Aviso: A continuación, compartiremos la opinión del autor, que no tiene por qué coincidir con la postura oficial de Kaspersky como empresa.
En las dos primeras partes de esta serie se estableció lo que son las criptomonedas y cómo los NFT terminaron en el lugar opuesto del que afirmaban dirigirse. Pudimos haber parado ahí: después de todo, nuestra intención inicial era analizar la posibilidad de enriquecernos con los NFT. Entonces, ¿qué queda por decir ya que sabemos que es poco probable volverse rico? ¿No sería una pérdida de tiempo continuar?
Desgraciadamente, la historia no ha terminado. Aunque haya aunque te haya disuadido de adéntrate en el mundo de las criptomonedas y, por mucho que ese mundo esté viviendo una gran caída, fuerzas muy poderosas continúan con su trabajo para garantizar no solo su supervivencia sino también su penetración en la vida diaria. Por esto, antes de despedirnos, hay un punto final y crucial que hay que señalar: las criptomonedas no cumplen con nada de lo que prometieron y, aunque lo hicieran, sería un desastre.
El pánico bancario
Para comenzar, hablemos sobre el mercado de las criptomonedas y su estado actual. En mayo del 2022, su capitalización cayó de 1,8 a 1,2 billones de dólares, o sea, perdió el equivalente aproximado al PIB de Polonia. Actualmente, están por debajo del billón de dólares. Los NFT también cayeron de forma drástica en la primera mitad del 2022, dado los golpes al ecosistema, en el que los principales actores experimentaron problemas de liquidez. Este noviembre, FTX, una de las plataformas de intercambio más importantes del mundo, declaró su bancarrota y la dirección enfrenta acusaciones por conducta inapropiada. Con pasivos de entre 10 y 50 mil millones de dólares, la caída de FTX seguro que cambiará el panorama de las criptomonedas para siempre. De por sí el 2022 había sido un año difícil: stablecoins como Tether o Terra, criptoactivos que intentan mantener la paridad con el dólar estadounidense, ya se habían enfrentado a graves dificultades. Estas monedas estables ofrecen una forma de almacenamiento de capital de baja volatilidad (o sin volatilidad, idealmente) sin salir del contexto de las criptomonedas. Si esperas que Ethereum baje, puedes intercambiar todas tus reservas por su cantidad equivalente en stablecoin y comprar Ethereum de nuevo a un precio más bajo más adelante. Este proceso es más rápido y económico que tener que retirar dinero en dólares, aunque sea de manera temporal.
Es obvio que la paridad uno a uno de las stablecoins con el dólar debe garantizarse de alguna forma; si no, solo serán una criptomoneda volátil más en el mercado. Algunos confían en medios algorítmicos para mantener el equilibrio, mientras que otros prometen tener suficientes reservas fiat para respaldar la moneda. En los dos escenarios, los recientes picos en los intentos de retirar dinero no han ido bien y generan dudas sobre la capacidad de las stablecoin por mantener su valor bajo presión. Esto ha provocado que cada vez más personas traten de saltar de un barco que parece estar en pleno hundimiento, aumentando la presión sobre estas monedas y empeorando la situación. La paridad del dólar se ha perdido, generando pánico. Los tipos de cambio de todas las criptomonedas se han visto afectados, al igual que otras empresas. A comienzos de este año, Celsius, una empresa que fungía como banco comercial de criptomonedas, congeló los retiros y finalmente se declaró en bancarrota [1] Además de enfrentar problemas de liquidez por la retirada de fondos de sus clientes, Celsius invirtió gran parte de su Ether en un producto derivado (“sETH») que le permitía invertir dinero por adelantado en el futuro esquema de validación de prueba de participación de Ethereum (ver parte II). Desgraciadamente, los desarrolladores de Ethereum siguen retrasando el cambio de la prueba de participación, los sETH pierden su valor y los ETH preasignados continúan bloqueados, agravando los problemas de solvencia de Celsius.. Poco después, Babel, otro criptobanco, también suspendió los retiros debido a problemas de liquidez. Lo mismo ha pasado estas últimas semanas después de que surgieron rumores sobre la falta de solvencia de FTX. Irónicamente, el ecosistema creado para “liberar a las masas de los bancos” está experimentando una situación de pánico bancario tras otra.
