Ucrania lo tiene mucho más difícil, al igual que mis amigos y colegas en Rusia, donde las sanciones económicas les están causando problemas. Esta es la parte de la vida que importa, no alguien que postea en redes.

Desde un punto de vista comercial, observo muchas de las cosas que suceden en nuestra empresa y en las cuentas de Eugene Kaspersky. Hay bots, por supuesto. Luego están los comunicadores sociales: personas que responden a cualquier publicación sobre un tema o tendencia en particular. En la situación actual, estas cuentas están respondiendo a cualquier empresa o entidad que no haya dejado de atender al mercado ruso. Y, claro, no faltan los trols aleatorios que aparecen en cualquier conversación.

Cuando se trata de cuentas personales, quizás la clase de troleo más delicada proviene de las personas a las que conoces muy bien.

El mayor problema ha sido hablar con nuestros empleados y asesorarlos sobre cómo responder y qué se puede o no decir. Esto ha sido especialmente delicado con nuestros colegas de la UE. Trabajan y cobran un salario de parte de una empresa fundada en Rusia, por lo que reciben demasiadas preguntas. El problema es que muchas personas ahora relacionan trabajar en una empresa rusa con algo parecido a trabajar para el gobierno ruso. Lo cual, obviamente, no es el caso en absoluto.

– Por último, intentemos mirar hacia el futuro. ¿Cómo crees que cambiará la situación de la ciberseguridad tras este conflicto? Por ejemplo, algunos políticos occidentales piden a los usuarios que dejen de utilizar los productos de Kaspersky por el mero hecho de ser una empresa con sede en Rusia. ¿No están abriendo sus puertas a los ciberdelincuentes?

– ¡Qué pregunta tan difícil! Desde una perspectiva futura, los sectores públicos y privados deben trabajar conjuntamente. El cibercrimen no desaparecerá, los ataques patrocinados por el estado tampoco. Una de las cosas que hace que Kaspersky sea único es que, realmente, no nos interesa de dónde proviene una amenaza. Informamos sobre todas ellas y estamos dispuestos a trabajar con cualquier organismo encargado de hacer cumplir la ley para detener a los ciberdelincuentes. Anteriormente hemos ayudado a los gobiernos de EE. UU. y la Unión Europea que ahora nos evitan públicamente, pero así es la política. Perjudicaría a todos si los países dejaran de cooperar en ciberseguridad o dividieran esta cooperación por fronteras arbitrarias.

En realidad lo único que espero es que la gente se dé cuenta de que somos una sociedad internacional y no solo unas líneas dibujadas en un mapa. Cualquier empresa que no busque proteger activamente a sus clientes contra los riesgos de la ciberseguridad está fracasando.

 

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