Amenazas en el regreso a clases: dispositivos

El comienzo de un nuevo ciclo es sinónimo de un dolor de cabeza familiar para los padres: la ciberseguridad de los niños. En esta primera publicación, hablaremos de cómo proteger los dispositivos de sus hijos frente a las ciberamenazas.

El inicio del nuevo ciclo lectivo implica para muchos padres volver a la rutina tradicional: preparar a los niños para la escuela por la mañana y ayudarles con las tareas por la tarde. Sin embargo, las nuevas tecnologías están cambiando esta vida ordenada y reescribiendo las reglas de la higiene digital. Como siempre, los primeros que deben enfrentarse a estas cuestiones son los padres.

En esta serie de publicaciones, explicamos las ciberamenazas que los padres deben tener en cuenta durante el nuevo ciclo lectivo. Comencemos por lo fundamental: el hardware, es decir, por proteger los dispositivos sin los que los estudiantes de hoy en día no pueden (o pueden) vivir.

Geolocalización o “¿dónde están mis hijos?”

Cuando iba a la escuela, la única forma que tenían mis padres de saber si faltaba a clase era a través del registro de asistencia. Hoy en día, en cierto modo es más fácil: los padres pueden vigilar de cerca a sus hijos mediante los dispositivos inteligentes. Sin lugar a dudas, el aspecto negativo es que los padres están cada vez más obsesionados con el paradero y la seguridad física de sus hijos. Es posible vigilar hasta a los más pequeños a través de un monitor para bebés o incluso un muñeco. Y para controlar la asistencia a clase, los padres regalan a sus hijos relojes inteligentes y otros rastreadores portátiles.

Sin embargo, hay problemas de seguridad comunes a todos estos dispositivos. En primer lugar, en el apuro por lanzar al mercado sus productos, los desarrolladores no suelen probarlos para detectar vulnerabilidades. En segundo lugar, muchos de estos nuevos dispositivos tienen arquitecturas poco comunes. Esto puede suponer que no haya antivirus para ellos o que no exista una interfaz disponible para implementar una solución de seguridad.

Esto beneficia a los piratas informáticos, que pueden conectarse a un reloj inteligente y espiar a su propietario o descargar un troyano en el dispositivo para robar datos valiosos.

Además, un reloj inteligente o rastreador implica otro dispositivo más para comprar, controlar la batería y familiarizarse con la configuración, entre otras cosas. ¡Pero espera! Es probable que tu hijo ya tenga un teléfono inteligente, ¿no es cierto? (Para mantenerlo seguro, consulta nuestra guía paso a paso sobre cómo garantizar su seguridad). Eso significa que puedes instalar la aplicación Kaspersky Safe Kids (disponible para iOS y Android) que, entre otras cosas, te permite supervisar los movimientos de tu hijo en tiempo real. El mapa muestra simultáneamente todos los dispositivos de tus hijos, junto con el nivel de batería de cada uno, para que puedas saber a simple vista dónde están todos y si necesitas llamar a alguien para que recargue su teléfono.

La pantalla de inicio de Kaspersky Safe Kids muestra dónde están tus hijos y cuánta carga les queda en sus teléfonos.

La pantalla de inicio de Kaspersky Safe Kids muestra dónde están tus hijos y cuánta carga les queda en sus teléfonos.

Por cierto, ahora puedes obtener Kaspersky Safe Kids gratis con una suscripción a Kaspersky Premium para proteger los dispositivos de todos los miembros de tu familia frente a casi cualquier amenaza.

¿Dispositivos para estudiar? Ojalá…

Con la transición a los medios didácticos digitales, los padres se preguntan qué dispositivo deben comprar para sus hijos. Un teléfono móvil no sirve: las pantallas pequeñas son perjudiciales para la vista. Y para escribir ensayos se necesita un teclado normal.