La inflación también afecta a las criptomonedas
Vale la pena investigar las razones por las que, en los últimos meses, tantas personas han tratado de retirar dinero, situación que ha provocado dicho colapso. La mayoría de los observadores concuerdan que la inflación es la principal causa [2] Otra razón es el hecho de que la minería se vuelve menos rentable debido a la subida del precio de la energía y el desplome de los tipos de cambio., ya que hoy en día afecta a la mayoría de las economías del mundo real. En el contexto de una recesión, los inversores se vuelven más reacios al riesgo y las personas deben apretarse el cinturón, privando al ecosistema de la afluencia de los recién llegados de los que depende y sacando capital del ecosistema.
Esto merece mención especial ya que uno de los argumentos principales que se escuchan a favor de las criptomonedas es cómo pueden ser usadas como refugio contra la inflación y otras manipulaciones monetarias por parte de los gobiernos. Después de todo, la creación monetaria en criptomonedas es inamovible: por ejemplo, el suministro total de Bitcoins aumentará de forma gradual hasta llegar a los 21 millones y se estancará para siempre. Los entusiastas de las criptomonedas suelen apuntar a la expansión cuantitativa (EC) como causa de la inflación y prueba de que no se debe confiar en los gobiernos en asuntos monetarios. Aunque es al revés en realidad: el criptomercado florecía mientras las políticas EC inundaron a los inversores con dinero gratis. Pero todos corren a la salida ahora que la fiesta terminó.
Ya sabíamos que, en contra del objetivo inicial de las criptomonedas, las decisiones gubernamentales sí han impactado en su mundo, como cuando China prohibió la minería en su territorio. Actualmente resulta obvio que no están tan desvinculadas de la economía del mundo real como sus defensores hubieran querido.
El absurdo del dinero apolítico
Si bien, la primera entrega de esta serie se basaba en la noción de que las criptomonedas no son monedas adecuadas en absoluto, un punto ciego no se ha abordado es la idea de que algún día podrían mejorar lo suficiente como para cumplir con su propósito. Muchos entusiastas son conscientes de los errores en las tecnologías de la blockchain, pero siguen firmes en que los próximos avances lo resolverán todo. El problema es que están equivocados, no porque haya límites en la capacidad de la humanidad para la ingeniería, sino porque desde el principio la idea está condenada al fracaso.
Históricamente, la gestión del dinero siempre ha sido prerrogativa de los estados. La ley visigoda del siglo VII permitía usar la tortura para investigar la falsificación de dinero (al final, se le cortaba una mano al culpable). Durante el Imperio Carolingio (750-900 dC), dichos delitos eran castigados “con el fuego y la muerte”, mientras que en la Bretaña del siglo XV se optaba por la ebullición y la horca (sí, en ese orden). Algo más cercano, en Francia todavía condenaban a muerte a los falsificadores, justo hasta que la pena de muerte fue abolida en 1981. Actualmente, vivimos en un mundo en el que un indigente puede recibir de entre tres a seis años de cárcel por intentar comprar comida con billetes falsos de 20 dólares. El mensaje todavía es claro: no juegues con el dinero.
Esta es una lección que Facebook, una empresa que podría pensarse que suele salirse con la suya, aprendió de la forma más difícil cuando intentó lanzar su propia stablecoin. La idea era que las grandes empresas de tecnología (Uber, Lyft, Spotify, PayPal y MasterCard) crearan su propia moneda universal para el ámbito digital. Pero, ante el rechazo regulatorio de las autoridades estadounidenses, renunciaron al proyecto [3] Curiosamente, Cambridge Analytica, la famosa compañía conocida por recopilar datos de 87 millones de usuarios de Facebook y usarlos para entregar anuncios muy específicos a los votantes en la red social, también consideró lanzar su propia moneda digital. Su proyecto fue descrito como “un medio para poder infligir básicamente el control del gobierno y el control corporativo privado sobre las personas, lo que simplemente toma toda la premisa inicial de esta tecnología y la pone patas arriba de una forma muy distópica”. y vendieron toda la propiedad intelectual y los activos. Los gobiernos reconocieron de inmediato este intento como un desafío a su poder y lo cortaron de raíz.
Cuando las empresas tecnológicas tratan de lanzar su propia moneda, tienden a olvida un aspecto muy importante del dinero: la moneda no existe como uno de los muchos medios de intercambio, sino que es parte de un sistema económico más amplio que está profundamente integrado en nuestras sociedades. El mantener una economía estable es considerado como uno de los principales roles que se supone los estados deben cumplir. Y cuando fallan, se pueden esperar giros dramáticos en la trama. La Gran Depresión de 1930 se considera un factor importante que condujo a la Segunda Guerra Mundial. En 1788 y 1789, previo a la Revolución Francesa, dos años consecutivos de malas cosechas dieron como resultado que una hogaza de pan costara el 88 % del salario promedio de un trabajador (esto no terminó bien para los altos cargos).
