La industria automotriz es notoriamente conservadora. Esto es bastante comprensible, dada la naturaleza inherentemente “riesgosa” de los coches. Los vehículos, debido al riesgo potencial que suponen, no son una herramienta propicia para llevar a cabo experimentos demasiado osados. De hecho, las primeras radios recién comenzaron a utilizarse en los automóviles a partir de 1930, décadas después de que los coches se convirtieran en una mercancía ya asentada en el mercado.
El estado de las cosas no ha cambiado demasiado desde entonces. Los smartphones, tablets y otros dispositivos evolucionan día a día, mientras que la industria automotora permanece prácticamente invariable. Los automóviles siguen teniendo cuatro ruedas, un volante y tres (o dos) pedales, a pesar de que las pantallas táctiles, los controles gestuales y la tecnología biométrica existe desde hace casi una década y media.
En este punto, es justo decir que el sector automotriz no permanece totalmente ajeno al avance tecnológico, dado que tanto los motores como los sistemas de dirección han evolucionado de forma significativa en los últimos años, implementando los beneficios de la tecnología digital en sus funciones. Sin embargo, todos estos cambios no resultan tan visibles a los ojos de los usuarios finales. ¿Por qué? El rendimiento del motor aumenta, el consumo de gasolina baja y los mecanismos de estabilización funcionan con mayor eficiencia, pero la interfaz del usuario que, en definitiva es el primer punto de contacto de la máquina con el conductor, termina siendo obsoleta.
¿Qué cambios podemos esperar en la tecnología de los automóviles en el futuro cercano?
Por esta razón, en los años que vienen, los principales agentes de la industria tendrán que resolver el gran dilema de encontrar el perfecto equilibrio entre la presión de los consumidores, las medidas básicas de seguridad y costos financieros eficientes. Veamos en qué dirección está avanzando este sector y cuáles son las potenciales oportunidades que el futuro nos brindará.
Paneles de Control Táctil
Los beneficios de contar con un panel de control táctil en los automóviles son obvios: en una misma pantalla podríamos verificar la información climática, el estado del tránsito y controlar todo tipo de dispositivos multimedia a través de un menú multicapas. En este caso, la modernización de la interfaz sólo requeriría de una actualización del firmware y no una renovación física.
Las contras también son obvias: ya no se podrá controlar las funciones del coche sin mirar el panel táctil. Antes, gracias a los controles mecánicos, sólo se necesitaba de un momento y de un movimiento intuitivo para ajustar la temperatura del automóvil o para encender la radio. Con el panel táctil ya no se podrá hacer esto, ya que manipular el panel será imposible si no se deja de prestar atención al camino.
Production cars that allow you to race like in a video game https://t.co/cJHOOope2W #security #telemetry #F1
— Kaspersky (@kaspersky) October 21, 2014
Otra cuestión importante es definir qué tamaño de pantalla es el apropiado para minimizar la distracción del conductor, al tiempo que se posibilita un control intuitivo y efectivo. Las pantallas tradicionales de 7 a 9 pulgadas no son suficientes para cumplir con este objetivo, mientras que los modelos Tesla de 17” parecen demasiado grandes para los ojos de cualquier usuario.
No obstante, probablemente sea sólo una cuestión de acostumbrarse, tal y como ocurrió con los smartphones. Hace unos años, una pantalla de 3,5” nos parecía enorme en un teléfono móvil y hoy nos resulta muy pequeña.
Controles de Voz
Para paliar el problema de la falta de tacto intuitivo en los controles, los diseñadores comenzaron a emplear funciones de mando por voz. Los controles por voz son la mejor forma de evitar las distracciones mientras se conduce. A medida que avanza la tecnología y los componentes se abaratan, este tipo de sistemas ya no se presentan como una función exclusiva para clientes premium.
