Las tecnologías modernas ayudan cada vez más a sacar a la luz los secretos de los usuarios y lo podemos ver en las filtraciones masivas de datos personales o en la publicación online de fotos y mensajes privados (e incluso de nivel íntimo).
En este artículo, mantendremos al margen los innumerables expedientes que recogen información de todos los ciudadanos en las bases de datos de las estructuras comerciales o gubernamentales, ya que vamos a dar por hecho que estos datos están protegidos de las miradas indiscretas (aunque todos sabemos que no es el caso), al igual que los incidentes debidos a la pérdida de memorias USB, ataques de hackers y similares. Por ahora nos vamos a centrar en las subidas de datos por parte de los usuarios en Internet.
La solución puede parecer simple: si es privado, no lo publiques. Pero los usuarios no tienen todo el control sobre sus datos privados, pues tanto amigos como familiares también podrían publicar información sensible sobre ellos y, a veces, sin su consentimiento.
Genes públicos
La información que se hace pública debe ceñirse a la realidad, ser casi literal. Por ejemplo, tu ADN puede aparecer online sin tu consentimiento, de hecho, los servicios online especializados en genes y genealogía, como 23andMe, Ancestry.com, GEDmatch y MyHeritage han adquirido mucha popularidad recientemente (por cierto, MyHeritage sufrió una fuga de datos hace poco, pero eso es otro tema). Los usuarios entregan voluntariamente una muestra biomaterial a estos servicios (de saliva o del interior de las mejillas), con los cuales determinan un perfil genético en el laboratorio. Te preguntarás cuál es su utilidad; básicamente, rastrear los antepasados de alguien o determinar una predisposición genética a ciertas enfermedades.
La confidencialidad de los datos privados brilla por su ausencia. Los servicios genealógicos trabajan uniendo perfiles con los que ya están en su base de datos (si no, no se podrían encontrar familares). Y por esta misma razón, los usuarios revelan información sobre ellos de forma voluntaria, para poder encontrar a los parientes que también estén utilizando el servicio. Lo curioso es que los clientes de estos servicios también publican información genealógica de otros miembros de su familia y puede que estos no quieran que nadie los localice, sobre todo a través de su ADN.
Los beneficios de los servicios genealógicos son indiscutibles y han conseguido reunir a muchos familiares. No obstante, no deberíamos olvidar que las bases de datos genéticas públicas pueden tener un uso incorrecto.
Amor fraternal
A simple vista, el almacenamiento de información genética en una base de datos pública puede parecer superficial. Pero lo cierto es que los servicios genealógicos y las muestras biomateriales (piel, uñas, sangre, saliva, etc.) pueden, en algunas circunstancias, ayudar a identificar una persona sin siquiera una fotografía.
La revista Science mostró la realidad de la amenaza en un estudio publicado en octubre. Uno de los autores, Yaniv Erlich, conoce de primera mano los pros y contras de su industria; trabaja para MyHeritage, que proporciona análisis de ADN y servicio de árboles genealógicos.
Según la investigación, aproximadamente 15 millones de personas se han sometido a una prueba genética y han creado un formulario electrónico (otros datos indican que solo MyHeritage cuenta con más de 92 millones de usuarios). En Estados Unidos, los investigadores predijeron que los datos genéticos públicos pronto permitirían que cualquier estadounidense con ascendencia europea (una proporción muy grande de los que hasta ahora se han probado) pudieran identificar a sus familiares a través de su ADN.
Identificar el ADN es muy fácil. Según Nature, el equipo de Erlich extrae el perfil genético de un miembro de un proyecto de investigación de genomas, lo introduce en la base de datos del servicio GEDmatch y obtiene el nombre del propietario de la muestra en un plazo de 24 horas.
El método también ha demostrado su utilidad para las fuerzas del orden, que han podido resolver varios casos estancados gracias a los servicios genealógicos online.
Cómo puede desenmascarar a un criminal la cadena de ADN
La pasada primavera, después de 44 años de una búsqueda sin resultados, se arrestó a un anciano de 72 años sospechoso de varios crímenes (asesinatos, violaciones y atracos), gracias a cierta información genealógica online.
El análisis de laboratorio del biomaterial encontrado en la escena del crimen coincidió con un perfil genético encontrado en los servicios genealógicos públicos. Como si se tratara de una comprobación común, los detectives introdujeron el archivo en la base de datos de GEDmatch y recopilaron una lista de posibles familiares del criminal.
Todas las coincidencias (más de doce en total) eran parientes lejanos (lo más cercano era un primo segundo) que compartían antepasados con el criminal hasta el siglo XIX. Según describió Washington Post, cinco genealogistas se armaron con archivos del padrón, esquelas de periódicos y otros datos y avanzaron de estos antepasados hasta la actualidad, completando poco a poco los huecos del árbol familiar.
Entonces, consiguieron una lista de familiares lejanos, aunque vivos. Después de descartar a unos cuantos, por sexo, edad y otros criterios, los investigadores consiguieron dar con el sospechoso. El equipo de detectives comenzó el seguimiento, consiguió un objeto con una muestra de ADN y la comparó con el material encontrado en la escena del crimen muchos años antes. El ADN resultó ser el mismo y Joseph James DeAngelo, de 72 años, acabó arrestado.
En este caso, los beneficios de los servicios públicos genealógicos online destacaron frente a las bases de datos de las fuerzas del orden desde el punto de vista de los investigadores, pues estas solo almacenan información de los criminales, mientras que las de los servicios públicos cuentan con una amplia comunidad de usuarios (delincuentes o no) que esperan encontrar a sus familiares.
