Calificación social: cuidado con lo que publicas

Otra razón más para no compartir todo en línea.

Resulta difícil imaginar ahora la vida sin las redes sociales. Las utilizamos para charlar, comunicarnos, compartir nuestras creaciones, discutir las noticias del momento y más. Sin embargo, vale la pena tener presente que la gente pueda utilizar tus perfiles en redes sociales para evaluar, por ejemplo, tu capacidad de pagar un préstamo bancario o para decidir si usted es el indicado para un trabajo específico.

La medición del potencial de una persona, basado en las acciones pasadas, círculo social y demás se conoce como calificación social (social rating). La calificación social de una persona es similar en ciertos aspectos a la calificación de crédito que los bancos utilizan cuando otorgan préstamos, pero puede incluir una gran variedad de información.

Muchos países ya usan la calificación social en diferentes escenarios. Por ejemplo, las empresas aseguradoras en Nueva York tiene permiso legal para determinar las primas mediante el análisis de los datos provenientes de las redes sociales.

Y China está desarrollando un sistema de crédito social que algunos describen como similar a 1984, la novela de G. Orwell. Sin embargo, no todos consideran dichos sistemas como algo a temer; algunas personas realmente piensan que son útiles, pues aducen que hacen la vida más segura. ¿Están listas las personas y la tecnología para lo que está por venir?

 

Calificación social: qué opinan las personas

Para medir la actitud hacia la calificación social, hemos encuestado a más de 10,000 personas en todo el mundo. He aquí lo que hallamos.

Poco menos de la mitad (46%) han escuchado acerca de ella. El fenómeno es mejor conocido en Asia. Por ejemplo, en China, en donde las calificaciones se han extendido a nivel nacional, 71% de los encuestados saben acerca de las calificaciones sociales, en comparación con solamente el 13% en Austria y Alemania. Además, de nuevo casi la mitad (45%) de los encuestados admitieron tener dificultades para entender cómo se calculan dichas calificaciones. Solamente una de cada cinco (21%) se ha topado con ellas en la vida real (aunque es posible que algunas personas simplemente desconozcan que las calificaciones sociales juegan un rol crucial en la obtención de un préstamo o un crédito hipotecario).

Sin embargo, por lo general muchos están de acuerdo con la idea subyacente de las calificaciones sociales: 70% dicen que es justo y correcto limitar el acceso a los recursos públicos (transporte, educación, vivienda, etc.) basados en el comportamiento de la gente.

A mucha gente no le importa ser vigilada si hay una buena razón. Por ejemplo, para mejorar la seguridad, casi la mitad está dispuesta a permitir que el gobierno vigile las redes sociales; dos de cada cinco compartirían sus datos con una empresa a cambio de descuentos y otros beneficios. Solamente cerca de un 20% de los encuestados expresó su inquietud con respecto a que las organizaciones privadas y públicas muestren su interés en su información personal.

 

Tecnología de la calificación social

Muchas personas que entrevistamos apoyan la idea de calificaciones sociales, probablemente debido a la opinión de que, en su conjunto, ofrecerán una evaluación justa e imparcial. Por desgracia, con la tecnología actual, eso resulta improbable.

Por principio de cuentas, es difícil rastrear los errores. Los sistemas actuales se basan en las redes neurales, cuyos principios operativos son poco claros incluso para los desarrolladores, por no decir los operadores o el público en general. Al subir o bajar la calificación de alguien, la red neural no revela el fundamento informativo tras dicha decisión. Si la computadora dice que no eres idóneo para un préstamo, no conseguirás uno, incluso si eres una persona decente con un buen ingreso.

En la lengua de los análisis clínicos y la seguridad informática, lo anterior se conoce como “falso positivo”, lo mismo que pasa cuando una solución de seguridad marca un archivo limpio como infectado; o un análisis clínico identifica erróneamente una enfermedad en la muestra de un paciente.

En nuestro tema favorito, los antivirus, el nivel de falsos positivos varía enormemente de un producto a otro. Algunos productos arrojan dictámenes incorrectos más a menudo que el promedio, y otros mucho menos (nuestras soluciones de seguridad presentan un número mínimo de falsos positivos). La idea es que resulta imposible eliminar los errores por completo. Pero en caso de las calificaciones que afectan los derechos humanos e incluso las vidas, el precio de dichos errores puede ser muy elevado.

Aparte de los errores causados por algoritmos inexactos o datos imperfectos, los sistemas también pueden verse hackeados intencionalmente. En cuanto a las calificaciones sociales a nivel nacional, nuestros expertos han identificado tres tipos de ataques potenciales.

 

1. Ataques contra los dispositivos que recopilan información

Para determinar con exactitud la calificación de las personas, el sistema necesita mucha información sobre ellas. Y obtiene estos datos no solamente de la redes sociales, sino también de varias cámaras y sensores instalados en aparatos, el llamado Internet de las cosas (IdC). Estos dispositivos son a menudo vulnerables y se ven atacados en repetidas ocasiones. Tan solo en el primer semestre de 2019, detectamos 105 millones de intentos de hackeo contra ellos.

 

2. Ataques contra la implementación del software

Para asignarte una calificación social, no basta con que el sistema recolecte información acerca de ti; también necesita procesarla e interpretarla. El mecanismo que gestiona esto también puede ser vulnerable tanto a las tentativas de infección de malware, como a los ataques no convencionales.

Por ejemplo, un atacante puede usar lentes de color. Un humano puede reconocerlo fácilmente, pero una cámara inteligente puede confundirla con alguien más, de modo que todo lo que hagan frente a la cámara puede atribuírsele a alguien más.

 

3. Ataques contra la lógica del sistema

Por último, un atacante puede identificar las acciones que, si se repiten muchas veces, cambian la calificación radicalmente, ya sea de modo positivo o negativo. Por ejemplo, al aprovechar las lagunas en la lógica del sistema, se puede inflar la calificación propia o, a la inversa, arruinar la de una víctima potencial.

 

Prepárate para el mundo de las calificaciones sociales

En resumen, las calificaciones sociales pueden no resultar tan justas e imparciales como queríamos o pensábamos. En todo caso, dichos sistemas ya se están implementando en ciertos campos y es probable que su uso se extienda con el tiempo. Pese a que no existe un modo de protegerse de sus fallas  por completo, vale la pena intentar minimizar el riesgo.

  • Piensa bien (y muy bien) antes de publicar una foto ambigua de ti u otra información potencialmente comprometedora en redes sociales. Es mejor mantener algunas cosas en privado. Por lo menos, no las publiques.
  • Protege tus cuentas para que los cibercriminales no puedan hackearte y usarlas en tu contra. Crea contraseñas únicas y seguras, activa la autenticación de dos factores y no ingreses tus credenciales de inicio de sesión en sitios sospechosos.
  • Protege tu privacidad. Para que el banco no te niegue un préstamo porque sabe que, por ejemplo, estás buscando un empleo, protégete contra la recopilación de información en línea. Esta publicación te explica cómo hacerlo.

 

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