La moneda debe considerarse como parte de la caja de herramientas que los estados pueden aprovechar cuando el bien común está en juego. Los bancos centrales pueden y deben devaluar o revaluar la moneda, y hasta imprimir más según el contexto. ¿Por qué? Porque si no la gente moriría. Argumentar que este poder debería estar en manos de actores privados y egoístas (o simplemente no existir) requiere nada menos que una fe ciega en los efectos estabilizadores del capitalismo desregulado. Es el equivalente digital a decir que queremos que los responsables de la crisis de las hipotecas de alto riesgo se hagan cargo de la Reserva Federal. Para poner un ejemplo menos dramático no hay salir de la Eurozona: los estados miembros adoptaron una moneda global controlada por el Banco Central Europeo, con la que básicamente renunciaron a la formulación de políticas monetarias. Ahora privados de las herramientas descritas anteriormente, los estados individuales de la Unión luchan para resistir las recientes crisis financieras. Todos los expertos coinciden en que fue una terrible idea [4] Esta declaración no debe interpretarse como una oposición fundamental a una unión entre los pueblos europeos, al contrario. Solo defiendo que la forma en que se implementó presenta grande deficiencias, particularmente en torno al euro. Dejo constancia que tampoco creo realista volver a este punto..
El uso discutible por parte de los estados de la devaluación o la expansión cuantitativa, a menudo se usa como argumento de por qué las personas deberían confiar en las criptomonedas. No se puede negar que estas herramientas se han usado de forma incompetente en muchísimaw ocasiones, pero esa no es suficiente razón para argumentar que deberían volver a usarse nunca más. El dinero es una parte íntegra del arte de gobernar, por lo que solo puede ser político, y un caracteristica de la política es su naturaleza conflictiva. La política existe porque la gente no está de acuerdo en las cosas, incluso la forma en que se administra el dinero. La premisa de las criptomonedas de que se deben implementar algoritmos para resolver esos desacuerdos es un síntoma de una creencia generalizada y preocupante en el espacio tecnológico de que podemos encontrar soluciones tecnológicas a los problemas políticos. El ascenso estelar al poder de nuestra industria ha afectado a muchos científicos informáticos con la ilusión de que su comprensión de las computadoras en las que se basa la sociedad moderna se traduce en una capacidad para comprender sus problemas [5] Nuestra dichosa ignorancia de los principios económicos y diplomáticos más básicos quizás se ilustre mejor con esta entrevista, en la que un asesor de Blockchain Capital LLC argumenta que usar Bitcoin como moneda global evitaría guerras, porque pedir dinero prestado sería tan poco práctico que los estados no serían capaces de financiar conflictos largos e impopulares.. Pero no podrían equivocarse más:
- Los algoritmos diseñados hasta ahora han no han parado de fallar, como lo demostraron las partes anteriores de esta serie.
- Cualquier algoritmo propuesto en el futuro será derribado tan pronto como aumente su prevalencia, ya que los estados tienen la gran necesidad de salvaguardar su control sobre sus monedas.
- Los algoritmos nunca han sido una estrategia correcta para la política monetaria, ya que esta siempre debe resultar del consenso social y ser reevaluada periódicamente. Por tanto, reside meramente en el ámbito político.
Y pero aún: la idea de que la gestión mediante algoritmos sería imparcial y, por ende, más justa es una falacia por igual. No existe algoritmo neutral; solo hay algoritmos con políticas codificadas [6] La idea de que las criptomonedas son tecnologías neutrales y que su transparencia incorporada es un fuerte incentivo contra el mal comportamiento surge mucho en las discusiones sobre este tema. No solo mentira (cualquiera que preste atención es consciente de las innumerables estafas y manipulaciones del mercado que abundan en el ecosistema), sino que también ignora cómo los avances tecnológicos reestructuran la sociedad de forma que no son totalmente neutrales (por ejemplo, la imprenta, la máquina de vapor, la informática, Internet, etc)..
La política de las criptomonedas
Por ende, hay que examinar qué creencias políticas se integran con las tecnologías de la blockchain y las criptomonedas, ya que esto nos dará luz sobre los riesgos de una adopción generalizada. El código es ley, pero ¿cómo es esa ley?
