Conclusiones de la CES 2016: innovación para todos y sin ningún costo

Nuestro hombre biónico, Evgeny Chereshnev, comparte sus impresiones sobre la CES 2016 y nos habla sobre algunas cuestiones de seguridad en los productos tecnológicos no tan innovadores presentados en la conferencia.

Las Vegas acogió a principios de enero la CES (Consumer Electronics Show o Feria de Electrónica de Consumo, en español). Esta feria suele ser un referente a la hora de definir las tendencias anuales futuras en electrónica doméstica, tecnología y software.

No les voy a hablaré del nuevo hardware que se introdujo en la CES 2016, TheVerge, Mashable o Engadget ya cubrieron este tema. Fui a la feria con la idea de utilizar mis impresiones para analizar la dirección que está tomando la humanidad y con qué seguridad cuenta este inevitable futuro conectado.

A juzgar por lo que hemos visto en la feria de este año, la humanidad no ha progresado demasiado. Aunque en cada uno de los stands que vi se alardeaba con la palabra “Innovación”, fue difícil ver innovaciones reales por allí. Para mí, la palabra “innovación” significa no saber ni responder a preguntas tan sencillas como “¿Qué es esto?”, ya que tu producto es totalmente único e inigualable. Cuando presentas una innovación real, tienes que pensarlo bien y elegir las palabras correctas para describirlo.

Esto es justo lo que pensé cuando me implantaron un chip bajo la piel: “Esto es nuevo”. Pero, sinceramente, no hay nada nuevo en palabras como “drones”, “realidad virtual”, “coche inteligente” o “refrigerador con conexión a Internet integrada”. No pretendo infravalorar estos inventos, solo expongo los hechos: no son conceptos novedosos. Sin embargo, la falta de tecnología verdaderamente novedosa en la feria de este año hace que sea aún más sencillo resumir las tendencias clave del mercado.

Coches inteligentes

Una de las tendencias clave de esta temporada y, creo que la más importante de esta edición de la CES, son los coches inteligentes. Hace un par de años, los coches auto-conducidos y repletos de software eran solo un concepto teórico, este año, todos los principales comerciantes de coches, entre los que se encuentran Ford, Volvo y Mercedes, presentaron sus coches casi listos para la producción. Todas estas empresas están de acuerdo en un punto: la nueva generación de automóviles está en marcha.

Al agregar una gran cantidad de sensores, se tendrá una imagen más clara de lo que ocurre en la carretera, en el interior del coche y bajo el capó. Estos ayudan a predecir cualquier cosa, desde rutas a situaciones de emergencia. La información más útil se puede proyectar directamente sobre el parabrisas (con la ayuda de una pantalla de proyección), el panel central o la pantalla del sistema de infoentretenimiento incorporado. Para evitar distracciones, el sistema puede estar controlado por voz. Ford ya ha implementado esta tecnología en su sistema Sync 3.

La competencia sigue el mismo ejemplo: Volvo se comprometió a lanzar en poco tiempo sus coches auto-conducidos, no por una cuestión de comodidad, sino para mejorar la seguridad en la conducción. BMW fue claramente el líder de la automoción en la CES: la compañía ha equipado por completo sus productos con tecnología, dotándolos de un aspecto futurista, como si salieran del siglo XXIII. La electrónica incorporada en los vehículos, desde las características básicas al innovador ordenador de a bordo que permite incluso detectar si has olvidado las llaves y tienes que abrir el coche con el smartphone, es increíble. Sin embargo, estos nuevos BMW tienen una gran cantidad de cosas que pueden ser difíciles de reparar, ya que son totalmente únicos.

La impresión general de esta alta tecnología es dual. Por un lado, los fabricantes de automóviles ofrecen sistemas diseñados para mejorar la seguridad en la conducción y ayudar al conductor a permanecer en la carretera si se queda durmiendo al volante. Pero, como todos sabemos, no existen los sistemas totalmente seguros. Los sistemas basados en software y computación (como las cosas que están diseñadas para mejorar la seguridad) pueden TANTO dejar de funcionar como ser manipulados. Esto hará que los niveles de seguridad en los coches sean mucho mayores en el futuro, pero, si un criminal quiere hackear un vehículo, tendrá más oportunidades de hacerlo, ya que tendrá más características que podrá explotar.

En cuanto a los coches de auto-conducción, esta tendencia es muy controvertida. El concepto de coche de auto-conducción funcionaría mucho mejor si no hubiera coches conducidos por humanos en las carreteras. Solo sí se unificarían y se obedecerían siempre las reglas. Mientras la población prefiera su propia conducción, seguirá habiendo accidentes, ya que los humanos somos impredecibles por naturaleza y estamos propensos a cometer errores.

