La otra cara de las energías solar y eólica

Las energías solar y eólica podrían remplazar el petróleo y la gasolina.

Solo los humanos reflexionamos sobre el futuro, imaginando cómo pueden cambiar nuestro mundo y nuestras vidas en las próximas décadas y siglos. El punto de partida de tanta especulación siempre es el aquí y el ahora, es decir, los problemas de nuestra propia época. Por ejemplo, muchas de estas reflexiones están relacionadas con la extinción del petróleo y de la gasolina, que siguen siendo nuestras principales fuentes de energía.

Un equipo alemán presentó en la edición 34 del Chaos Communication Congress su visión de la fuente de energía ideal. Cabe destacar que una fuente de energía alternativa debe:

  • Durar para siempre (o casi).
  • No perjudicar a la naturaleza.
  • Estar disponible siempre y en todas partes.
  • Generar beneficios económicos, incluso en fases de desarrollo, a través del uso de tecnologías ya existentes.

Anja Kohfeldt y Stefan Junk conciben un futuro de estaciones solares en una órbita cercana a la Tierra; por el contrario, su compañero Kristoph Sieg afirma que las centrales eléctricas actuales serán destituidas por aerogeneradores voladores.

Una microonda cósmica

La primera fuente de energía alternativa analizada en el congreso fue la solar, pero no como la conocemos: los científicos proponen el lanzamiento de una estación solar gigante en una órbita cerca de la Tierra. Con ello, afirman que se resolverán de una vez todos los problemas que nos previenen de exprimir al máximo el sol: nubes, ubicación (tanto la elección de la ubicación como la necesidad de localizaciones múltiples que trabajen las 24 horas del día) y una infraestructura para transferir energía a tierra firme. La energía recolectada puede transferirse a la superficie de la Tierra mediante la radiación de microondas.

Pero este sistema también tiene aspectos negativos. En primer lugar, el coste de construcción y lanzamiento sería inmenso, alcanzando las decenas de miles de millones de dólares, según las estimaciones preliminares. En segundo lugar, la órbita debería ajustarse de forma constante para compensar la atracción de la luna y otros impactos, una tarea complicada y cara.

En tercer lugar, el asunto más complejo de resolver es la transferencia de energía. Generar un rayo de microondas y transmitirlo a la Tierra requiere una antena enorme (alrededor de un kilómetro de larga) e incluso un receptor terrestre mucho más grande (hasta 5 km de diámetro). Además, un error informático o un delincuente podrían provocar la desviación de un rayo y conllevar consecuencias catastróficas, friendo todo lo que se encontrara a su paso.

Sin embargo, la idea ya ha sido aprobada por tres agencias espaciales: la NASA, la japonesa JAXA y la china CNSA. Aún es pronto, pero se está investigando y la tecnología está mejorando. Compruébalo por ti mismo.

Una corriente de aire fresco

Los científicos tienen otra alternativa más realista al petróleo, la gasolina y la energía nuclear. Esta tecnología no requiere ninguna Estrella de la Muerte. La idea es renovar los aerogeneradores para transformarlos de simples molinos de viento enormes a vehículos aéreos no tripulados (VANT) enlazados por cable a una estación terrestre.

Los aerogeneradores actuales suelen detenerse, ya que el movimiento de las masas de aire a la altura de un aerogenerador estándar es muy irregular. Por otro lado, los drones ascienden una altitud entre 200 y 1000 metros. El viento a estas alturas es mucho más fuerte y estable.

Un generador puede instalarse tanto en un dron (cuyas aspas generarían energía) o en una estación terrestre (donde la energía se generaría a través de un dron tirando de un cable por influencia del viento). Se trata, en teoría, de una fuente de energía que roza la perfección, ya que siempre estaría disponible, no perjudicaría a la naturaleza y no requeriría un I+D muy costoso.

Pero esta idea no es nueva, en los años 70 ya salieron a la luz proyectos de este tipo. Sin embargo, controlar de forma automática un vuelo de tal altitud con una trayectoria compleja requiere una potencia computacional importante y estos ordenadores tan potentes pero compactos para poder instalarse en aviones pequeños han aparecido en los últimos años.

Ahora la idea está creciendo: el software de plataforma abierta se ha desarrollado y activado, lo que permite que tanto él como el diseño estructural de los drones se pongan en acción y sean revisados por la mayor cantidad de gente posible. Si te has decantado por esta opción, tú también puedes unirte al testeo, solo tienes que hacer clic aquí.

¿Alguna otra opción?

Hay muchísimas. Seguro que has escuchado hablar de la energía geotérmica y la mareomotriz, además de varios tipos de biocombustible. Expertos de todo el mundo han estado explorando cada vía, pero todos los escenarios tienen sus ventajas y desventajas.

Puede que en 20 o 30 años, se haya remplazado el humo de las centrales eléctricas por drones planeando por los paisajes urbanos de todo el mundo. ¿Eres adivino? Echa un vistazo a nuestro sitio Earth 2050 en el que recopilamos las predicciones de los expertos, futuristas y usuarios de Internet. Cuéntanos tu visión del futuro. ¿Quién dice que no se materializará?

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