El patrón oro
Uno de los principales aspectos de cómo se diseñan las criptomonedas más importantes se relaciona con la oferta monetaria. Como ya mencionamos, Bitcoin contiene un límite codificado de 21 millones de monedas. Ethereum no tiene límite, pero igual controla su creación monetaria al garantizar que no pueda haber más de 18 millones de ETH cada año [7] Ethereum fomenta todavía más la deflación al destruir las monedas pagadas como tarifas de gas. La eliminación constante de dinero del fondo común evita que la oferta crezca demasiado.. El documento técnico original de Bitcoin establece de forma explícita que “una vez que un número predeterminado de monedas ha entrado en circulación, el incentivo puede pasar a las tarifas de transacción y quedar completamente libre de inflación”, lo que demuestra la resistencia a la inflación como un objetivo clave del diseño. Nadie toma en cuenta la contradicción de haber terminado con un instrumento financiero conocido por sus impredecibles espirales inflacionarias y deflacionarias, que se sigue promoviendo como una protección contra cualquiera de estas dos.
Aunque ya desacreditamos esta supuesta resistencia a la inflación anteriormente, sigue siendo un elemento recurrente en el discurso a favor de Bitcoin. No sorprende que Bitcoin recibiera el nombre de “oro digital” en el pasado o que su propia jerga cuente con términos como “minería”, ya que los fundamentos teóricos de la criptomoneda se vinculan estrechamente con la idea del patrón oro. Durante el siglo XX, las monedas fiat han estado vinculadas a un recurso físico (o sea, oro o plata) y el estado no podía emitir más monedas de la que podía respaldar con metal. Para emitir dinero extra, primero debían extraer más oro, pero el suministro mundial es limitado [8] Si EE. UU. volviera al patrón oro, necesitaría comprar la mitad del oro del mundo para respaldar su propia economía. No hay suficiente oro en la Tierra para que todos los países vuelvan al patrón oro.. En 1972, EE. UU. renunció para siempre a ese sistema por varias razones, entre ellas el hecho de que restringía demasiado al gobierno e impedía políticas expansivas cuando estaban justificadas.
Hoy, el consenso contra el patrón oro es casi unánime. Pocos grupos de expertos de derecha como el Instituto CATO (financiado por Charles Koch y Murray Rothbard) y republicanos incondicionales como Ron Paul continúan defendiéndolo. Por ello resulta sorprendente que el patrón oro se utilice como base en las principales criptomonedas, y luego sus entusiastas las defienden como una política económica sólida.
¡Abolir la Reserva Federal!
Otra idea básica para la construcción de criptomonedas es que su carácter descentralizado les permite operar sin la supervisión de terceros de confianza. Podemos citar una vez más el informe original de Satoshi Nakamoto: “la raíz del problema con la moneda convencional reside en toda la confianza que se requiere para que funcione. Se debe confiar en que el banco central no degradará la moneda; pero en la historia de las monedas fiat se han producido muchas violaciones de confianza”. Este párrafo no tiene como objetivo examinar la validez de este rechazo a los bancos centrales, sino reconocerlo por lo que es: una idea profundamente de derecha. Es en este artículo en inglés cuyo título se traduce como “Tu banco central te roba tu dinero» encontramos ejemplos perfectos, al igual que en la sección de comentarios de cualquier contenido online que critique la tecnología blockchain. El fundador de FTX, Sam Bankman-Fried, acusó a la Reserva Federal de la recesión actual [9] Los argumentos que afirman que los bancos centrales provocan una inflación incontrolable al manipular las tasas de interés no toman en cuenta el hecho de que estas acciones se toman en realidad en respuesta a la inflación, con el fin de controlarla. En condiciones usuales, los bancos centrales suelen apuntar a una tasa de inflación del 2 % que los economistas ortodoxos consideran la más favorable. (aunque hechos recientes han puesto en duda la experiencia económica de Bankman-Fried). En el peor de los casos, el ecosistema de las criptomonedas está sumergido en el antisemitismo y las teorías de conspiración de la extrema derecha que incluyen figuras de élite sombrías y la colusión del estado profundo para robarle a la clase media.
Ninguna de estas ideologías nació con las criptomonedas. Si nos fijamos en los detractores de la Reserva Federal fuera de esta área, nos encontramos fácilmente con economistas libertarios (Charles Hugh Smith dejó constancia de su nostalgia por el patrón oro) y más grupos de reflexión de derecha. Este también es un tema recurrente para expertos como Alex Jones.
