FFForget o no FFForget, esa es la cuestión

Cuando los servicios web se colapsan, los datos de los usuarios quedan enterrados entre ruinas. ¿Cómo podemos resolver este problema?

Hola, me llamo Serge y acabo de darme cuenta de que llevo 20 años siendo un usuario activo de Internet. En serio, este año debería celebrar un aniversario, pero, en lugar de eso, les contaré un par de historias personales: anécdotas sobre giros inesperados en Internet que he experimentado.

Desde principios de los 90, Internet ha sido una plataforma para interacciones sociales, aunque no siempre sean cómodas o fáciles de mantener. A veces, para “socializar” los usuarios debían encontrar, instalar y configurar ciertas aplicaciones, como un lector de grupos de noticias o, incluso, para dominar un lenguaje de “programación”. Puede que recuerdes una de las primeras tendencias de Internet la cual consistía en crear las llamadas páginas de inicio que, eficazmente, servían como perfiles públicos de usuario. Solían ser feas y las personas compartían muchas cosas irrelevantes sobre sí mismos en ellas.

Sin embargo, esas páginas de inicio eran una de las muchas maneras de conocer mejor a tus amigos virtuales. Para publicar dicha página, debías haberte registrado con un proveedor de página de inicio. Algunos de los más famosos eran Geocities o Xoom. Probablemente no hayas oído hablar de ellos y hay una buena razón para ello: ambos quebraron después de que a principios de los años 2000 explotara la primera burbuja puntocom. Yo tenía una página de inicio en ambos servicios y la única razón por la que puedo enseñarles hoy una captura de pantalla es porque me molesté en guardar esas páginas en mi disco duro.

En otras circunstancias, esta encantadora historia de mis principios en Internet podría haberse desvanecido por completo. Pero la lección sobre los servicios que desaparecen es importante. Miren Twitter (la compañía cerró su homólogo de vídeos, Vine). El cierre se anunció con antelación hace unos meses, por lo que los creadores de contenido han tenido tiempo de hacer lo que yo hice hace años: descargar o mover sus creaciones a otro lugar.

Obviamente, este problema es particularmente importante para los artistas (dejarlos sin sus creaciones puede ser brutal o muy brutal). Pero, aunque lo que crees sea algo tan simple como las fotos de tus vacaciones o una compilación de cosas divertidas que han dicho tus hijos, probablemente quieras asegurarte de que no desaparecerán si Facebook decide cerrar su negocio dentro de unos años.

Pero volvamos a los principios de mi vida en Internet. Retrocedamos cinco años y todo el mundo quería un blog. Los expertos en tecnología crean sitios independientes para sus blogs; sin embargo, la forma más fácil de empezar tu propio blog es crear una cuenta en un servicio dedica a ello. Yo seleccioné el entonces popular LiveJournal y estuve algunos años escribiendo opiniones sobre libros, películas y restaurantes para unos cuantos amigos y colegas.

LiveJournal realizó algunas modificaciones importantes y, hoy en día, no es tan popular; aun así, todavía existe y funciona más o menos del mismo modo. A pesar de ello, no podrás leer mis publicaciones antiguas en la plataforma porque un día utilicé la interfaz de cambios de LiveJournal para que la visibilidad de las mismas fuera solo para amigos.

Así que, a no ser que seas uno de mis amigos de LJ, ya no podrás ver ese contenido. He decidido restringirlo porque me di cuenta de que una audiencia no intencionada estaba leyendo y reaccionando a mis publicaciones. Era muy variada, desde socios de negocios a extraños que, aparentemente, admiraban mis desvaríos, pero tenían algo en común: no quería interactuar con ellos en el contexto mi antiguo blog personal. Esta lección no fue difícil (no había daño de reputación ni de otro tipo), pero podría no suceder lo mismo con otros. Las amenazas importantes o el acoso con un solo tuit no son raros hoy en día y las discusiones acaloradas, además de las separaciones de pareja, también suceden en las redes sociales.

A veces, las repercusiones son demasiadas como para que una persona las tolere y la mejor forma de proceder quizá sea el aislamiento total en la red social o su borrado total. Sin embargo, puede que la cuenta contenga recuerdos sentimentales (como sucedía en mi blog), así que antes de borrar nada, deberías obtener una copia. Con LiveJournal, en 2008, era ridículamente complejo. Se necesitaba una aplicación y hacerla funcionar era una tarea tecnológica difícil. Que conste que lo hice y ahora tengo una copia de seguridad de mi blog LJ solo por si el servicio sigue los pasos de Geocities.

Hoy en día, no paso mucho tiempo en las redes sociales, al menos por diversión personal. Mis publicaciones son poco frecuentes y breves y, honestamente, no los valoro todos tanto. Mis chats, sin embargo, son una historia diferente. Empezando por ICQ hasta llegar a WhatsApp y los demás servicios actuales, los chats cuetan la historia de mi vida, amor, trabajo y todo lo demás. Así que tratar de mantener los historiales de chat guardados, actualizados y privados es muy importante. Gastaría dinero por resolver este problema de forma efectiva. Existen un montón de soluciones en el mercado, pero cada una solo guarda una red social.

Así es cómo surgió la idea de un servicio que permitiera a los usuarios guardar todo su contenido social. Dicho servicio mantendría la copia de seguridad cifrada en un disco duro local o también en la nube. La versión beta de nuestro servicio de copias de seguridad estará disponible pronto. Aunque, de momento, se limitará a un disco duro local, sin nube, y a un grupo limitado de redes sociales de las que podrá extraer contenido; el servicio se irá desarrollando según las peticiones de los usuarios. Puedes saber más y suscribirte para obtener pronto un acceso beta en ffforget.me.

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