Imagínate si en los primeros años del boom de Internet alguien que no era Bruce Springsteen hubiese comprado el dominio brucespringsteen.com. Ahora, imagínate que esa persona utiliza la website para obtener beneficios con la imagen y el nombre del artista de rock. En realidad, no hace falta imaginarse nada lo que estoy contando, realmente sucedió. Quien compró el dominio fue acusado de ocupación cibernética pero como defendió exitosamente su caso en el juicio, Bruce Springsteen tuvo que consolarse con la web brucespringsteen.net.
El punto principal de las “ciberokupaciones” es registrar un dominio antes de que una persona o compañía lo haga. Los ciberokupas son, en resumidas cuentas, aquellas personas que llegan primero y que, posteriormente, venden el dominio al mejor postor. Lo que diferencia a un okupa cibernético del dueño de un dominio es que este último no tiene intención de usarlo para propósitos ilegítimos.
Existen dos tipos de ciberokupas. En primer lugar, están aquellos que compran los dominios para que los “verdaderos dueños” se vean obligados a comprarlos más tarde. Además, la presión a comprarlos aumenta si utilizan esas páginas para avergonzar al propietario legítimo. Hace dos años se lanzó una serie de dominios, .xxx, que produjo una oleada de ocupación cibernética y compras legítimas para evitar el problema que tuvo la Universidad de Colorado, que no sabía qué decir cuando su sitio se convirtió en una página pornográfica. Fue así que el resto de las universidades corrieron a comprar sus dominios .xxx para que nadie pueda jugarles este tipo de bromas en el futuro.
El otro tipo de ciberokupas saca provecho de la identidad de otra persona utilizando su nombre e imágenes para engañar a los consumidores y, así, obtener ingresos económicos. Eminem, por ejemplo, tuvo un problema con una empresa que vendía melodías para celulares a través de emimenmobile.com y, recientemente, Gucci ganó una demanda de 144,2 millones de dólares contra un grupo de páginas web que vendían merchandising falso.
El problema de los ciberokupas es que existe un vacío legal al respecto, donde no se sabe hasta dónde sus acciones son legales o ilegales, como le pasó a Bruce Springsteen. En este caso, se determinó que el dueño del sitio no estaba intentado sacar ventaja del nombre del rockero ni de su imagen, lo que determinó realmente el caso.
Por razones obvias, esta práctica supone una amenaza mayor para las compañías que para los usuarios. No obstante, muchas empresas han conseguido grandes beneficios tras batallas legales en torno a los derechos de marca. Por eso, aquellos individuos que tienen su propia pyme o que desean tener su página web personal deberán comprar su dominio – a la Internet Corporation for Assigned Names and Numbers- antes de que caigan en las manos equivocadas.