Libertarios y anarcocapitalistas
Aunque la tecnología blockchain se defina como apolítica, la verdad es que las personas que defendieron sus principios durante décadas parecen tener un punto de vista común. Las personalidades enumeradas anteriormente pueden asociarse con el movimiento libertario estadounidense [10] También denominado “anarcocapitalismo”, aunque las escuelas de pensamiento anarquistas tradicionales rechazan cualquier afiliación a él debido a diferencias ideológicas irreconciliables.. La pieza central de su filosofía es la idea de la libertad como rechazo a la tiranía del estado. Para ellos, los Estados imponen límites inadmisibles a las libertades individuales y deben restringirse a su versión más pequeña posible: que salvaguarde la propiedad privada y ya. En particular, perciben cualquier intento de redistribuir la riqueza o regular la economía y el libre comercio como una invasión inadmisible a la vida privada de los ciudadanos.
Con esto no digo que todos los usuarios de criptomonedas se identifiquen como libertarios; sin embargo, es difícil discutir que la forma en la que se diseñaron las cadenas de bloques se acoge perfectamente los ideales libertarios. Es obvio también que el ecosistema de las criptomonedas ha sido un factor determinante al momento de llevar al frente del debate público lo que solían ser teorías económicas marginales. Sin caer en juicios morales infantiles como “la derecha es mala”, imaginar una sociedad transformada por las criptomonedas solo se lograría medianre una crítica a la filosofía política del libertarismo. Afortunadamente, las grandes mentes ya tomaron tarea por nosotros. Por mis inclinaciones personales, compartiré el relato de Noam Chomsky, que se identifica como un socialista libertario [11] Así como el anarcocapitalismo poco tiene que ver con el anarquismo, el socialismo libertario es difiere en cuanto a significado del libertarismo (pero lo cierto es que está muy cerca del anarquismo), ¿me explico?, pero puedes quedarte con cualquier otro de esta lista si son más de tu agrado. O, si estás de acuerdo con la idea de que un choque darwiniano de las fuerzas del mercado es lo mejor para la sociedad, simplemente puedes saltarte los siguientes párrafos.
Los libertarios rechazan el poder del estado sobre la base de que nadie acepta un contrato social: estamos sujetos a las leyes de nuestro país por nacimiento y no podemos rechazarlas. La libertad, su valor capital, implica tres cosas:
- Todas las interacciones sociales deben regirse por acuerdos mutuos, libremente consentidos por las partes interesadas.
- No debe haber ninguna restricción sobre qué tipos de acuerdos se pueden lograr, especialmente por parte del estado.
- Los poderes del estado deben limitarse lo más posible y este solo debe actuar como árbitro que hace cumplir los acuerdos entre iguales.
Parece un gran sistema igualitario, pero desafortunadamente el mundo en el que vivimos ahora no es ese, ya que las personas interactúan desde diferentes posiciones de riqueza y poder. Si Jeff Bezos quiere algo de mí, es muy probable que lo obtenga, y de acuerdo con sus condiciones. Aunque en teoría tengo la libertad de negarme, cualquier resistencia que presente puede ser fácilmente derrotada debido a que la desproporción de poder es muy grande. Los libertarios no consideran que esto sea un problema, sino más bien una característica del sistema: les parece natural que los más hábiles o expertos en negocios tengan mayor poder como recompensa.
El problema es que el conjunto de reglas promovido por el libertarismo da como resultado un aumento gradual en la concentración de poder a lo largo del tiempo. Los poderosos aprovechan su posición para obtener una ventaja sobre el resto, lo cual los coloca en una posición ligeramente mejor en la que pueden aprovecharse todavía más. Incluso aunque restableciéramos mágicamente la sociedad a un estado meramente igualitario (que en absoluto forma parte de las ideas libertarias), volveríamos al inico después de unas generaciones. No sorprende que esta ideología resulte especialmente atractiva para las entidades que ya lo están haciendo bien, como millonarios y multinacionales, que no quieren nada más que consolidar su poder y crear un entorno en el no puedan desafiarlos. Al más puro estilo orwelliano, el término libertarismo termina representando lo contrario de lo que significa: su implementación da como resultado el sometimiento a una tiranía corporativa donde el sector privado tiene, en efecto, un poder ilimitado y sin control.
Curiosamente, esta evaluación ha dejado de ser teórica. El mundo de las criptomonedas se construyó sobre los preceptos del libertarismo y puede verse como su sociedad ideal en miniatura. Lasnentregas pasadas de esta serie demostraron, con suerte, cómo la dinámica resultante concentró el poder en manos de los que ya eran muy ricos. Lo único que queda por hacer ahora es concluir que este ha sido el diseño de la estructura subyacente en lugar de un desafortunado efecto secundario.