Pero ahora imagínate que ya no es la ley quien busca a una persona, sino que se trata de un grupo criminal que va detrás de un testigo o una posible víctima. Los servicios son públicos, por lo que cualquiera puede usarlos… Ya no suena tan bien, ¿verdad?
Etiquetas incriminatorias
Las búsquedas de ADN en los servicios públicos siguen siendo bastante específicas. Pero,además de crear perfiles genéticos, una forma más común de que amigos y familiares revelen involuntariamente tu paradero a los delincuentes, a las agencias policiales y al mundo entero es a través de las etiquetas en fotos, videos y publicaciones en las redes sociales.
Aunque ningún criminal vaya detrás de ti, tienes que reconocer que algunas etiquetas pueden llegar a ser vergonzosas. Imagínate que un técnico de laboratorio un tanto descuidado decide subir las fotos de una fiesta de trabajo muy animada y etiqueta a todos, incluido un distinguido profesor. Todo el mundo acabaría viendo esas fotos y el profesor podría ver como disminuye su autoridad frente a los estudiantes.
Este tipo de publicaciones podrían provocar el despido de la persona etiquetada, o algo mucho peor. Por cierto, cualquier tipo de información que acabe en las redes sociales puede acabar uniendo algún cabo suelto de una búsqueda mediante las bases de datos públicas de los servicios genealógicos.
Cómo configurar las etiquetas en las redes sociales
Las redes sociales permiten a los usuarios configurar las etiquetas y menciones que reciben. Por ejemplo, en Facebook y VK.com puedes eliminar etiquetas de fotos publicadas por otros y limitar el círculo que puede etiquetarte o ver el contenido en el que estás etiquetado. En Facebook, puedes evitar que los amigos de los usuarios que etiquetas en tus propias fotos vean este contenido y los ajustes de privacidad de VK.com te permite crear una lista blanca de usuarios con permisos para ver fotos con personas etiquetadas.
Curiosamente, Facebook no solo te sugiere etiquetar amigos a través la tecnología de reconocimiento facial (esta función se puede desactivar en la configuración de la cuenta), sino que también te ayuda a controlar tu privacidad, ya que te envía una notificación si esa tecnología te descubre en la foto de alguien.
En cuanto a Instagram, esto es lo que dice al respecto: “Todas las personas, excepto las que tengas bloqueadas, pueden etiquetarte en sus fotos y videos”. Dicho esto, la red social te permite elegir si las fotos en las que te etiquetan aparecen en tu perfil automáticamente o solo después de tu aprobación. También puedes especificar quién puede ver estas publicaciones en tu perfil.
A pesar de que estas funciones para ayudarte a proteger la privacidad de los datos online te permiten controlar parcialmente dónde y cuándo apareces, las amenazas siguen presentes. De hecho, aunque prohíbas que te etiqueten en imágenes, alguien podría mencionar tu nombre (y el enlace a tu página) en la descripción o en los comentarios de una foto, por lo que esta quedaría vinculada a ti, y mantener un registro de tales filtraciones es casi imposible.
Con amigos así…
Los amigos y familiares no son los únicos que pueden revelar tus secretos. Las tecnologías en sí también pueden hacerlo, por ejemplo, debido a las peculiaridades del sistema de recomendaciones.
VK.com te presenta a los usuarios que tienen amigos en común contigo como sugerencias de amistad. Por su parte, el algoritmo de Facebook es mucho más activo en la búsqueda de candidatos, de hecho, a veces hasta llega a recomendar a miembros de un grupo o comunidad en particular (escuela, universidad, organización). Además, el proceso de selección de amigos utiliza la información de contacto de los usuarios que suban a Facebook desde sus dispositivos móviles. Sin embargo, no revela todos los criterios en los que se basa su algoritmo para encontrar posibles amigos y, a veces, puede que te preguntes cómo ha llegado a establecer ciertas conexiones sociales.
¿Qué tiene que ver esto con tu privacidad? En un caso particularmente extraño, el sistema recomendó como amistades a los pacientes de un psiquiatra, pero ellos no se conocían entre sí, hasta que uno de ellos dio con el motivo. Los datos relacionados con el área de la salud, especialmente los psiquiátricos, están considerados como unos de los más sensibles, por lo que la gran mayoría no aceptaría que se almacenaran sus datos en las redes sociales.
En una apelación del Comité del Senado de los Estados Unidos a Facebook, que tuvo lugar tras la audiencia del Senado en abril del 2018 sobre la privacidad de los usuarios, se citaron casos similares y, como respuesta, la compañía no hizo comentarios sobre este tipo de casos relacionados con pacientes, solo se dedicó a enumerar las fuentes de información mencionadas anteriormente para su algoritmo de sugerencias de amistad.
¿Qué será lo próximo?
Internet ya almacena mucha más información social e incluso biológica sobre nosotros de la que imaginamos. Y a veces no podemos controlarlo simplemente porque ni lo sabemos. Con el avance de las nuevas tecnologías, es muy probable que el concepto de datos privados pronto desaparezca como tal: nuestros perfiles reales y en línea se están entrelazando cada vez más y cualquier secreto en Internet se acabará divulgando tarde o temprano.
Sin embargo, el problema de la privacidad online se ha planteado últimamente en los gobiernos de todo el mundo, por lo que todavía se puede encontrar una forma de protegerse de los intrusos.