Hace un año, el 11 de marzo, la Organización Mundial de la Saludo declaró oficialmente una pandemia. Cada uno de nosotros ha pasado el último año de manera diferente, lo que nos da experiencias únicas. Sin embargo, podemos extraer algunas generalidades. No nos detendremos en lo malo. En su lugar, pensemos en lo bueno. ¿Qué lecciones útiles hemos aprendido en los últimos 365 días?
1. Lavarnos las manos, y no solo antes de comer
Les tomó apenas 3,000 años a las masas tomar las ideas de Hipócrates y Avicena en serio. A esto le llamo avance.
En estos días aprendimos no solo a lavarnos las manos, sino que también podemos limpiar nuestros teléfonos. El alcohol isopropílico es la mejor manera de eliminar los gérmenes de nuestros dispositivos inteligentes.
Y muy aparte del aspecto microbiológico, la humanidad se dio cuenta de que las fotos de Instagram se ven mucho mejor en una pantalla limpia que en una sucia. De igual manera, la remoción de capas viejas de sedimento de la bocina y del micrófono es una gran mejora para la calidad del sonido (nota: Blu Tack es todo lo que necesitas).
2. Usar cubrebocas
En algunos países esta práctica se desarrolló un poco antes que en otros, pero la adopción mundial del cubrebocas se dio en el 2020.
Pocos podrían contradecir que ser considerado con los demás en caso de un ataque de estornudos es fácil y correcto. Pero antes del 2020, presentarte ante los demás con cubrebocas en público en Europa o América era declararte un bicho raro: el equivalente a caminar por la calle desnudo.
Hoy, aplica lo contrario: La mayoría de las personas se sienten incómodas si no usan cubrebocas.
3. Trabajar en pijama (o no)
El trabajo desde casa nos ha relajado en algunos aspectos. Hay quienes todavía andan por la casa en sus zapatos de diseñador (pues si los hace felices), pero para la mayoría, ya se estaba tardando en morir el código de vestimenta de oficina.
Lo que antes era un camisón para dormir, ahora es se considera elegante e informal. La balanza de la moda se inclinó considerablemente a favor de la parte superior del atuendo, que es visible en cámara, por sobre la parte inferior. Las marcas comenzaron a imprimir sus logotipos justo debajo de la garganta, y estamos a poco del regreso de las pecheras.
Pero nos estamos desviando. El punto principal es que estamos menos estresados sobre al menos un aspecto de nuestra apariencia.
4. Convertirte en tu propio departamento de TI
Cuando soporte técnico no está cerca, aprendes rápido habilidades administrativas de TI útiles para ti y para tu hogar.
¿El Wi-Fi no llega a la cocina? No hay problema. ¿Escasez de cámaras web? Prueba con un soporte para teléfono y un teléfono viejo. ¿El navegador está enterrado debajo de las notificaciones push? Desactívalas y disfruta de tu nueva paz digital.
A este paso, el soporte técnico podría quedarse sin trabajo.
5. Silenciar tu micrófono en Zoom
Pues no, esto es pedir demasiado. No todos han dominado esta habilidad clave; todavía escuchamos respiraciones agitadas, o cosas peores, durante las llamadas en grupo. Pero la mayoría nos tomamos la molestia de apagar el micrófono y la cámara al unirnos a la siguiente de una larga lista de videollamadas. Este es un avance evidente.
Pero hablando en serio, nos hemos convertido en expertos en comunicarnos e interactuar de manera remota. Lo que antes requería de una reunión cara a cara y una larga búsqueda por una sala de conferencia vacía (o incluso un vuelo transcontinental) ahora es más factible, incluso sin previo aviso.
6. Espacios compartidos con familia o roommates
Nos referimos a vivir, no solo a verse los unos a los otros dos veces al día. El contacto constante resultó ser más difícil de lo esperado, y no todos tienen las habilidades necesarias. Habiendo dicho esto, muchos han descubierto nuevas maneras de interactuar con quienes comparten su casa.
7. El fin de las pláticas casuales de oficina
Algunos todavía vacilan en este tema, pero ¿es posible que haya hecho más eficientes nuestra horas laborales?
8. Apreciar las comodidades del hogar
Los problemas personales en la categoría “puede esperar” han adquirido un nuevo sentido de urgencia. Cuando tu casa es tu mundo, aplazar las cosas, al final de cuentas, solo provoca mayor sufrimiento.
Por ejemplo, uno de nuestros colegas confesó que hace apenas un par de meses decidió comprarse un escritorio de trabajo. ¡Ahora se arrepiente por haber esperado tanto!
9. Simplificar
No tienes que viajar al otro lado del mundo para divertirte. Sabemos que un paseo por la naturaleza de tu ciudad no es tan emocionante como un safari exótico, pero no está tan mal experimentar la vida local desde una perspectiva fresca. Está bien que esto no nos haga saltar de alegría. Es claro que extrañamos mucho viajar y estamos ansiosos por poder hacerlo de nuevo, pero, mientras tanto, podemos descubrir nuevos parajes en un entorno familiar.
10. Adaptarse a los cambios
Este año ha tenido muchos momentos terroríficos y desagradables, pero en la dosis adecuada, incluso el veneno puede ser medicinal. La pandemia nos movió el piso y nos obligó a adaptarnos.
Lo único que podemos hacer es esperar que, a medida que la vida se normalice, no olvidemos las adaptaciones útiles que adquirimos después del COVID.