El futuro
No me importaría que los libertarios vivieran su propia distopía en miniatura, siempre y cuando no hubiera un riesgo significativo de que esto pudiera contaminar Internet en su totalidad. Aunque no creo que las criptomonedas se generalicen pronto [12] Al menos no en su forma actual. No obstante, los CBDC tienen un gran potencial para una adopción generalizada, pero son una bestia muy diferente, por lo que no hablaremos aquí de ellos., todavía se están probando e implementando otras nuevas tecnologías basadas en la blockchain.
Web3
Una de esas tecnologías se llama Web3 y, aunque sigue en desarrollo, representa una versión actualizada del concepto general de Internet. La premisa principal también gira alrededor de la descentralización: los servicios de Internet de hoy giran en torno a un puñado de plataformas como Google, Amazon, Microsoft y Facebook principalmente, cuyo liderazgo, si no se cuestiona de manera significativa, al menos es criticado por muchos. La idea detrás de Web3 es que los datos de los usuarios, que son atesorados por estas empresas en la actualidad, se almacenen en el futuro en la blockchain, donde, de nuevo, se podrán descentralizar.
Este es el concepto: los pagos online se realizarán en Ether sin la necesidad de procesadores de terceros como PayPal o Stripe, y los monederos se integrarán de forma directa en los navegadores. Averiguaremos los nombres de dominio buscándolos en la cadena de bloques. El control de acceso se basará en NFT y contratos inteligentes. Entiendes la idea ¿cierto?
El problema tabú es la duda de si realmente la tan ineficiente tecnología blockchain soportará el peso de todo Internet. Además del coste prohibitivo de cualquier operación en la cadena de bloques y otros problemas ya mencionados, como la capacidad para interactuar con la cadena de bloques del público en general. Supongamos que todos los datos del mundo, de alguna forma, pararan ahí ¿cómo accederías: como usuario o propietario de un sitio web? Se supone que las cadenas de bloques están distribuidas y descentralizadas, por lo que seguramente puedas obtener una copia de los datos. En realidad, hacerlo es sencillo… siempre que tengas espacio de almacenamiento suficiente. Actualmente la blockchain de Ethereum pesa 875 GB, y no para de crecer. Claro que es posible que no necesites una copia completa, pero ni siquiera almacenar el último 10 % de esta única cadena de bloques sería práctico en la mayoría de los casos, y no se pueden ni mencionar los dispositivos móviles.
Para enfrentar este tema, algunas empresas, como Infura u OpenSea, desarrollaron interfaces (o sea, API) que los programadores pueden consultar para acceder al estado de la blockchain o de objetos respaldados por cadenas de bloques como las NFT. Así, ya no es necesaria una copia de los datos. En su lugar, puedes pedirle a una parte de confianza lo que te interese, estos lo buscarán en la cadena de bloques por ti y te mandarán el resultado. ¿Qué significa eso? ¿”Terceros de confianza”? Oh sí. La tarea de extraer información de la blockchain es tan tediosa que la acabaron descargando un par de empresas que se convirtieron en las autoridades de facto de lo que contiene. Prácticamente todos los sitios web relacionados con la blockchain dependen de estos servicios. No importa que la información real quede inmutable y distribuida si los puntos únicos de fallo controlan todas las representaciones de estos datos en el mundo. La resistencia a la censura es el último argumento a favor de la blockchain que hasta ahora no habíamos abordado, pero tampoco se sostiene. De hecho, el ecosistema se basa en esto para vigilarse a sí mismo, por ejemplo, cuando OpenSea [13] Una plataforma que posee el 97 % del mercado de NFT que, estoy seguro, todavía está descentralizado. elimina los NFT robados para evitar su reventa. También se ha abusado unilateralmente de este poder. De una forma u otra, el mundo de la blockchain recrea las mismas estructuras que promete derribar.
