Nadie estaba preparado para la situación actual, pero debido a la COVID-19, todos los tipos de educación en el mundo, ya sea educación K-12, la universidad o la educación profesional continua, han mudado el aprendizaje a internet al menos parcialmente. Se acerca el fin de las vacaciones de verano, y de nuevo es prioritario pensar en cómo hacer que el aprendizaje en línea se realice del modo más cómodo, efectivo y seguro posible, tanto para estudiantes como para profesores.
En esta publicación, presentamos 10 consejos que le ayudarán a los profesores a aprovechar al máximo el aprendizaje en línea. Sin embargo, pensamos que también los estudiantes encontrarán útiles estos consejos; al menos estarán del mismo lado que sus profesores.
1. Conoce las herramientas que usarás
Si seleccionas las herramientas que utilizarás para impartir tus clases en línea (la plataforma de videoconferencias, los servicios de prueba, la aplicación de mensajería, etc.), tendrás una mayor flexibilidad. Sin embargo, tu institución educativa ya pudo haber elegido por ti las herramientas.
Independientemente de esto, debes familiarizarte con sus capacidades y funciones lo mejor posible leyendo las instrucciones, aprendiendo la interfaz y buscando en Internet las guías de configuración. Por ejemplo, tenemos una guía para usar Zoom.
Si tu escuela o universidad te proporciona un acceso a Office 365 o G Suite, por ejemplo, aclara entonces con tu administrador la lista completa de recursos a los que puedes acceder y usar para tus clases. Es posible que no sepas de algo que sea útil. Accede cuanto antes y aprende a utilizar los servicios.
2. Entiende las reglas (y repásalas con tus estudiantes)
En tu escuela o universidad probablemente existen normas para los servicios que quieren que el personal académico y administrativo utilice, incluyendo las cosas que puedes o no puedes hacer con ellas. Y probablemente existen reglas que establecen qué servicios están prohibidos. Por ejemplo, la escuela puede tener una política que prohíbe el uso de cuentas personales para el trabajo o puede insistir que todos usen un cierto tipo de aplicación de mensajería.
Y debes conocer estas reglas y requisitos. Además, también debes seguir las reglas para el uso del equipo otorgado por la escuela. Puede que te permitan llevar tu laptop escolar a casa o no. Puede que te permitan jugar Solitario en ella durante tu tiempo libre. Vale la pena verificarlo.
Por último, pero no menos importante, avisa a tus estudiantes con antelación sobre los requisitos y restricciones que también les conciernan. Asimismo, es buen ejercicio dejar a disposición de todos dichas reglas por escrito.
3. Reduce el número de tus herramientas
Las herramientas informáticas que uses para impartir tus clases deben ser prácticas para el profesor y los estudiantes. Más herramientas no significan necesariamente una mejor experiencia. Antes de comenzar las clases, asegúrate de tener suficientes herramientas para el trabajo y que todos los participantes en el proceso educativo se sientan cómodos con ellas.
La escuela puede tener acceso a una gran cantidad de servicios. Pero eso no significa que tienes que utilizarlos todos (a menos que tu institución lo exija).
4. Establece una contraseña única para cada servicio
Si alguien logra quebrar la contraseña para alguno de los servicios que usas, como la plataforma de videoconferencias, entonces tienes un problema. Pero si usas la misma contraseña para calificar o generar informes, ese problema ya es más grave.
Por lo tanto, la siguiente regla es pertinente aquí y para otros servicios: necesitas una contraseña única para cada cuenta. Por supuesto, todas tus contraseñas deben ser seguras; es decir, suficientemente largas y no demasiado evidentes. No entraremos en detalles aquí; ya hemos escrito mucho sobre esto.
No anotes tus contraseñas en un pedazo de papel ni las guardes donde alguien puede encontrarlas. Si se te dificulta recordar tus contraseñas, usa un administrador de contraseñas especial; por ejemplo, la solución Kaspersky Password Manager.
Finalmente, en la medida de lo posible, evita situaciones en las cuales varias personas comparten una misma cuenta. En tales casos, puede que no sea posible establecer quién realizó un cambio en particular; y cuantas más personas tengan una misma cuenta, más vulnerable se vuelve. Después de todo, la cadena es tan fuerte como el eslabón más débil.
5. Desarrolla un código de conducta para tus clases
Durante la primera lección (o mejor aún, antes de ella), los profesores y los estudiantes deben alcanzar un consenso sobre cómo se procederá con la clase. Todos pueden acordar, por ejemplo, que las cámaras de todos deben estar encendidas de modo predeterminado, pero sólo el micrófono del profesor debe estar encendido al inicio de la clase.
