Chrome
No es ningún secreto para nadie que Google guarda cada bit de información sobre cada uno de los usuarios. Estos datos incluyen, pero no se limitan, a búsqueda de frases en tu historial, lugares donde has hecho clic, conversaciones de Gmail y así sucesivamente. Una reciente presentación de abogados de Google confirmó una vez más que toda la información se guarda y procesa “como cualquier día ordinario de negocios”, lo cual obviamente incluye filtro de spam, selección de ads para los usuarios y ajustes de búsqueda específicos para cada cual.-
Esto no es obvio para la mayor parte de los usuarios, pero en los últimos años, cada uno de nosotros comenzó a tener su propia cuenta de Google. Y si encuentras algo gracioso o inesperado, como ver tu propio sitio web en la primera página de resultados de búsqueda, no corras a mostrárselo a tus amigos; porque si ellos lo buscan verán sitios diferentes tras sus búsquedas. De hecho, los resultados de búsqueda y los anuncios contextuales en los sitios de terceras partes asociadas con Google podrían indicar tus intereses y hábitos. Y la parte más embarazosa es que sólo los empleados de Google y, quizás, agentes de la NSA tienen acceso a los servidores de Google y a tus secretos, sino que cualquier persona puede asomar la cabeza a esos datos sólo mirando la pantalla del navegador. Por ejemplo, si tienes el Google SafeSearch apagado, algunas inocentes solicitudes de búsqueda pueden dar como resultado imágenes explícitas como resultado en la búsqueda de imágenes. Esto indica, claramente, tus intereses en este tipo de contenido, ya que quizás hiciste clic en similares resultados antes. Esto se debe a que los ads de los sitios web se nombran de forma contextual según conversaciones de Google o resultados anteriores de búsqueda, y no por el contenido del sitio web en sí.
Entonces, es imposible mirar estos ads y no darse cuenta que coinciden con tus búsquedas anteriores: un nuevo Chevy, un tratamiento médico o arreglar el techo de tu casa. Por supuesto, los ads son “contextuales”, pero no siempre funcionan bien, de modo que todas estas conclusiones son sólo probables, no hechos fácticos. Por otra parte, no hay que hacer un sobreesfuerzo para obtener la información ya mencionada. Un intruso no precisa hackear para ver todos estos datos privados, todo lo que necesita hacer es sólo “navegar cinco minutos por la web” en tu computadora.
Hay que hacer un esfuerzo extra para evitar búsquedas trackeadas. Google gasta mucho dinero y hace esfuerzos sobrehumanos para identificar a sus usuarios y distinguirlos a uno de otro. Hay muchos métodos para hacer esto. Además de las conocidas cookies, se pueden hacer “trackeos” como LSO y cookies de Flash y a veces es posible detectar “huellas digitales” en un navegador – encabezados específicos en una solicitud de descarga de una página web. Para deshacerse de estos “rastreadores”, tienes que desactivar el caché del navegador y de las cookies, usar plugins especiales al navegar para limpiar otro tipo de almacenamiento local, usar las extensiones AdBlock y NoScript y, por supuesto, nunca registrarte en los servicios de Google para utilizar el navegador.
Si complementas estas restricciones, la Web se convierte en un lugar algo desagradable de visitar, de modo que los más paranoicos deberían implementar todas estas medidas. Hay otras soluciones también, como utilizar un motor de búsqueda menos entrometido, como DuckDuckGo. Éste promete evitar búsquedas personalizadas y posibles “rastreadores” de intereses, de modo que debes usar un navegador separado para utilizar los servicios de Google. El candidato más inadecuado sería Google Chrome, el cual debes evitar excepto cuando utilizas los servicios de Google, si es que la privacidad es un tema que te interesa.