Tengo varias reservas de que Web3 vea la luz algún día. En todo caso, hasta ahora aprendimos que las cadenas de bloques nunca escalan lo suficientemente bien como para manejar de forma adecuada las aplicaciones del mundo real, no obstantes, el objetivo de Web3 es abarcar todo Internet. Otro obstáculo importante al que Web3 tendrá que enfrentarse es que hacer público todo en la cadena de bloques va en contra de esta era. En realidad, a la última década la marcaron sucesiones de debates sobre el manejo adecuado de los datos de los usuarios y muchas de las críticas han girado alrededor de que los perfiles o las imágenes se hacen públicos de forma predeterminada, por lo que varios países ya han respondido aprobando su legislación correspondiente. Contáctame si eres capaz de explicarme cómo la información personal almacenada en la cadena de bloques puede cumplir con la disposición del RGPD contra su transferencia fuera de la UE. Algunos (como Dan Olson en su gran vídeo sobre este tema) han enmarcado este nuevo paradigma como un intento por parte de una nueva ola de empresas emergentes tecnológicas de usurpar el trono de los gigantes a la hora de disputar el control exclusivo de nuestra información personal. Y quizá este sea el mayor obstáculo para el despegue de Web3: los grandes jugadores no tienen intención de pasar a la pelota.
Qué es el metaverso
El tema es que esos grandes jugadores tienen una visión propia de cómo debería ser el nuevo mundo con ellos en el centro de todo. Por ejemplo, Microsoft ha presentado su estrategia de metaverso y Facebook ha ido tan lejos como para cambiarse el nombre a “Meta”, un movimiento que, según nos hacen creer, solamente lo motiva su sincera creencia en que el metaverso es creíble como concepto y no tiene nada que ver con que su marca inicial se haya vuelto más radiactiva que el sushi de Fukushima.
La mejor forma de explicar el metaverso como concepto es con la película Ready Player One del 2018. Si no la viste, el tráiler explica más que la mayoría de los artículos. Un metaverso es un mundo paralelo al que se accede a través de un casco de realidad virtual, pero más allá del hardware, es básicamente como Second Life: una extensión del espacio físico por donde puedes moverte, pasar el rato con amigos e, incluso, trabajar. Sé lo que piensas: ¿Cómo por? Todo eso se puede hacer en la vida real. No obstante, no podemos descartar la idea del metaverso solo por eso, de hecho, cuando se introdujo Internet, todo el mundo era bastante escéptico. No lo entendían: ya se podía enviar un correo en papel, los periódicos contenían toda la información que siempre habían querido y la idea de pedir productos en tiendas online sin haberlos visto antes parecía ridícula. Sin embargo, 30 años después, estamos aquí, porque son los modos de producción los que definen las necesidades del consumidor, no al contrario. Si todas las interacciones sociales se mudan a ese lado, querremos el metaverso. Los entusiastas de la tecnología lo describen como una nueva revolución a la escala de Internet.
El metaverso y la (ausencia de la) blockchain
Pero antes de entrar a si el metaverso puede afectar en nuestras vidas, hay que aclarar una cosa: ¿qué tiene que ver con las cadenas de bloques? En el 2002, Second Life logró alcanzar cierto nivel de éxito tanto con su mundo virtual como con su moneda sin depender de ninguna de las tecnologías descritas en esta serie. No obstante, con el concepto actual, se nos ofrecen varios metaversos, mundos operados por varios actores desde y hasta el que te teletransportarás como islas vecinas. Para que la experiencia general sea coherente, la información debe compartirse entre todos los metaversos. Si compras unas deportivas Nike auténticas para tu avatar en el reino de Microsoft, lo lógico es que no esperes andar descalzo cuando te mudes a Facebook. La solución a esto, según algunos, es que todos los objetos “poseídos” en el metaverso deben representarse como NFT, lo que convierte a la blockchain en una especie de mecanismo de interoperabilidad en los mundos digitales.
Sin embargo, es curioso que, por más que Microsoft y Facebook promocionen el concepto de metaverso, casi nunca mencionen la blockchain. A pesar de que han creado un consorcio llamado Metaverse Standards Forum con Adobe, Nvidia, Alibaba y muchos otros, si observamos los miembros, veremos que los actores de la blockchain ni siquiera están involucrados. Esto me dice que no importa lo que crea la industria de la criptografía, los gigantes tecnológicos tienen planeado moverse por su cuenta. La verdad es que hay una solución mucho más obvia para el problema de los metaversos múltiples: hacer que surja una hegemonía clara. Los principales actores en el espacio del metaverso no hablan de la blockchain porque, en la actualidad, la interoperabilidad es solo un plan B. Preferirían matar a la competencia y solo tener una isla gigante (la suya) utilizada por todo el mundo. Si la historia es un indicador, esta “apertura” tiene muchas más posibilidades de ser utilizada de manera cínica y estratégica para ganar tracción hasta el momento en que se convierta en el movimiento correcto para encerrar a los usuarios.