Este es tan solo un ejemplo, por supuesto. Sin embargo, es necesario algún código de conducta (establecido preferiblemente por escrito) en las aulas de clase virtuales, lo mismo que en un entorno educativo tradicional. Respetar el código hace que el impartir la clase sea más fácil para los profesores y les ayuda a los estudiantes a analizar el material con pocas distracciones.
Si impartes clases para varios niveles educativos, puedes celebrar una sola sesión de establecimiento de normas para todos, con el fin de ahorrar tiempo. Durante la sesión, prueba activamente el código de conducta de modo que el profesor y los estudiantes tengan expectativas comunes para el año escolar.
6. Alcanza un consenso sobre canales auxiliares
Incluso los servicios más confiables a veces se enfrentan a alguna falla. La causa podría estar del lado del proveedor del servicio o a nivel de red en tu institución. Independientemente de eso, necesitarás un plan auxiliar.
Para evitar la reposición de clases, prevé con buen tiempo qué servicio usará tu clase si el predeterminado no está funcionando.
Por ejemplo, si los estudiantes no pueden ejecutar Teams al inicio de la lección, ¿deben unirse inmediatamente a una llamada por Skype o idear un plan nuevo en WhatsApp?
La clave para que el plan funcione es saber por adelantado adónde reunirse.
7. Sean puntuales
El aprendizaje a distancia, como el trabajo remoto, tiene sus ventajas y desventajas. Una de éstas puede ser que las personas no se den cuenta de que las están esperando, lo cual puede provocar que se demoren.
Diez personas esperando a una es una pérdida de tiempo, por lo cual ser puntual es imprescindible. Si una lección está programada a las 10:00, entonces inicia exactamente a las 10:00 (es una buena práctica conectarse al servicio de videoconferencia varios minutos antes del comienzo de la clase para cerciorarse de que todo está funcionando correctamente y de que todos cuentan con los documentos necesarios. Deja que los que llegan tarde se conecten sin hacer comentarios; llegar tarde a un aula en línea no provoca tanta interrupción como llegar a un aula física después de que el timbre ha sonado).
8. Protege tus cuentas educativas
Sé especialmente cuidadoso con las cuentas que utilizas para fines educativos. No debes tener ningún problema para acceder a ellas en cualquier momento y nadie más debe poder iniciar sesión en ellas.
Si eres el profesor, tus cuentas pueden ser de cierto interés para tus estudiantes, pero la intromisión ordinaria de los estudiantes (digamos, para modificar sus calificaciones) no es ni de lejos tu mayor problema. Un atacante que acceda a tu cuenta puede asimismo obtener los datos personales de otros estudiantes en la clase, lo que podría tener serias consecuencias legales.
Si un estudiante pierde el acceso a su cuenta, perderá tiempo restaurando el acceso o creando una nueva cuenta. También pueden perder la información almacenada en su cuenta. Sin embargo, no es severo como la pérdida de la cuenta del profesor, si bien es desagradable y vale la pena evitarlo en la medida de lo posible. Todas las cuentas educativas necesitan protección. Si el servicio lo permite, activa la autenticación de dos factores para todos.
9. Aprende a reconocer los correos de phishing
Las plataformas educativas y los servicios de videoconferencias populares son de interés para los cibercriminales. Estos atacantes crean sitios web de suplantación de identidad (phishing) y envían mensajes de correo electrónico para llevarte a su sitio, en donde roban tus credenciales de cuenta.
Por lo tanto, es importante saber distinguir entre los intentos de phishing y los mensajes oficiales que los servicios de mensajes legítimos pudieron haber enviado. Los sitios de phishing a menudo presentan errores, diseños mal trazados y enlaces rotos, pero a veces los estafadores logran crear páginas de phishing imposibles de diferenciar de la verdadera.
Primero, busca la dirección del sitio web en la barra de la dirección del navegador. Si difiere incluso por un caracter de la dirección del sitio web oficial del servicio, entonces no ingreses información personal en la página. También te recomendamos leer esta publicación sobre cómo protegerse del phishing.
10. Protege tus dispositivos
Necesitas una solución de protección confiable en cada dispositivo que uses para acceder a los recursos educativos. Si una computadora escolar se ve afectada por ransomware, por ejemplo, restaurar la computadora y los archivos puede consumir mucho tiempo valioso.
Y si la computadora de un profesor se ve comprometida, las cosas pueden ponerse aún más interesantes. Algún malware puede intentar diseminarse hacia las computadoras de los estudiantes. Es por ello que necesitas protección confiable para todas las computadoras, smartphones y tablets.