Hay otro asunto del que no se suele hablar, sin embargo, es motivo de reflexión. Tan solo en los EE.UU., hay miles de taxistas, y hay millones de ellos en todo el mundo. En cuanto los coches robóticos lleguen al mercado (hecho que ocurrirá sobre el año 2020, cuando los principales fabricantes de automóviles empiecen su producción en masa), todas estas personas perderán sus puestos de trabajo. Podría producirse una peligrosa rebelión social provocando consecuencias desagradables que aún no han sido analizadas.

Realidad virtual

Otra tendencia muy popular en la CES fue la realidad virtual. Decenas de empresas exhibieron algo relacionado con este tema. Algunos ofrecían un paseo por Marte (aunque sin la compañía del astronauta Mark Watney, muy a mi pesar). Algunos mostraron sistemas de realidad virtual enfocados a la educación, pero la mayoría de los desarrolladores lo enfocaban a los juegos.

Creo que la mejor demostración fue la de Sony PlayStation VR. La gente hacía largas colas para probar el casco, coger dos joysticks, y correr y disparar. Es muy impresionante, sinceramente. Por ejemplo, hay un momento en que el malo de la película lanza una colilla encendida al jugador; vi como todo el mundo trataba realmente de esquivarla. También vi como una mujer vomitaba literalmente, por lo que no hay que tomarse a broma la advertencia de que nuestro sistema vestibular toma realmente en serio la realidad virtual.

Samsung también se centró en la realidad virtual y mostró un cine virtual con varias filas de asientos y reemplazando la pantalla por cascos individuales de realidad virtual. Te sientas y haces lo que quieras, desde ver una película a hacer el recorrido virtual de una exposición de cualquier parte del mundo.

La realidad virtual es una tendencia muy prometedora. Como jugador experimentado, diría que millones de personas cambiarían de buena gana el mundo real por la realidad virtual si fuera lo bastante realista.

Por otro lado, esto tiene un efecto negativo, ya podemos prepararnos para una nueva etapa de aislamiento humano. No creo lo que dicen las empresas cuando hablan de la realidad virtual como el nuevo gran fenómeno de la ciencia, la educación o las artes. Los que quieren aprender y contemplar las obras de Van Gogh ya lo hacen sin necesidad de utilizar la tecnología de realidad virtual. No es una cuestión de formato, es una cuestión de motivación. En cuanto a la industria del entretenimiento, es evidente que se dirige hacia una nueva era de realidad virtual.

Drones

El año pasado los drones eran una tendencia dominante: de vez en cuando encontrarás un dron no tripulado planeando alrededor de un campo. Este año había menos stands sobre drones, pero sí detecté un par de tendencias.

La primera tendencia es la aparición de drones de policía no tripulados. De todo corazón podemos decir que este es el año en que comienza la verdadera historia de Terminator y Robocop. En cuanto vi uno de esos drones de policía, me acordé inmediatamente de ED-209 y su legendaria frase: “¡Gracias por su colaboración!”

Sin embargo, Israel lleva bastante tiempo usando robots y drones en la industria de defensa. Aún no se sabe cuándo se usarán los drones en el ámbito policial y las fuerzas militares de otros países, pero, está claro que es cuestión de tiempo. Si esta tendencia evoluciona, veremos pronto la versión militar de ED-209 con genes de Rottweiler.

La segunda dirección que toma la industria de los drones es el uso de estos con la posibilidad de transportar a un pasajero. Aunque tan solo una empresa china, Ehang, ha conseguido mostrar este concepto, se trata de algo fascinante, en especial si consideramos la evolución de los coches auto-conducidos de los que ya hemos hablado.

Los drones aéreos no precisan de ninguna acción por parte del pasajero: la persona elegiría un lugar del mapa predeterminado, presionaría el botón y ya podría sentarse y relajarse leyendo un libro o viendo una película en una tablet. Los desarrolladores afirman que su modelo de drone ya permitiría transportar a un pasajero de un peso máximo de unos 110 kilos durante 20-25 minutos a una distancia de unos 16 km.

Al contrario de los coches auto-conducidos, los vehículos aéreos no controlados por el hombre tendrían bastantes menos problemas de regulación: esta industria es joven y las reglas estarían unificadas para todos. Sin embargo, la seguridad sigue siendo un gran problema. Los drones actuales suelen caerse debido a muchas razones: la batería se agota “de forma inesperada”, las bajas temperaturas, pérdidas de señal o simplemente porque han decidido dejar de funcionar.