Por qué me importa el metaverso
Irónicamente, el concepto de metaverso me preocupó menos cuando me convencieron de que también sería derribado por el toque de Midas de las cadenas de bloques, una tecnología que, déjame recordarte, no ha generado ni una sola aplicación práctica hasta hoy en día dado a sus limitaciones inherentes. Sacar las cadenas de bloques de los metaversos no cambia el hecho de que ambos comparten una misma ideología libertaria de corazón y, en el caso de estos últimos, su inevitable degeneración en tiranía corporativa se vuelve más evidente [14] Curiosamente, parte de la trama de Ready Player One gira en torno a arrebatarle el control del metaverso a su empresa matriz.. Algunos pensadores llaman a este tipo específico de sometimiento “tecnofeudalismo“. Tras las controversias sobre cómo las redes sociales podrían estar destruyendo el tejido social del mundo, ¿En realidad deseamos pasar la mitad de nuestras vidas en ámbitos digitales administrados por entidades que nos han fallado constantemente?
Quizás no tengamos elección. Las empresas más invierten en el metaverso son también algunas de las más poderosas del mundo. Por ello, pueden tener la capacidad (mediante posiciones dominantes o pura fuerza de marketing) para obligarnos a pasar por el aro de cualquier nuevo paradigma para su beneficio. De momento, nos protege el alto precio de las gafas de realidad virtual, pero esto puede no durar para siempre. Me temo que dentro de 20 años habrá uno en cada hogar, por lo que la resistencia al metaverso solo podrá hacerse mediante aislamiento social.
Como conclusión esta sección, compartiré la razón por la que creo que las empresas de tecnología tienen una razón existencial para pelear esta batalla: el hecho de que el capitalismo tardío se enfrenta a un problema estructural. El sistema exige crecimiento y, en realidad, solo sobrevive si continúa creciendo, pero hay un límite: el crecimiento debe detenerse en algún momento. No por razones morales, sino porque nuestro planeta se quedará sin recursos a la larga. El dicho de que “no puede haber crecimiento infinito en un mundo finito” usualmente se usa para abogar por el decrecimiento y alejarse por completo del capitalismo. La genial respuesta del capitalismo es eludir la realidad y crear nuevos mundos, ahora virtuales e infinitos, donde el valor sea extraíble para siempre [15] Esto también explica por qué muchos multimillonarios están tan entusiasmados con la exploración espacial y la perspectiva de colonizar nuevos planetas..
Mirar los metaversos desde este ángulo nos deja comprender por qué se diseñarán principalmente como mercados, donde todos los bienes de la vida real se pueden duplicar y vender nuevamente, y con multinacionales que actúan como propietarios todopoderosos. La meta final es la mercantilización de cada aspecto de nuestras vidas. Al menos yo no quiero ser parte de eso.
Conclusión
Para finalizar, culpar a las cadenas de bloques por todas sus fallas sería muy sencillo. Las aplicaciones que nos han traído (o quieren traer) son absurdas. Todo está mal. En el mejor escenario, son totalmente inútiles. La mayoría de las veces, destruyen nuestro planeta y permiten formas completamente nuevas de opresión. No obstante, el fervor cuasi-religioso que a menudo inspiran nos dice algo más. El sueño de la blockchain trae consigo la promesa de una sociedad más justa, junto con un toque de venganza hacia el mundo financiero que ha arruinado la vida de las personas una y otra vez. No debería sorprendernos que sea difícil dejarlo ir.
Lo que realmente me fastidia es lo explotadora que ha resultado ser la alternativa. Si no lo crees, puedes leer los testimonios de personas que lo han perdido todo, ¿no se te rompe el corazón? No se trata de hacer inversiones financieras cuestionables, sino de que la sociedad actual deje atrás a muchas personas sin esperanza de mejorar sus vidas más allá de los medios que se ponen a su disposición: las apuestas. Y luego esos medios resultan ser otra herramienta secreta para transferir riqueza de los desfavorecidos a los ricos.
Finalmente, en el último párrafo de esta serie, encontramos la primera utilidad de la blockchain, las criptomonedas y los NFT. No es lo que son, sino lo que muestran sobre el mundo, su estado y la intolerable desigualdad que las personas deben soportar. Sobre lo que la sociedad puede llegar a ser si no hacemos algo al respecto y pronto. Más allá de esto, querido lector, estés donde estés, si tratas de salir de la miseria, espero sinceramente que lo logres, pero la blockchain no es el camino.