Si te fijas en las docenas de informes sobre los niveles de cibercrimen inevitablemente llegarás a la conclusión de que el crimen en línea está empeorando cada día. Y tienes razón. Después, echa un vistazo a las noticias y cuenta cuántas historias hay sobre arrestos de cibercriminales. No son muchas.
Entonces, ¿por qué estos tipos no terminan en la cárcel? Bueno, es complicado.
El primer problema es la jurisdicción. Lo maravilloso de la web es que no conoce fronteras, pero eso también es uno de los elementos que facilita el cibercrimen. Un cracker en Brasil puede atacar una computadora en las Islas Marshall con la misma facilidad que si lo hiciera en una localidad vecina. Pero, si por casualidad, se descubre el ataque, ¿quién lo investiga?
En la mayoría de los casos, las autoridades del país de la víctima son responsables de la investigación. Pero si tienen la suficiente suerte de poder rastrear y encontrar realmente al atacante en Brasil, por seguir con el mismo ejemplo, tienen otro problema: En Brasil no existen leyes contra el cibercrimen. Así que se llega a un callejón sin salida.
El siguiente problema es que muchos casos de cibercrimen no envuelven cantidades lo suficientemente cuantiosas como para que despierten el interés de la Policía. . Un consumidor que pierde 1.000 dólares en un ataque de phishing, no tiene el más mínimo interés para el FBI. En cambio, mil personas que pierden 1.000 dólares al día es otra historia. Pero a no ser que los ataques puedan vincularse y atribuirse a una persona o a un grupo, casi no se producen acciones legales.
Además existe otro problema, ¿a quién se le atribuye el delito? . El anonimato en línea es una herramienta muy valiosa para, por ejemplo, los disidentes políticos, pero es un obstáculo importante para la Policía . La búsqueda de la persona responsable de un ataque puede ser difícil en las mejores condiciones y prácticamente imposible en algunos casos.
Conclusión: la Policía lo tiene difícil y, en cambio, los tipos malos lo tienen bien fácil. Las leyes están comenzando a cambiar y la cooperación internacional está mejorando, pero es un proceso lento.