¿Un iPad o un MacBook Air nuevos y relucientes? Si hablamos de un niño en edad escolar, lleno de energía, no te lo recomiendo. Es probable que una tableta o un ordenador portátil costosos acaben destrozados, junto con tu sistema nervioso. Ni siquiera preguntes cuántas pantallas rotas he tenido que cambiar ya como padre de tres hijos. Estos problemas solo terminan (si tienes suerte) cuando tus hijos llegan a la adolescencia, cuando es probable que empiecen a cuidar más de sus dispositivos, quizás debido al síndrome FOMO, o temor a perderse algo, ya que a esa edad la vida social lo es todo, y para los jóvenes de hoy en día una gran parte de ella tiene lugar en línea.

¿Le darías a tu hijo un ordenador portátil o una tableta de segunda mano? Tu cartera te lo agradecería, pero no todos saldrían beneficiados. Es necesario limpiar (al menos digitalmente) tus viejos dispositivos antes de que tus hijos los utilicen. En el caso de las tabletas y los móviles, lo mejor es un restablecimiento completo de toda la configuración y los datos; y en el caso de los ordenadores portátiles, lo más conveniente es reinstalar el sistema operativo. Y borra cualquier rastro de tus identificaciones de Apple o Google si no quieres que te pase lo mismo que a mi esposa: le regaló a nuestra hija su vieja tableta, que seguía conectada a todas sus cuentas, vinculadas a sus tarjetas bancarias. Así que, después de unos minutos de juego, nuestra hija se fue de compras por Internet.

Otra opción son las tabletas y los ordenadores portátiles “escolares”, que son modelos más sencillos y económicos. Algunos de ellos, como los Chromebooks, se consideran incluso más seguros. Dicho esto, muchas amenazas, como las extensiones falsas de los navegadores, los criptomineros ocultos y los sitios web maliciosos o de phishing, también afectan a los Chromebooks.

El gorroneo de redes Wi-Fi es peligroso

Muchos de los conflictos entre padres e hijos en estos días se deben a que los niños pasan demasiado tiempo en línea o visitan sitios inapropiados. El método de control más común consiste en limitar tanto el tiempo de pantalla como el acceso a la pantalla con la ayuda de una aplicación de control parental, como Kaspersky Safe Kids. Pero algunos padres creen que es suficiente con imponer restricciones generales en Internet: cuando se agoten los datos de pago, se acabó el acceso.

Pero esto no hace más que incitar a los niños a buscar acceso libre por otros lados. ¡Y seguro que lo encontrarán! Un amigo puede configurar un punto de acceso Wi-Fi en su iPhone allí mismo, en clase, o una cafetería cercana permitirá que se conecte sin necesidad de utilizar una contraseña. No hace falta decir que es fácil tropezar con un punto de acceso falso y ser víctima de los estafadores.

Hay dos formas de resolver este problema. La opción más drástica es prohibir las conexiones a redes Wi-Fi desconocidas en el teléfono inteligente de tu hijo y bloquear el acceso a la configuración mediante un código de seguridad adicional (para teléfonos inteligentes Android cuando se utiliza un antivirus y una VPN de Kaspersky) o el control parental. Esto debería funcionar para los estudiantes más pequeños.

Con los adolescentes, es probable que las prohibiciones fracasen. Por lo tanto, tendrás que adoptar la opción más liberal de enseñarle a tu hijo las reglas de uso seguro de las redes Wi-Fi. En particular, deben saber que una VPN no sirve solo para navegar de forma anónima por sitios dudosos, sino para cifrar la conexión incluso cuando se utiliza una red Wi-Fi poco segura.

Obtén la máxima protección

Pero no importa cómo les expliques las reglas de ciberseguridad a tus hijos, recuerda que son mucho más jóvenes e ingenuos que tú y, por lo tanto, más vulnerables a las estafas en línea. Por eso es imprescindible instalar y configurar una solución de seguridad fiable en cada uno de los dispositivos que les proporciones, una solución que proteja a tus hijos no solo de los virus, sino también del phishing, de las llamadas no deseadas y las filtraciones de datos, además de proteger su privacidad en línea.

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