En el caso de que los drones transportaran pasajeros, los problemas mencionados deberían estar solucionados. Los desarrolladores aseguran haber hecho grandes progresos en la implementación de las funciones básicas, creando protocolos de aterrizaje de emergencia, etc. Sin embargo, tendrán que probarlo, ya que las únicas pruebas válidas son las estadísticas de vuelos libres de fallos, y todavía tendrán que ser evaluados.

Internet de las cosas

El Internet de las cosas es complejo. En la CES 2016 abundaban los dispositivos que entran dentro de esta categoría. Sin embargo, tuve la impresión de que nadie entiende realmente lo qué es el Internet de las cosas.

Todo el mundo quiere saber más sobre el entorno que le rodea y utilizar esta información para crear servicios más eficientes. Esto se traduce en el uso de sensores en todas partes: en las cerraduras de las puertas, las escaleras mecánicas, las bombillas, las pruebas de embarazo, pastillas, muñecas, coches, perros, niños…

También había sub-tendencia: refrigeradores inteligentes. Recuerdo como si fuera ayer, las predicciones que se han hecho durante los últimos años sobre hogares completamente inteligentes y digitales, con refrigeradores conectados a Internet que harían por cuenta propia pedidos y entrega de alimentos… Pues bien, por fin ha sucedido, bueno, más o menos. Samsung presentó una serie de refrigeradores inteligentes que parecen de ciencia ficción. Cada una de ellas cuenta con una pantalla que muestra la lista de la compra y un menú.

No puedo hablar por otras personas, pero yo no le daría mi número de tarjeta de crédito a un refrigerador. No paso mucho tiempo en casa y, admitámoslo, un refrigerador no tiene la seguridad de una base militar. Que haya una brecha de seguridad es solo cuestión de tiempo. Personalmente, preferiría comprar productos diferentes en lugar de ceñirme siempre a una lista de productos, incluso aunque me los dejen cómodamente en la puerta de casa. O puede que yo sea un sentimental y esté chapado a la antigua: los asistentes chinos, con insignias de “Comprador”, no se separaban de estos frigoríficos (a lo mejor solo tenían hambre, no lo sé).

Tengo una pregunta: ¿Qué tiene todo esto que ver con la vida real?

Creo que la industria actual de la tecnología de la información está bastante confundida. El Internet de las cosas no es un objetivo, es una herramienta. No es una herramienta para transformar el futuro, es una herramienta para ganar dinero. Mirando el Internet de las cosas desde esta perspectiva, todo está bastante claro: cuanto más sepa la empresa X sobre el usuario Y, más eficaz será la venta de sus servicios a este usuario.

Si ese es el verdadero objetivo, entonces todo va según lo previsto: la CES 2016 ha sido testigo del surgimiento de todo tipo de sensores que miden la velocidad, la humedad, el movimiento, las constantes vitales, etc. Por desgracia, como usuario, no he visto ningún servicio del Internet de las cosas que me parezca realmente útil.

He visto las gafas Oakley de snowboard que muestran la velocidad y las redes sociales, distrayendo al usuario de lo principal: disfrutar del paseo. He visto docenas de dispositivos de medición de la frecuencia cardíaca y presión arterial; pero el bienestar del ser humano se basa en una nutrición y un estilo de vida saludable, y no en ser consciente de su ritmo cardíaco.

Las pruebas de embarazo inteligentes y las aplicaciones para monitorizar el estado físico, las duchas inteligentes… esto es una locura. El mercado tiene una gran afluencia de dispositivos que recogen una abundante cantidad de información personal y privada. Nosotros, los usuarios, tendremos que ser obedientes y pulsar el botón de “Estoy de acuerdo”, cruzando los dedos con la esperanza de que las empresas jueguen limpio y no hagan un mal uso de nuestros datos.

Pero es una falsa esperanza: algunas empresas, sino todas, utilizarán estos datos en su favor. Ninguna de las empresas con las que hablé en la CES considera que la seguridad de los datos sea una prioridad. Ninguno de ellos tiene en cuenta la seguridad y la privacidad, al menos, como una parte de su misión. Además, todos ellos buscan tener mayores ingresos sin ni siquiera considerar el impacto que podría suponer para sus negocios una brecha de seguridad.

Bueno… Esperemos que esta ignorancia no nos traiga problemas, ni a ellos ni a nosotros… ¡Cuidado con esas neveras inteligentes!

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