Tu Salud y tu Figura Son Asunto de Ellos. Nada Personal

En los últimos tiempos hablar de la privacidad se ha convertido en algo vergonzoso. ¿De qué sirve resguardarla si las personas no dudan al momento de compartir en las redes

En los últimos tiempos hablar de la privacidad se ha convertido en algo vergonzoso. ¿De qué sirve resguardarla si las personas no dudan al momento de compartir en las redes sociales sus datos personales a desconocidos? Y como si fuera poco, son los propios usuarios quienes gastan dinero descontroladamente en suscripciones a servicios que los encarcelan de forma similar a las utilizadas para seguir a criminales.

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No hablamos de pulseras de color precisamente, sino de miles de aplicaciones que monitorean desempeño físico y que rastrean tus movimientos cuando duermes, tu dieta, tus síntomas y tus ciclos, entre otros. Y si bien existe una multiplicidad de ellas, todas tienen algo en común: toman tus datos personales y los envían a una red.

¡Aquí es donde decimos “ups”! Una investigación llevada a cabo por FTC en mayo de este año reveló algunas características interesantes de 43 aplicaciones analizadas, entre ellas que el 26% de las gratuitas y 40% de las pagadas no incluyen ningún tipo de política de privacidad.

Impresionante ¿no? Pero espera un momento, ¿qué piensas de lo siguiente?: 20 aplicaciones de la lista enviaron datos a 70 compañías, mayormente del rubro publicitario, con el objetivo de mejorar sus campañas. En cuanto a la encriptación de datos, la situación se torna más drástica: solo el 13% de las gratuitas y 10% de las pagadas tienen esta función habilitada. En resumidas cuentas: ¡solo una de cada diez aplicaciones estudiadas ofrece un mínimo de protección de datos personales!

La información manipulada por los desarrolladores de las aplicaciones que monitorean desempeño físico incluyó el género del usuario, su nombre, ID del equipo, género y otros datos con el objetivo de dar seguimiento a las personas a través de otras aplicaciones.

La otra fase del estudio en cuestión incluyó 12 aplicaciones y dos portables (o “wearables”, como se dice en inglés). Los datos fueron enviados a 73 empresas sin el consentimiento de los usuarios. De hecho, la información manipulada por sus desarrolladores incluyó el género del usuario, su nombre, ID del equipo, correo electrónico, información acerca de su rutina de ejercicios y dieta, código postal, ubicación, síntomas y el ID único, con el objetivo de seguir a las personas a través de otras aplicaciones.

Queremos ayudarte a lidiar con el hecho de la pérdida de privacidad de tus datos; por tanto, te recomendamos visitar el website de The Data Map con el objetivo de tener una mejor idea de cómo estas app envían tu información a sus desarrolladores. ¿Qué significa esto? Que tanto oficiales del orden, agencias y compañías pueden acceder por completo a tus datos, incluso, sin ningún tipo de restricción, debido a cuán incompetentes son los desarrolladores al momento de proteger la privacidad.

Si bien sus creadores aseguran no compartir con terceros datos personales de los usuarios, no significa que no lo vayan a hacer en el futuro. Incluso los datos anónimos (algo de lo que ellos se enorgullecen) pueden ser de utilidad, especialmente al ser combinados con información de código abierto y metadata.

Los monitoreadores en cuestión, por ejemplo, cuentan con sensores que permiten identificar movimientos de todo tipo, más allá de las caminatas o al trote. En este sentido, cabe mencionar la iniciativa –sospechosa- de la empresa BP de dar a sus empleados y familiares los conocidos monitoreadores Misfit. El propio CEO de Misfit adhirió al calificativo diciendo que la venta de miles de equipos con software de seguimiento a clientes corporativos es muy rentable.

Es importante que no asumas que los datos son procesados por individuos de forma personal, ni que estos carecen de tiempo para acceder a tu vida por estar abarrotados de trabajo. No es así como funciona. La tarea la hace la tecnología Big Data, sin participación humana alguna. Y recuerda que tu perfil no es uno entre millones de archivos guardado en un anaquel con la posibilidad de perderse; es más bien un conjunto de bytes “almacenable” por cualquier entidad, en función del interés que esta tenga en ti.

La planificación urbana, el control del tráfico y la publicidad dirigida son poca cosa en comparación con el impacto que puede llegar a tener un incremento en el costo del costo de tu seguro de vida. ¿La razón? Posiblemente a que el año pasado tuviste una vida más sedentaria, hiciste menos ejercicios y dormiste menos cantidad de horas, lo cual por añadidura eleva los riesgos cardíacos y neurológicos. Algunos desarrolladores confesaron que la venta de datos a compañías de seguro bajo esta dinámica generó el 50% de sus ingresos.

Es tiempo de deconstruir la idea de que tu vida y tu salud son asuntos privados y recordar que siempre habrán ojos de otros al acecho. Nada personal. ¿La buena noticia? En la actualidad, aquellos ciudadanos con conductas respetuosas ante la ley no están obligados a usar los monitoreadores. Así que sé cauteloso con su uso si quieres preservar tu privacidad.

 Traducido por: Maximiliano De Benedetto

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