Gracias a Internet, día a día podemos acceder a toneladas de información. Y resulta muy fácil olvidar cuán desprendidos estábamos hace unos diez años de las computadoras y smartphones, cuando estos no eran productos de consumo masivo. Hoy día, en cambio, no podemos vivir sin ellos, y mucho menos sin internet.
Puedes usar el #controlaparental para el auto-control #kaspersky
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Admitámoslo: es difícil comenzar nuestra rutina diaria sin haber chequeado primero alguna de nuestras redes sociales. ¡Y mucho menos el correo electrónico cada 10 minutos! ¿Puede ser esto un problema para quienes trabajan desde sus casas? Definitivamente sí. Este tipo de personas requieren de una capacidad de auto-organización. Lo mismo puede suceder a ejecutivos en empresas, que requieren altas dosis de concentración para editar, por ejemplo, un documento sin distracción alguna, o quienes por la noche juegan hasta altas horas juegos de video y se ven en la necesidad de apagar su computadora.
No lo van a creer, pero Kaspersky Internet Security Center cuenta con una función especial que te ayuda en situaciones así de dramáticas. Permítanme presentárselas: Control Parental.
Activa esta funcionalidad y aplica una configuración personal para tu perfil:
En la sección Internet, coloca un límite de tiempo de acceso a la red durante los días de trabajo:
O haz clic en el link Agregar Excepción para crear una lista con los websites que suelen distraerte:
Ingresa la dirección del website. Selecciona Acción y haz clic en Agregar:
Ahora, cada vez que intentes acceder a un website de tu agrado durante la jornada laboral, el siguiente mensaje de Kaspersky Internet Security aparecerá:
Y para lo juegos, activar la funcionalidad es aún más fácil. Sigue las instrucciones que publicamos hace ya un tiempo. La única diferencia radica en la aplicación, que debes asociarla a tu perfil y no a la de tu(s) hijo(s):
Tip of the week: How to limit your child’s gaming time – https://t.co/hHHJF2ziZv pic.twitter.com/I0eISLpCnz
— Eugene Kaspersky (@e_kaspersky) 11 октября 2014
Traducido por: Maximiliano De Benedetto