¿Qué son las tarjetas SIM virtuales y para qué sirven?

Apple SIM, Google Project Fi y GigSky son todas tarjetas SIM virtuales. Vale, ¿y qué tienen de virtuales?

Recientemente, los ingenieros que se ocupan de mejorar la tecnología móvil, llegaron a una conclusión: “¿Por qué se necesita una tarjeta SIM si solo se trata de una forma segura de almacenar los datos además de ser una simple unidad informática?”. Estos contenedores de información pueden almacenarse en la memoria interna del dispositivo, por lo que no sería necesario producir, vender y/o reemplazar tarjetas SIM; convirtiéndolas, en última instancia, en elementos obsoletos y del legado.

En ese caso, podríamos terminar usando teléfonos programados, algo que se hacía en los tiempos de las redes DAMPS o CDMA-800. Uno de los beneficios principales de la norma GSM es su carácter “independiente”. Lo único que hay que hacer para personalizar el dispositivo es insertar una tarjeta SIM: por lo tanto, el propietario no tiene que ir a ninguna parte y tiene su dispositivo programado.

Sin embargo, este método es efectivo en el caso en que el usuario tenga una sola tarjeta SIM. Los consumidores de hoy en día utilizan teléfonos de doble y triple SIM, además de tablets, módems USB y muchos otros tipos de dispositivos con conexión a Internet. Algunos utilizan varias tarjetas SIM solo para conectarse a la red, ya que la cobertura de los operadores es inestable, por no hablar del roaming, este es otro tema.

¿Qué hace un viajero en cuanto cruza la frontera a otro país? Por supuesto, lo primero es comprar la tarjeta SIM de un operador local para conectarse a Internet. ¿Por qué no utiliza el paquete de datos de su proveedor de servicios nacional en este caso? Porque es tremendamente caro. El concepto de roaming es conservar el mismo número de teléfono para las llamadas de voz mientras estamos en el extranjero. Pero, no hace falta conservar el número de teléfono para conectarse a Internet, y por eso todo el mundo compra tarjetas SIM locales.

Esta tampoco es una opción muy cómoda: hay que entender las condiciones y las tasas de los paquetes de datos disponibles, a veces escritas en el idioma local, encontrar un punto de venta, explicar lo que se quiere contratar y pagar una cuota.

Esto no es un problema en países en los que las compañías de telefonía móvil tienen sucursales por todas partes, como en Rusia o China, pero en otros países esto no sucede. Recuerdo cómo viví personalmente esta situación, buscando de forma desesperada por los suburbios de San Diego, la forma de recoger una tarjeta SIM, conectarla a un operador virtual y, luego, activarla. También les podría contar mi experiencia en Grecia donde la tienda más cercana estaba a 6 millas de distancia de la cima de la colina. La que, por cierto, solo abría un par de días a la semana, dos horas antes y dos horas después de la siesta.

El proceso de compra de una tarjeta SIM local no suele ser fácil, ni para el usuario ni para el operador. Este último asume los costos asociados a la conexión del usuario (paquetes de bienvenida, transportes, mantenimiento, etc.), mientras que es muy probable que el usuario no utilice esta tarjeta SIM más de dos semanas.

Estas son algunas de las razones por las que se crearon las tarjetas SIM virtuales. La idea es muy sencilla: el dispositivo cuenta en su memoria interna con una sección protegida, como ocurre en cualquier tarjeta SIM. Sin embargo, todos los datos se descargan a través de canales de radio, incluyendo los identificadores que se almacenan por lo general en la base de datos HLR en el caso del operador, mientras que, en el caso del dispositivo, ocurre a través de un canal seguro. Eso es todo, básicamente.

Digamos que compras en la tienda una tarjeta SIM normal, pero te transmiten su contenido por radio. Es algo similar a la descarga de música en iTunes en lugar de comprar un disco en la tienda.

Desde el punto de vista tecnológico, el funcionamiento también es muy sencillo. Para evitar confusiones, la tarjeta SIM se mantiene en su lugar. Pero, en nuestro caso es solo “de adorno”, ya que no contiene datos y parte de su memoria puede ser reescrita.

Esta función es compatible con los nuevos iPads: uno puede simplemente comprar una Apple SIM y escribir en ella datos de cualquier operador. En el caso de Reino Unido y Estados Unidos, los paquetes de datos locales están disponibles y, en otras regiones, existe, por ejemplo, GigSky, una tarjeta SIM “turista”.

Por desgracia, los paquetes de datos de GigSky son casi tan caros como las tarifas de roaming, y la tecnología en sí no está realmente completa. La tecnología de Apple SIM estaría más desarrollada si Apple negociara con los operadores móviles de todo el mundo. Microsoft también está trabajando en una iniciativa similar (la app Cellular Data ya está disponible en la Windows Store).

En cuanto a Google, la compañía está desarrollando su propio proyecto, Project Fi, sin embargo, su concepto es diferente y está disponible solo en Estados Unidos. Su idea se basa en que los teléfonos celulares puedan conectarse a la mejor red disponible, por lo que estos dispositivos están conectados básicamente a un operador virtual que utiliza dos redes centrales nacionales a la vez. Sin embargo, el usuario de Project Fi puede utilizar Internet en otros 120 países en condiciones similares, teniendo en cuenta, por ejemplo, las limitaciones de tráfico. Esta iniciativa está en una fase inicial, pero al menos está disponible para todos los estadounidenses, y no solo a través de invitaciones enviadas a ciertos clientes seleccionados, como ocurría hasta hace poco.

Existe una iniciativa aún más interesante: VSCA (Virtual SIM Card Alliance) es un servicio en la nube para la gestión de tarjetas SIM virtual basada en la especificación SIM aprovisionamiento remoto aprobado por la GSMA. Es utilizado por los dos portadores (que tienen perfiles de tarjetas SIM virtuales) y agregadores, incluidos los fabricantes de equipos, agencias de viajes, y así sucesivamente. Una tarjeta SIM virtual, independientemente de la geografía, estaría disponible a través de una aplicación móvil, y la tarjeta SIM vendería físicamente, como antes, en los puntos de venta.

De nuevo, esta idea depende de la participación de los operadores. Hasta ahora, eran reacios a apoyar este tipo de proyectos. En primer lugar, que no quieren perder los altos ingresos generados por el roaming. En segundo lugar, tienen la precaución de convertirse en un “embudo” de Internet anónimo que suministra datos a suscriptores, pero sin ningún valor de marca. Que como ya sabemos, les costó mucho crear una imagen de marca.

Además, se creó un nuevo debate que gira en torno a “Local Breakout”: de acuerdo con este principio, las redes LTE ofrecerían roaming sin tener que encaminar el tráfico a través de la red “doméstica”, por lo que los costes principales del tráfico bajarían enormemente. Bueno, eso es otra historia. El futuro está, probablemente, en la eSIM; una tarjeta SIM virtual y se descarga directamente en la memoria del teléfono.

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