En primavera, cuando gran parte del mundo tuvo que encerrarse, muchos de nosotros pensamos que después de un mes o dos de estar sentados en casa, la vida volvería a la normalidad. Pasaron un mes o dos, luego un tercero y un cuarto, pero la normalidad aún no se vislumbra en el horizonte.
Sí, muchas empresas han vuelto a abrir, pero nosotros seguimos siendo cautelosos con las salas repletas de gente; muchas oficinas y otros locales aún están cerrados; y pocos están dispuestos a tomar un avión o incluso entrenar. Algunos trabajan desde casa y, lamentablemente, otros no tienen ni trabajo.
Por supuesto, esperamos que esta situación pase pronto. Iremos evolucionando: una vacuna eficaz, inmunidad colectiva, avances en el tratamiento, etc. Después de todo, la humanidad ya se ha enfrentado a otros problemas graves con anterioridad.
Sin embargo, este marco de tiempo tan incierto está haciendo mella en el optimismo. “Un mes o dos” podrían acabar en años, y eso requerirá un cambio de mentalidad y no solo una silla más cómoda. Es probable que las personas tengan que adaptarse y dar forma a sus vidas en torno a la nueva realidad.
Para más seguridad, la nueva normalidad puede requerir una reducción de aforo en las oficinas abiertas (open plan), en los servicios de transporte público y en eventos y reuniones concurridas, junto con pasar más tiempo en casa, en el coche o al aire libre (si el tiempo lo permite). Es importante organizar los espacios de uso frecuente para garantizar la máxima comodidad y productividad.
Antes, podrías haber pasado por alto cualquier defecto en tu hogar; después de todo, la vida real sucedía en la oficina, el bar, el gimnasio y en cualquier otro lugar donde pasabas tu tiempo libre. Pero ahora que tanto el trabajo como la vida social se han mudado a nuestros hogares, la situación es diferente.
¿Pueden los miembros de una casa trabajar juntos pacíficamente en la sala de estar? Y si no, ¿funciona el wifi en la cocina? ¿Tu computadora es de confianza o se actualiza y traba continuamente? ¿Cómo funciona tu webcam? Tus hijos, que no están fuera de tu vista en la escuela, ¿pasan horas con YouTube a todo volumen? Con todo lo que está sucediendo, ¿puedes centrarte en tu trabajo o te preocupa perderlo por todo lo anterior, y más?
Tal vez sería reconfortante saber que no eres el único con esas preocupaciones y problemas. Todos estamos en el mismo barco virtual y todos debemos hacer algo al respecto.
Comprar una casa nueva enorme con un conjunto de despachos y un gimnasio resolvería algunos de esos problemas. Pero hay medidas menos radicales y más plausibles que pueden alegrar tu perspectiva y espíritu sin agotar todos tus recursos (y algo más).
¿Preparado? Veámoslas.
Tiempo y espacio
Quizás el primer dolor de cabeza de los que trabajan en casa es la falta de separación entre el tiempo y el espacio personal y laboral. Si aún no has establecido unos límites de demarcación con todos los miembros del hogar, ha llegado el momento.
Por ejemplo, en nuestra empresa, tenemos un horario bien definido, después del cual solo trabajamos en caso de emergencia (las emergencias no ocurren más de una vez al mes; si algo sucede con más frecuencia que eso, se convierte en algo frecuente, por lo que, si provoca que las personas tengan que trabajar demasiado tarde, tenemos que ajustarlo a las horas normales de trabajo). Los miembros de la familia deciden quién tiene el buen escritorio de la sala de estar y cuántos días a la semana. En mi casa, no permitimos hablar de trabajo en la cocina después de las 9 de la noche. Ya tienes una idea.
Si no es posible que todos los ocupantes trabajen en armonía en casa, en días especialmente ajetreados, puedes pensar en alquilar un espacio de oficina en un hotel cercano. Muchos ya lo están haciendo.
Paz y tranquilidad
Cuando tu casa es tu oficina, minimizar el ruido de la información es fundamental. Eso significa desactivar las notificaciones automáticas innecesarias de los navegadores y silenciar o desactivar las notificaciones del correo electrónico, aplicaciones de mensajería y todas las demás aplicaciones y servicios que luchan por tu atención.
Mientras lo haces, configura las redes sociales para que filtren la menor cantidad de información posible. Para ayudarte, te ofrecemos este sitio web especializado en privacidad.
También te recomendamos el uso de audífinos para videoconferencias y actividades en video para preservar cordura del resto de los miembros del hogar.
Internet
En el 2020, tener un Internet de alta calidad en casa puede llegar a ser una cuestión de vida o muerte, sin exagerar. Por tanto, necesitas un proveedor de confianza, una alternativa en caso de un error de comunicación y una buena cobertura de wifi en toda la casa.
No podemos ayudarte con la elección del proveedor: las opciones varían según la ubicación. Pero puedes consultar nuestra guía para una excelente conexión wifi en casa, desde analizar las señales de los vecinos hasta construir una red de malla moderna. Y, ya estás con el router, configura tu wifi de invitados al mismo tiempo. A pesar del nombre, una red de invitados no es tanto para los invitados, sino para la gran cantidad de dispositivos inteligentes de la casa. Por razones de seguridad, es mejor mover tu zoológico digital a una red aislada.
Hardware y software
Es posible que tengas que invertir algo de dinero. Para montar una oficina en casa semipermanente, necesitas una silla de escritorio cómoda, un escritorio de un buen tamaño y una pantalla de alta calidad. Si no, a largo plazo te resultará más costoso el tratamiento del dolor de espalda, la fatiga visual y el síndrome del túnel carpiano.
Para cuidar de tus nervios, pon una solución al molesto lag en tu computadora. Si tu hardware se encuentra en condiciones razonables, mejorará con una simple actualización, pero puedes posponerla y comenzar en su lugar a modificar el software. En general, el rendimiento se ve beneficiado cuando se mejorara el rendimiento de los juegos, por lo que te recomendamos comenzar por ahí.
Para maximizar los recursos disponibles, desempolva todos tus dispositivos electrónicos y comprueba si puedes adaptarlos a las circunstancias. Por ejemplo, un viejo smartphone puede hacer de cámara web decente y un iPad puede funcionar como lector electrónico, marco de fotos o, si no es demasiado antiguo, como una pantalla adicional.
Seguridad
Cómo íbamos a omitir este tema, ¿verdad? Nuestra guía para salvaguardar tu vida digital, escrita por un experto en seguridad de la información de primer nivel, vale cada segundo de su tiempo de lectura. Y ya que estás, puedes revisar tus cuentas online y eliminar las que no usas (aquí te explicamos por qué). Además, aprovecha para meter orden en tus contraseñas: todos las perdemos u olvidamos alguna vez.
Tenemos pensado seguir actualizando nuestra recopilación de publicaciones sobre cómo encontrar tu zona de confort digital. Los artículos relacionados con este tema aparecerán bajo esta etiqueta, así que, puedes revisarla de vez en cuando para obtener más información sobre cómo un cambio digital puede hacer tu vida mejor y más simple incluso ahora que el coronavirus nos acecha.