En pos de analizar la viabilidad de estas tecnologías, un estudio reciente de la Universidad de Utah evaluó los niveles de estrés que los conductores experimentan al utilizar un sistema de control por voz mientras manejan. Cada uno de los sujetos debía de completar satisfactoriamente distintas tareas de variada complejidad: cambiar la temperatura del auto, controlar el “sistema de entretenimientos” y escribir un mensaje de texto.
En primer lugar, se determinó que los sistemas de control por voz no son todos iguales en términos de cualidades. Los valores en estos sistemas oscilaban entre 1.7 y 3.7 puntos en los niveles de distracción. Para entender esta referencia, debemos tener en cuenta que escuchar la radio implica 1 punto en el nivel de distracción, mientras que realizar una llamada con manos libres implica 2 puntos. Al respecto, el consejero de Seguridad Nacional de Estados Unidos aseguró que cada punto de nivel de distracción duplica las probabilidades de sufrir un accidente de tránsito.
Cars can be hacked. Full stop. The problem is auto makers haven’t paid much attention to this so far https://t.co/D2GNBegJQ7
— Eugene Kaspersky (@e_kaspersky) September 11, 2014
En segundo lugar, los investigadores descubrieron que los controles electrónicos más intuitivos causaban mayor distracción en los conductores. Según las pruebas científicas, a pesar de que la vista se mantenga en el camino y las manos estén firmes sobre el volante, el cerebro del usuario –al ser incapaz de realizar múltiples tareas a la vez- no es capaz de reaccionar a los cambios bruscos y repentinos del ambiente.
Asimismo, el conductor se ve sometido a mayores riesgos cuando debe interactuar con un Sistema digital, por ejemplo, para navegar en un menú multicapas.
Pantalla de visualización frontal (HUD)
Por otra parte, existe otro tipo de tecnología que promete ofrecer mayores niveles de seguridad para los conductores, llamado pantalla de visualización frontal (HUD, por sus siglas en inglés). Este tipo de herramientas es utilizada normalmente para brindar la información vital de velocidad, niveles de gasolina, aceite, agua, etc.
La ventaja de esta tecnología es su capacidad para avisar a los usuarios de la necesidad de atender ciertas cuestiones de importancia del coche sin distraerlos de una forma significativa.
Desafortunadamente, esta tecnología tiene también sus contras. La mayoría de las soluciones rentables no ofrecen una imagen de alta calidad en los días soleados, debido a la distracción que genera el brillo del sol. Además, existe un problema inherente a la biología del ser humano que ninguna solución HUD es capaz de superar por más que la tecnología evolucione. En promedio, el ojo de una persona necesita al menos medio segundo para volver a enfocar la vista en el camino a través del parabrisas delantero, luego de realizar alguna acción. En algunas personas con problemas de vista, este proceso de re-enfoque puede llevar más tiempo (unos cuantos segundos más, quizás). Cuando los usuarios conducen a alta velocidad, este tiempo perdido impide que el conductor pueda reaccionar de forma adecuada ante cualquier situación peligrosa en la carretera.
El problema del re-enfoque podría ser solucionado con las tecnologías holográficas, es decir, con informaciones que aparecen de manera virtual en el camino, simulando estar a decenas de metros de los ojos de los conductores y permitiendo que el usuario pueda ver todos los objetos críticos de la carretera. Esta tecnología actualmente está siendo desarrollada por una empresa rusa llamada WayRay.
Sin embargo, los envíos comerciales han sido constantemente aplazados por parte de WayRay (los primeros envíos fueron reprogramados para principios de 2015), lo cual nos hace preguntarnos si realmente este concepto innovador es, en realidad, posible de llevar a la práctica.
Por otra parte, en este punto aparece el riesgo de que al tiempo que se desarrolla esta tecnología, comience también a implementarse el sueño de todo comerciante de desplegar avisos publicitarios junto con la información del HUD.
En el mundo de hoy, los consumidores tienen demasiada información para procesar. Por esta razón, los fabricantes de automóviles deben planificar cuidadosamente las implementaciones de la tecnología de vanguardia, antes de realizar cualquier cambio radical.
Traducido por: Guillermo Vidal Quinteiro